El buen tiempo y la convivencia fueron protagonistas en la ermita de San Marcos de Chiprana, un entorno natural que este sábado volvió a recibir a vecinos de todas las edades para la celebración de uno de los días más especiales en el municipio. La festividad de San Marcos es para ellos una fecha marcada en rojo en el calendario que congrega a vecinos locales y aquellos que pese a vivir fuera siempre regresan para disfrutar de la cita. Recuperar la celebración después de casi tres años hizo que nadie quisiera perderse una cita que congregó a más de 800 personas.
Pese al carácter popular de la fiesta, este día tiene su origen en el ámbito religioso. Este encuentro es en realidad una romería en la que pedir buenas cosechas durante todo el año a San Marcos, motivo por el cual la cita comenzó con la tradicional bendición de los campos y una procesión alrededor de la ermita. Seguidamente, los vecinos hicieron sonar las campanas para anunciar el inicio de una misa cantada en el interior de la capilla.

Al finalizar la eucaristía, el espíritu festivo se adueñó de cada rincón de la ermita. Algunas de las cuadrillas y familias que ya habían llegado a primera hora de la mañana para tomar el famoso almuerzo del día de San Marcos también fueron las primeras en ocupar la pista de baile. La orquesta calentó motores para la hora del vermú con una sesión matutina de canciones típicas de las fiestas de los pueblos que acabaron animando a todos los vecinos.

La diversión también estuvo asegurada para los más pequeños, quienes podían optar por saltar en los castillos hinchables o pasar un buen rato en el famoso toro mecánico. Este año, otro de las opciones para ellos fue montar en un tren que les llevaría hasta la famosa Reserva Natural de las Saladas de Chiprana, un entorno único en el territorio.

400 raciones de paella
La ya famosa paellada popular volvió a ser todo un éxito. Aunque cada vecino podía preparar su propia comida, muchos optaron por las más de 400 raciones de paella que se prepararon desde primera hora de la mañana. «Está muy bien organizado porque de esta manera te olvidas de tener que preparar la comida y puedes disfrutar del día al 100%«, comentó una de las asistentes mientras esperaba la cola para recibir su plato.

Fiesta hasta la madrugada
Después de una pausa para comer el día de celebración continuó por todo lo alto. La orquesta volvió a sonar con la mejor música en una tarde con un ambiente magnífico entre los vecinos. La fiesta se alargó durante todo el día y Chiprana volvió a vivir así uno de sus fechas destacadas por todo lo alto. Por la noche, los jóvenes pudieron disfrutar de una discomóvil y la fiesta terminó sobre las 04.00, cuando un autobús partió de la ermita hasta Chiprana y Caspe para dejar en sus casas a los que quisieron apurar la celebración de San Marcos hasta el último momento.