La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos ha detectado anticuerpos de gripe aviar en siete buitres leonados del Maestrazgo durante un marcaje del programa Life Corredores Ibéricos pro Quebrantahuesos. Esto confirma la existencia o el paso de un brote y, al menos en las especies analizadas, la superación de la enfermedad, que, sin embargo, puede ser letal en algunos casos. «Hemos levantado la voz de alarma porque no sabemos cuánto está extendida ni de qué manera y forma, pero sí que podemos afirmar que está presente, o al menos ha estado», explica Juan Antonio Gil, vicepresidente de la Fundación, quien no descarta que la situación empeore.
«Han pasado la gripe, pero no podemos decir que no haya riesgo futuro, es muy difícil de saber», añade Gil. La detección de anticuerpos también supone que, al tratarse de una enfermedad contagiosa, puede abrir la puerta a contagios de otras especies avícolas.
La superación del virus y el buen estado de salud de las aves tras su exposición supone una buena noticia, demostrando la inmunidad. Sin embargo, depende de la salud del animal y del desarrollo de su sistema inmunológico. De hecho, en las crías puede haber más índice de mortalidad. Tampoco conocen desde la FCQ si en el caso de infectarse un quebrantahuesos superaría la enfermedad. «Crías de quebrantahuesos que han tenido la gripe han muerto, pero en adultos no lo sabemos seguro, aunque en Francia el año pasado buitres quebrantahuesos adultos también murieron», subraya Gil, quien también añade que es complicado saber cuando muere una cría salvaje si no está marcada.
Se trata de un virus que únicamente se transmite entre aves, por lo que no afecta a la salud pública, puesto que la H5N1, nombre técnico de la gripe aviar, no es transmisible a las personas, tal como aseguran diferentes organismos europeos. También el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España remarca que no hay ninguna evidencia epidemiológica de que el virus se transmita a los seres humanos a través de la cadena alimentaria.
Detección de la gripe A(H5N1)
En diciembre se capturaron los siete buitres para marcarles con dispositivos satelitales, y antes de liberarlos se realizaron una serie de análisis, cogiendo muestras para ser analizadas en el laboratorio Delicted en Ciudad Real. En el laboratorio estudiaron el sexo, que solo se puede conocer con muestras genéticas, además de las diferentes patologías. Los análisis han confirmado que todos estos buitres habían estado expuestos al virus de la gripe aviar. En los análisis no se ha detectado presencia de Malaria aviar o virus del West Nile, otras patologías analizadas, aunque sí una alta presencia de plomo.
A través del programa Life Corredores Ibéricos pro Quebrantahuesos, presentado en Alcañiz en marzo de 2022 y vigente hasta 2027, la Fundación trabaja en Teruel, el Pirineo, los Picos de Europa y la Sierra de Gredos, para proteger al quebrantahuesos, especialmente en las zonas donde se hayan reintroducido ejemplares como es el caso del Maestrazgo.
Entre las actuaciones está la red Centinelas para marcar algunos ejemplares y ver si tienen problemas de conservación. El control rutinario buscaba hacer de los ejemplares centinelas para analizar si contenían sustancias perjudiciales como plomo, o la existencia de West Nile Virus o la Malaria. Además de analizar la gripe aviar ante sospechas porque en el año pasado hubo casos de buitres leonados en Francia, así como la muerte de quebrantahuesos en Navarra o Andalucía por el mismo motivo.
Expansión rápida del virus
Al igual que una gripe en humanos o el propio COVID-19, la influenza aviar A(H5N1) se contagia por inhalación, aunque al tratarse de animales silvestres se desconoce la causa exacta. «Es muy difícil saber el cómo y cuándo han estado expuestos al tratarse de fauna silvestre, sin embargo, esta enfermedad no es nueva y lleva años en el país», apunta el vicepresidente de la FCQ.
El origen de la gripe en España, o una parte, proviene de granjas avícolas donde hay una gran concentración de aves, y pese a seguir las medidas, es difícil controlarlo. Sin embargo, se puede retener el virus al estar estabulados, sacrificando aves en granjas donde se localiza la infección. Aunque el encargado de la conservación, gestión y defensa ambiental del quebrantahuesos también admite que las granjas no son «estancas»: «Puede entrar fauna como gorriones que se pueden infectar y trasladarlo al resto de animales silvestres».
Muestra de la difícil contención del virus es que los brotes en todo el mundo están en aumento, entre 2021 y 2023 se han notificado 2.520 brotes de aves de corral en países europeos, granjas afectadas en las que se sacrificaron unos 50 millones de aves. Recientemente, un brote en una granja en Arbeca (Lleida), supuso sacrificar a 37.000 pavos y 50.000 codornices.
Los datos son menos exactos al tratarse, como los buitres, de fauna silvestre, al ser necesario capturarlos para coger muestras. Son precisamente las granjas avícolas las que mayor problema tienen porque se están jugando el negocio al tener que sacrificar todos los animales.
Uno de los problemas de la gripe, al igual que muchos virus, es que las cepas pueden cambiar y mutar a lo largo del tiempo, por lo que el control debe ser continuo, avisan desde la asociación. «La gripe aviar siempre ha estado persistente, pero igual de una forma más controlada, puede ser más o menos virulenta».
500 buitres muertos por choques con aerogeneradores
Desde la Fundación también consideran que, a pesar de la gravedad de la gripe, es uno más de los problemas al que se enfrentan estos animales. Entre ellos, los parques eólicos, tendidos eléctricos y tóxicos como el plomo por la ingestión de perdigones de caza. Esa última causa aparece en niveles muy altos en los animales analizados, sin embargo, presentan una gran tolerancia que en otras especies sería letal.
«Van sumando los riesgos y de ser una especie abundante pueden dejar de serlo rápidamente en unos años», sostiene contundente Juan Antonio Gil.
En Aragón hay 5.000 parejas de ejemplares, de ellas, en 2021, se detectaron 500 buitres muertos a causa de choques con los aerogeneradores, según el Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje de La Alfranca, desde donde las consideran «las especies más frecuentes en accidentes mortales y/o graves con molinos». Además, el número de buitres muertos en parques eólicos de España se acerca a 10.000.
Se suman a los problemas a los que se enfrenta la especie, las trabas para detectar la causa de la muerte y por ello sus riesgos.
Gil alerta además de que solo hay dos laboratorios en España que analicen las causas de la muerte del animal, y esos análisis tienen que ser específicos de la enfermedad que se cree, complicando la detección de patologías. Todo ello contribuye a castigar una especie única, cada vez más amenazada por factores naturales y también humanos.
la próxima,dejarnos sin gallinas,ya importarán pollos de Marruecos,criados con porquería.