La localidad más pequeña de la comarca de Bajo Aragón-Caspe, Chiprana, cerró sus fiestas patronales con un gran día repleto de actos este martes, día de San Roque. La jornada, protagonizada por el calor, estuvo llena de buen ambiente, risas, música y ganas de pasárselo bien, aunque también se notaba el fin de las fiestas y la «nostalgia», como afirman las Chipranescas de Honor.
No obstante, a pesar de que ya ponen punto y final a su época favorita del año, mandan sus mejores deseos a aquellas que se pongan en su piel dentro de un año. «Ha sido una experiencia muy bonita, las fiestas se pasan muy rápido, así que hay que disfrutarlo todo mucho en todo momento», comentaban las tres Chipranescas mayores emocionadas y con mucha ilusión por sus predecesoras. Por su parte, el alcalde, Francisco Javier Nicolás, realizó un balance muy positivo con una gran afluencia tanto de gente como de actos.
Durante la mañana no faltó la música que animó a todos los vecinos de la mano de la charanga ‘El Revoltijo’ y de la bonita voz de Marian Altés, descendiente del pueblo, quien explicaba que tenía muchas ganas de poder volver a cantar en la localidad que tantos años le ha acogido y que había sido una mañana espléndida.
Tampoco hubo momento para pasar hambre con el delicioso y abundante vino español que se ofrecía al final de la procesión, que estuvo repleto de gente, risas y conversaciones entre unos y otros comentando las fiestas pasadas y las que vendrán. Además, el día continuó con múltiples actos para todas las edades y gustos, poniendo punto y final con música y huevofritada.