Las altas temperaturas y el estado del monte vuelven a poner en alerta ante el riesgo de incendios. El primer paso es prevenir, pero si ocurre, es necesario unos equipos e infraestructuras de calidad. Por ello, la Comarca del Matarraña trabaja en adecuar las 35 balsas antiincendios repartidas en diversos puntos estratégicos de la comarca. Aunque propiedad del Gobierno de Aragón, es la institución comarcal, a través de la cuadrilla forestal, quienes se encargan de su mantenimiento y repostaje.
El incendio del pasado 18 de julio en Valderrobres hizo tangible, aún más, la necesidad de estas infraestructuras. «Nos encargamos de que estos sistemas de llenado estén operativos, por lo que nos encargamos del mantenimiento de balsas y su llenado, pero también el desbroce en los alrededores y pintado para que sea visible desde el aire», ha explicado Arturo Queral, técnico del departamento de Medioambiente de la Comarca del Matarraña.
Las balsas con las que cuenta la comarca, tienen una capacidad de entre 130 y 150 metros cúbicos, aunque alguna llega a albergar mil metros cúbicos. Todas ellas se recargan a través de manantiales o con camiones. Sin embargo, la sequía ha hecho que balsas que se llenan con fuentes y manantiales naturales otros años, en esta ocasión no hayan recuperado el caudal y sea necesario llenarlo con camiones. Además, también cuentan con hidrantes para llenar camiones y 3 camiones que se emplean en invierno para la viabilidad invernal.
«Prevenir» antes que «curar»
La orografía del Matarraña es «compleja» y «complicad», y ahora, en verano, las temperaturas hacen necesario extremar las precauciones a la hora de realizar actividades en el medio ambiente. Una labor que recae en todos que visitan, con más frecuencia o menos, el espacio natural. Así lo considera el técnico comarcal: «Por suerte los agricultores ya toman las medidas, porque son muy conscientes de la situación. Pero los que vamos a disfrutar de la naturaleza también tenemos que ser muy precavidos».
Por ello, desde la institución comarcal trabajan en concienciar a la población para respetar y ser conscientes de la responsabilidad que tienen. Lo hacen mediante jornadas como las colonias del Riu al Estiu o las actividades para jóvenes y adultos que van a realizar en los próximos días. También desde las oficinas de turismo explican a los visitantes cómo hacer un buen uso del monte. Como concluye el técnico comarcal, ante la fragilidad del monte, el primer paso es la conciencia, educación y, sobre todo, extremar las precauciones, para que las balsas, aunque preparadas, se utilicen lo mínimo posible.
Habrán arreglado todas las del dichoso Beceite