«No debe de ser tan difícil», es la conclusión a la que un grupo de jóvenes de Horta de San Joan (Terra Alta) llegó cuando se les planteó hace más de 30 años la posibilidad de realizar un espectáculo de correfocs para las fiestas patronales de Herbers, un pueblo de Els Ports muy cercano a Peñarroya de Tastavins. Ahora, Foc i Flama es uno de las collas de correfocs más populares tanto en el Matarraña como en las vecinas comarcas catalanas de la Terra Alta y Terres de l’Ebre. Al fuego y a las chispas se unen también la música de timbales y grallas.
El viernes por la noche ofrecieron su espectáculo en Beceite, una localidad a la que llevan muchos años acudiendo y con la que existe una gran hermandad y cariño. De hecho, es el municipio al que se desplazaron más «dimoniets», más de 60; y realizaron un mayor despliegue de pirotecnia. Destacó, como cada año, la gran acogida de los beceitanos, que participaron activamente en el correfoc. «Para nosotros Beceite es la perla. Es un acto multitudinario, viene mucha gente, y estamos muy contentos de la respuesta que tenemos y de cómo nos acogen», explica Teresa Franch, vicepresidenta de Foc i Flama.
El espectáculo que ofrece Foc y Flama recorre fiestas y festejos de todo el contorno siempre tiene un punto en común, el descenso por la fachada -normalmente desde un campanario- como «una ceremonia de invocación a la luz». «Lo que mostramos es a un grupo de valientes que, gracias a sus conocimientos técnicos, se descuelgan desde un campanario para bajar a jugar con los vecinos del pueblo«, cuenta Teresa Franch, vicepresidenta de la colla de correfocs Foc i Flama de Horta de Sant Joan. Además, confirma que este acto tan espectacular visualmente, es posible gracias a que desde un inicio, los integrantes han estado siempre muy ligados a la escalada e incluso se dedican profesionalmente. El viernes tres de ellos bajaron desde lo alto de la iglesia beceitana.
Los integrantes de Foc i Flama disfrutan enormemente de sus visitas los pueblos del Matarraña o del Bajo Aragón-Caspe. Este verano han actuado en Arens y Beceite y este sábado estarán en Lledó pero en las últimas tres décadas han visitado otras muchas localidades bajoaragonesas.

Relevo generacional asegurado
Durante sus más de 30 años de historia la colla ha ido creciendo. Ahora sus integrantes no solo son de Horta sino que provienen de varias localidades de la Terra Alta, mayoritariamente Batea y Bot. Aunque alguno queda de los que empezaron esta aventura de fuego y música hace más de 30 años, en Foc i Flama existe un gran relevo generacional. Desde 2014 cuentan con una colla infantil que hace la función de cantera. Así, desde los ocho años los jóvenes empiezan a formarse para poder estar tan cerca del fuego. Los ‘sagalets y sagaletes’ de Foc i Flama tienen entre 8 y 16 años y cuando terminan, después de un breve periodo de dos años, pueden entrar a formar parte de la colla de adultos. «Sabes que, si cada año tienes 20 niños nuevos, al menos la mitad van a legar a formar parte de la colla de adultos», explica Franch.
Una de las cuestiones en la que mayor hincapié hacen los profesionales es en la seguridad de los participantes. Así, en las recomendaciones, además de muchas ganas de pasarlo bien, aparecen la ropa vaquera o vieja, el sombrero de paja y bajar la vista y no mirar directamente a las llamas.