La Semana de la Montaña de Alcañiz, organizada por el Club de Montaña La Cordada ha cerrado su ciclo de ponencias con un invitado de lujo. Daniel Osanz, campeón de la Copa del Mundo de kilómetro vertical compartió este jueves su experiencia y sus grandes logros en el deporte de alto nivel, con el público alcañizano.
Triple medallista en el Mundial de Sub-23 y oro nacional absoluto en kilómetro vertical (carreras de montaña), entre otros muchos logros, Osanz expuso ante el pública la realidad de una vida llevada con «disciplina y compromiso» por sus dos pasiones: el deporte y la medicina.
Para el corredor internacional de trail running 2019 fue uno de sus «mejores años», acumulando grandes éxitos. Se dedicó a perseguir sueños y a enfrentar retos, para los cuales trabaja día a día desde «la humildad» y «el disfrute». «Al final si no disfrutáramos de este deporte no lo haríamos. Hay momentos buenos en los que compartes cosas con la gente y a mí me gusta disfrutar al máximo. Por mucho que nos guste, si no te acerca a la felicidad nunca se hace y para mi quizás la felicidad sea enfocar todo mi sufrimiento para conseguir dar el máximo de mí», explicó el jóven deportista durante la sesión.
Osanz relató cada una de sus competiciones y cómo las vivió «desde dentro y desde fuera». Mencionó los retos físicos y mentales que suponen este deporte. «De las pulsaciones es lo que más sufrimos y es complicado gestionar 198 pulsaciones durante treinta minutos», afirmó. «Soy mejor de cabeza que de físico», indicó, por lo que aunque de momento se mantiene en la distancia corta, dentro de «muchos años» acabará haciendo ultras.
También habló de la notoriedad y la exigencia por parte de los demás y la importancia de «saber gestionar la presión». «Ir a una carrera y que todo el mundo conozca tus logros anteriores no es lo mismo que ir a una carrera y que nadie te conozca. Todo el mundo te dice debes ganar y esos son momentos complicados», explicó. Por eso habló de la importancia de «conocerse mucho y prepararse mentalmente».
Nunca da por sentado su éxito y prefiere mantener los pies en la tierra. Su entrenador, Jesús Romero, se convirtió en una persona muy importante para él, «que a veces hace de psicólogo», contó el jóven deportista entre risas. «Yo sé que son momentos pasajeros y que también vendrán momentos duros, afortunada o desafortunadamente tengo una vida de tanta exigencia que no tengo tiempo de tener pajaritos en la cabeza». afirmó.
La planificación y la disciplina son fundamentales para poder compaginar sus dos vidas. El deportista de alto nivel «es un estudiante más». En sus estudios de medicina se saca «una asignatura menos» cada cuatrimestre para encontrar el tiempo para el deporte. Pidió más compromiso por parte del gobierno y las universidades.»Es algo muy complicado de compaginar, final vas a depender de un trabajo para vivir y por eso muchos jóvenes dejan a un lado el deporte». También considera que hay que «bajar de vez en cuando el listón. «Yo tengo claro que no puedo llevar la medicina al máximo ni el deporte al máximo, sería un iluso y me pasaría factura».
El deportista enfoca su prometedor futuro en nuevos retos «sin olvidarse de quién es». «Para mi sería un sueño intentar conseguir la victoria en las cuatro categorías, kilómetro vertical, media maratón, maratón y ultra», explico. Algo que no ha conseguido nadie. También intentará clasificarse en los próximos mundiales de Valmuera o Lanzarote.
Le gustaría que la disciplina del kilómetro vertical se promoviera más ya que se puede practicar en compañía de dos grandes aliados, «la naturaleza y los amigos».