La protectora de Alcañiz no tiene más espacio para acoger animales. Y los que de media suele haber –más de 70 perros y 40 gatos el pasado verano– están apelotonados y sin un terreno vallado en el que poder moverse a su antojo los días que no se les puede sacar a pasear. La Asociación Protectora de Animales y Plantas del Bajo Aragón solicitó el año pasado al Ayuntamiento la construcción de un nuevo refugio que se adapte a sus necesidades actuales. La municipalidad colaboró con los animalistas y en el mes de noviembre se aprobó en pleno una partida de 60.000 euros para levantar el edificio en un terreno privado -con un contrato de alquiler de larga duración que sufragaría el Consistorio- cercano al municipio pero sin posibilidad de molestar a los vecinos, con agua corriente, luz y caminos asfaltados para llegar hasta él. Sin embargo, APAP Bajo Aragón -que cambió de directiva- se echó atrás ya que considera que la protectora debe construirse en una parcela municipal. El Ayuntamiento descarta esta opción al no tener ningún terreno con agua corriente, mientras que los animalistas consideran que no es un requisito indispensable, ya que puede subsanarse por otras vías. Tras el desacuerdo, APAP presentó un nuevo proyecto en diciembre.
La asociación se reunió por primera vez con la concejalía de Medio Ambiente en marzo del año pasado, cuando todavía estaba como presidente Luis Salafranca. En ese encuentro le trasladaron que habían encontrado un terreno, en el que se hallaba una explotación ganadera en desuso, que podría servirles para construir el nuevo refugio. A diferencia de las parcelas municipales disponibles, esta sí que disponía de agua corriente, un requisito indispensable para el Ayuntamiento, ya que el actual edificio no tiene y son los operarios municipales quienes rellenan -con un camión cisterna- los depósitos tres veces por semana en invierno, y hasta cuatro en verano. Para los animalistas, sin embargo, el agua corriente «no es una condición estrictamente necesaria», ya que han contactado con una empresa que podría ocuparse de gestionarla con bidones. Además, en el proyecto que han presentado incluyen una cubierta para reutilizar el agua de la lluvia.
Después del verano, ambas partes se volvieron a reunir hasta en dos ocasiones y el Consistorio les ofreció una subvención de 60.000 euros -aprobada por unanimidad en el pleno y tras tener el visto bueno de la comisión de Medio Ambiente- para que llevaran a cabo la obra. Una cantidad con la que la asociación dice que «no tiene ni para empezar». «Cuando nos comunicaron la noticia nos alegramos. Sin embargo, contactamos con dos constructoras para que nos asesorasen y nos trasladaron que ese dinero no era suficiente para todo lo que se tenía que hacer. La granja está en muy mal estado, y solo con tirar el edificio, sacar los escombros y allanar el terreno ya gastaríamos la partida«, explica la actual presidenta de APAP Bajo Aragón, Azucena Gallego.
Por su parte, el concejal de Medio Ambiente, Ramón Panadés, matiza que esos 60.000 euros «eran la cantidad que podían destinar a final de año, momento en el que la dotación presupuestaria se está terminando». Sin embargo, les trasladaron que, aunque el proyecto se iniciara en 2022, continuaría en 2023, por lo que «podrían volver a asignarle otra partida económica». Asimismo, el Ayuntamiento mostró su predisposición de solicitar subvenciones para tal fin. Además, Panadés pide a los animalistas que le trasladen cuál es para ellos la cuantía que se tiene que invertir, ya que en el proyecto que han presentado falta «lo más importante», la memoria económica.
Como alternativa, la asociación pidió usar los 60.000 euros para ampliar y acondicionar la protectora actual, ubicada en un terreno municipal junto al punto limpio de Alcañiz. Sin embargo, el Consistorio se lo denegó ya que «no quiere que el refugio siga estando en un espacio que no reúne las condiciones adecuadas».
