La coincidencia con San Jorge ha alargado las pernoctaciones hasta este martes
La Ruta del Tambor y Bombo atrae cada año a más turistas extranjeros que anteriormente llegaban con cuentagotas. La apuesta por la calidad de los establecimientos unido al prestigio de la Semana Santa con los reconocimientos que ha recibido en los últimos años y a las diversas propuestas que se ofrecen en el territorio convencen cada vez más tanto dentro como fuera de España. Los hosteleros aún no se atreven a hablar del «efecto» de la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco ya que tuvo lugar a finales de 2018 pero reconocen que «todo ayuda» al igual que la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional.
La gran mayoría llega de Francia por la cercanía aunque por ejemplo, estos días incluso se han visto a orientales por Calanda. En el caso concreto del Matarraña, destacaron los holandeses e italianos.
La coincidencia hoy con San Jorge; y el hecho de que ayer fuera fiesta en las comunidades que más visitan la zona, Valencia y Cataluña; ha alargado las pernoctaciones. Es el caso del Balneario de Ariño, que ha estado al completo con visitantes muy variados y desde el domingo por la noche con turistas «de cerca».
El gran grueso de los visitantes sigue siendo del territorio nacional dejando un balance positivo con una ocupación que ha rozado el 100% en la mayoría del Bajo Aragón Histórico tras una semana para enmarcar a nivel turístico pese a que la meteorología mantuvo en jaque los actos durante todo el fin de semana. No obstante, las malas previsiones hicieron mella y hubo cancelaciones que en algunos casos se salvaron con las llamadas de última hora.
Aunque en el Bajo Aragón Histórico esta situación se vivió en menor intensidad, sí que afectó más en la media provincial ya que, por ejemplo, en la ciudad de Teruel se llegaron a cancelar procesiones por la lluvia, una situación que aquí no se vivió. Según la asociación Teruel Empresarios Turísticos, las previsiones eran de llegar al 89% pero debido a la meteorología la ocupación media en la provincia bajó un 8% quedándose en el 89%. Según su presidente, Juan Ciércoles, hubo anulaciones pero también clientes que acortaron las pernoctaciones.
Los clientes siguen llegando mayoritariamente de la Comunidad Valenciana y Cataluña y también del País Vasco y Madrid. En la mayoría de casos son familias o grupos de amigos que en muchos casos repiten o llegan por recomendación de conocidos gracias al «boca a boca». Llegan atraídos por las procesiones pero, sobre todo, por los actos propios de la Ruta que no podrán ver en otras zonas con tradición semanasantística como son el Romper la Hora o el Drama de la Cruz de Alcorisa.
En muchos casos buscan un alojamiento en una localidad cercana pero fuera de los nueve pueblos de la Ruta para combinar Semana Santa con otra de las propuestas que ofrece el territorio, la naturaleza. «Buscan la tranquilidad pero al mismo tiempo desplazarse a los actos de Semana Santa que deseen. Para ello se ubican en municipios próximos como La Cerollera, La Cañada de Verich o La Ginebrosa», apunta Nieves Ballestero, gerente de la asociación Turismo Bajo Aragón.
En su caso, el balance de sus asociados es positivo. En las semanas previas a la Pascua ya estaban al 100% y derivaban llamadas a comarcas cercanas. Conocedores de que las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas, habían diseñado un «plan B» para ofrecer a sus clientes en caso de que se cancelaran procesiones. «No hizo falta pero les íbamos a proponer que siguieran disfrutando del Bajo Aragón visitando espacios cerrados como el Museo de la Magia o los Scape Room de Alcañiz y Mas de las Matas», comenta Ballestero.
En el Matarraña, pese a reconocer una «buena campaña» de Semana Santa, la meteorología afectó negativamente al número de reservas. A pesar de que se rozó la plena ocupación, a diferencia de otros años no se colgó el cartel de completo en algunos de los establecimientos y hubo cancelaciones a última hora, especialmente de visitantes de la Comunidad Valenciana, región que se vio afectada especialmente por el temporal de lluvia. De igual modo, no se cubrieron las pocas vacantes que en otras ocasiones se cerraban con reservas de última hora. «Hemos tenido un número elevado de cancelaciones especialmente a partir del Viernes Santo. El hecho de que haya llovido tanto en la Comunidad Valenciana y de que los pronósticos en el Matarraña fuesen de lluvia, mermó el número de reservas», explicó Marta Ferrás, presidenta de los Empresarios del Matarraña.
Los turistas no solo acuden a procesiones y rompidas si no que se interesan por la tradición y por todo lo que les puede ofrecer la zona. Las oficinas de turismo y los museos como el de la Ruta del Tambor en Híjar o el de la Semana Santa de Calanda han sido numerosas. En el caso de éste último, la acogida no ha podido ser más buena. Ha sobrepasado las expectativas de la coordinadora y su presidente, Manuel Royo, habla de un recibimiento «espectacular» por lo que ya han hablado con el Ayuntamiento para que se incluya en las visitas turísticas de la localidad. Por su parte, el museo de la Ruta-que ha renovado y mejorado su web- ha estado abierto toda la semana y ahora volverá a recibir visitantes el primer fin de semana de cada mes.
Las oficinas de turismo de las dos localidades más grandes del territorio también han notado un aumento de visitantes. En Alcañiz, las visitas han crecido de 2.454 de 2018 a 2.623 durante estos días. El festivo con más consultas fue el jueves con 581 y por ejemplo, el año pasado fue el sábado, cuando atendieron a 597 personas.
En Caspe, más de 2.300 personas pasaron por la Oficina de Turismo, 900 más que en 2018. La amplia oferta religiosa se complementó con la cultural ya que se organizaron varias visitas guiadas a lugares como el cementerio y el convento de Franciscanos. También se realizaron recorridos turísticos por el Castillo y la Colegiata, entre otros.