El 19 de mayo de 1997 se firmó en Caspe el hermanamiento entre la Ciudad del Compromiso y la localidad de Gaillac (Francia), una ciudad de 11.500 habitantes situada en la región de Midy-Pyrénées y famosa por su renombrado vino. Durante el presente año 2022, el consistorio caspolino tiene previsto celebrar este aniversario con el objetivo de mantener y estrechar lazos con el municipio galo.
El motivo de este hermanamiento fue el interés mostrado por un grupo de personas residentes en esta ciudad francesa, en su mayoría de origen o ascendencia aragonesa (exiliados, emigrantes) que querían mantenerse vinculados a una ciudad aragonesa. Desde entonces, las actividades realizadas han sido variadas: visitas de carácter cultural entre ambas ciudades, intercambios de alumnos, excursiones deportivas protagonizadas por ciclistas veteranos, exposiciones artísticas de pintores provenientes de la otra ciudad, la participación de Gaillac en eventos como Expo Caspe o la Conmemoración del Compromiso…
El hermanamiento de ciudades es una realidad consolidada en la Europa actual, pues son muchos los municipios vinculados a través de acuerdos formales de hermanamiento. El objetivo de estas alianzas es favorecer la cooperación entre municipios y una comprensión mutua entre sus ciudadanos. Se basa en el compromiso de los ciudadanos y en la colaboración entre las autoridades y las asociaciones locales. Asimismo, es un movimiento que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial, de forma paralela al proceso de integración europea.
Por consiguiente, es tanto un signo de participación activa como un incentivo para la misma. Fomenta los intercambios de experiencias sobre diversas cuestiones de interés común, y ofrece oportunidades únicas de adquirir conocimientos sobre la vida cotidiana de los ciudadanos de otros países europeos.
Gracias a la combinación de estos elementos, el hermanamiento de ciudades tiene un potencial real de estímulo de la comprensión mutua entre ciudadanos, fomentando un sentido de identificación con la Unión Europea y generando un sentimiento de identidad europea. Y es que dan la oportunidad a los ciudadanos de interactuar y participar en la construcción de una Europa cada vez más cercana, que sea democrática y abierta al mundo, unida y enriquecida por su diversidad cultural, desarrollando a la vez un sentimiento de identidad europea, basada en unos valores, una historia y una cultura comunes.