La nueva regulación entrará en vigor en los próximos días y permitirá poner en marcha los Centros Gestores. Preocupa sin embargo la normativa en zonas saturadas
El Consejo de Gobierno de Aragón da luz verde al nuevo Decreto de Purines. Está previsto que el Decreto entre en vigor en los próximos días una vez aparezca en el BOA. La nueva regulación establece la necesidad de la puesta en funcionamiento de centros gestores de purines, que garanticen un sistema de gestión de todo el ciclo del purín que va desde la recogida en las explotaciones ganaderas, transporte, tratamiento y almacenamiento, hasta su aplicación como fertilizante en las parcelas agrícolas a las que se destine.
El centro gestor podrá ser una entidad pública o privada autorizada y registrada por la Administración para realizar bajo su responsabilidad cualquiera de las operaciones que componen la gestión de los estiércoles. No podrá ser centro gestor el titular de una explotación ganadera.
El nuevo Decreto regula el modelo de autogestión de los ganaderos que apliquen por si mismos el estiércol como fertilizante. Este sistema estará basado en las declaraciones anuales del ganadero, en las que se identifican las cantidades de estiércol aplicadas a cada parcela en cada campaña agrícola, adaptándose a las necesidades de la explotación agrícola y a la demanda de los distintos cultivos.
En el caso de que el ganadero opte por la entrega de todos los estiércoles a los centros de gestión, el sistema de declaraciones anuales se limita a precisar las cantidades de estiércol entregadas a los centros de gestión y a identificar los centros que los han aceptado. El sistema de declaraciones anuales también se adapta al supuesto de que el ganadero opte por una combinación entre la autogestión de una parte del estiércol y la entrega del resto a los centros de gestión.
El decreto recoge, además, la necesidad de ajustar y controlar las dosis de aplicación de los purines a los suelos. Lo que exige tener una previsión de disponibilidad de superficie e identificación de las parcelas agrícolas a utilizar, con el nivel de detalle correspondiente a los recintos establecidos en el sistema de información geográfica de parcelas agrícolas aplicado en la gestión de la Política Agrícola Común (SIGPAC). A partir de aquí, se crea una base de datos georreferenciada asociando explotaciones ganaderas y recintos SIGPAC.

Se asocia a cada recinto SIGPAC una cantidad de nitrógeno máxima que puede soportar en kg/año. Estas dosis máximas se han establecido inicialmente en 210 kgN/Ha/año como criterio general, salvo en las zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos y en los espacios de la Red Natura 2000 donde se ha establecido en 170 kgN/Ha/año, o bien por otras excepciones de aplicación (PORN, Planes de actuación, etc.).
A cada explotación ganadera se asocian todos los recintos SIGPAC aptos para la aplicación de purines que se encuentran incluidos, total o parcialmente, en un radio de 5 km de la explotación considerada.
El decreto introduce un régimen sancionador en el ámbito administrativo, hasta ahora se actuaba en el ámbito penal cuando se detectaba una infracción in fraganti. A partir de ahora, la Administración aplicará el régimen sancionador de residuos cuando se detecte un uso del purín que no sea el de fertilizante, puesto que éste se consideraría un residuo.
Preocupación en Peñarroya de Tastavins y Monroyo
Al margen del decreto, cabe recordar que el Gobierno de Aragón ha declarado zonas con sobrecarga ganadera por exceso de nitrógeno procedente de la actividad ganadera -Albalatillo, Alfántega, Altorricón, Castillonroy, Mirambel, Monroyo, Peñarroya de Tastavins, Sena, Vencillón, Mainar y Villarreal de Huerva- donde no se podrán ampliar o construir nuevas granjas, salvo que se acrediten soluciones alternativas a las habituales para la gestión de los purines.
Una medida que preocupa en ambas localidades que se opusieron frontalmente a la nueva ordenanza acusando la medida de arbitraria.