Junto a la plaza del Convento resisten abandonados, pero en buena conservación, los restos de los siglos XVII-XVIII
El casco urbano de Albalate esconde muchos secretos, algunos de ellos, en sus entrañas. Pegado a la plaza del Convento aguarda el aljibe de Santa Ana, un tesoro histórico que será restaurado después de que Suelo y Vivienda haya adjudicado ya las obras.
Los trabajos salieron a licitación por un importe de 53.674 euros (con IVA incluido) procedentes del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) y se han adjudicado por 38.659. De devolverle el esplendor se encargará la empresa Obragestion JL2, S.L. La duración de los trabajos es de tres meses.
Este aljibe pertenece al convento que está en la misma plaza, ahora sede del Museo de la Semana Santa entre otras cosas, y que en la actualidad no es visible. El objetivo es sacarlo del olvido y, sobre todo, de su mal estado. «Cuando se han hecho construcciones no se tuvo cuidado y eso está lleno de escombros que hay que sacar», dijo el alcalde, Antonio del Río. «Hasta hace poco y durante cien años hubo una palmera justo encima, así que, suma el daño que hicieron las raíces», añadió. Con las obras de reforma pretenden dejar un lugar que poder ver. «Es precioso, merece la pena», concluyó.

Abandonado pero en buen estado
En primavera concluyeron las obras de reforma de la plaza del Convento. Uno de los lugares más transitados por estar allí son la residencia y el centro médico, entre otros servicios. La remodelación consistió en dejarla accesible eliminando escaleras y todo tipo de barreras arquitectónicas. Al aljibe es posible acceder desde el semisótano del médico pero está intransitable. Del proyecto de restauración se ha ocupado el arquitecto alcañizano Luis Moreno. En el documento se relata el mal estado debido al abandono y falta de mantenimiento, pero, «a pesar de ello se encuentra íntegro y los desperfectos existentes en su construcción son escasos y de poca relevancia».
Según sigue, parte de la posibilidad de recuperación se debe a que durante la construcción de la actual residencia de ancianos, «se respetó su existencia estableciendo un forjado de triple vigueta que permitiera la no ejecución de pilares con su correspondiente cimentación, liberando el espacio del aljibe». Respecto al propio aljibe, dice que «está constituido por muros de mampostería de sillería de piedra arenisca y bóveda de ladrillo. Presenta derrumbes puntuales de pequeña entidad en la bóveda y en uno de los muros de mampostería».