Terreno privado
Por otro lado, APAP Bajo Aragón descartó construir la protectora en un terreno privado, ya que si el dueño decide venderlo el día de mañana «les deja sin un espacio». Panadés contesta que el Ayuntamiento «no va a hacer una inversión en un terreno para que cambie de dueño». El concejal explica que el contrato de alquiler era de larga duración y que, además, tenían derecho a compra. La renta mensual era de 240 euros el primer y segundo año, y la municipalidad iba a hacerse cargo de ella.
«Dicen que no ha salido adelante porque no hemos querido y que hemos derrochado la oportunidad. Sin embargo, ni siquiera se han molestado en enviar a un técnico del Ayuntamiento al terreno para comprobar su estado», critica Gallego. Dado el desacuerdo entre las partes, el Consistorio les instó a realizar un proyecto (presentado el pasado mes de diciembre) de la nueva protectora que reuniese todas sus necesidades para que pudieran estudiarlo. «Lo hemos hecho gracias a una de las voluntarias, porque contratar a un profesional nos hubiera costado entre 1.000 y 2.000 euros, siendo que ellos tienen técnicos», matiza la presidenta. Panadés, sin embargo, señala que desde el Ayuntamiento «siempre se solicita a las asociaciones que sean ellas quienes se encarguen de buscar el presupuesto».
Espacio para 140 animales
El proyecto para la nueva protectora redactado por APAP Bajo Aragón contempla un terreno de 6.000 metros cuadrados, de los cuales 800 m2 estarían edificados. En el interior se ubicarían diez jaulas individuales para gatos, así como una cocina, un aseo con ducha, una sala para visitas y reuniones, un espacio que sirviese tanto de consulta veterinaria como de peluquería y un almacén. La zona exterior se dividiría en dos partes, una para gatos -con ocho áreas-, y otra para perros -con 26 jaulas compartidas y siete parques de recreo-. En el medio habría un espacio al aire de libre de convivencia, con vegetación y mesas exteriores; así como dos párquines. En total, cabrían 82 perros y 58 gatos. Además de mejorar el bienestar de los animales, también se busca con esta propuesta facilitar las condiciones de trabajo de los 15 voluntarios.
También se colocaría una valla de 1.000 metros lineal y una cubierta de 1.200 m2 sobre el edificio que permitiría recoger el agua de lluvia para su uso. Según los cálculos de APAP Bajo Aragón, la precipitación anual en Alcañiz es de 394 l/m2, por lo que podrían almacenar como máximo al año 475 m3. La cantidad «superaría con creces la demanda de la protectora», estimada en 180 m3 anuales. Para su aprovechamiento, se instalarían además dos depósitos de 50 m3 y filtros. Otra opción que contemplan si la finca no está conectada a la red, es la entrega de agua mensual de 15 m3 a través de una empresa privada. Sin embargo, la alternativa que elegirían por seguridad es una combinación de ambas: un solo depósito y la entrega de agua según las necesidades.
Subvención anual
El Ayuntamiento de Alcañiz renovó el pasado mes de diciembre su convenio de colaboración con APAP Bajo Aragón. Los 11.000 euros contribuirán a sufragar los gastos básicos del mantenimiento de la instalación, la mayor parte de los cuales se dedican al cuidado y la salud veterinaria de los cerca de un centenar de animales. Los gastos anuales de la protectora son de 80.000 euros, por lo tanto -señala Gallego- la subvención es «irrisoria». El Consistorio colabora con el 13,75% del desembolso económico. La financiación proviene principalmente de las aportaciones de los socios, que son de un mínimo de 10 euros mensuales.
Ramón Panadés alaba el «impecable trabajo» de APAP Bajo Aragón y lamenta que no estén llegando a un acuerdo para que Alcañiz tenga una protectora «digna». Asimismo adelanta que si no les queda otro remedio tendrán que construir un refugio con personal municipal para cumplir con la futura Ley de Bienestar Animal.
. dice
pero como, yo no tengo que pagar nada el que tenga animales que page los caprichos de ellos eso faltaría y no quieren ni agua vaya intereses como las bolsitas a pagar los demás