La enfermedad del ictus se sitúa al frente de las principales causas de muerte de las mujeres en Aragón, por delante de otras patologías como el infarto de miocardio o el cáncer. Con motivo del Día Internacional del Ictus que se celebra este martes 29 de octubre, la Asociación Ictus de Aragón (AIDA) ha explicado que el año pasado los hospitales aragoneses registraron un total de 2.534 ictus (1.335 en hombres y 1.119 en mujeres), siendo la mortalidad mayor en las mujeres.
AIDA puso el foco sobre la enfermedad este lunes en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. La asociación resaltó el hecho de que el porcentaje de pacientes que fallecen antes de llegar al hospital es de alrededor del 5 % en infartos cerebrales y un 15 % en ictus hemorrágicos. También destacó que en Aragón, el año pasado murieron 122 mujeres y 90 hombres por ictus isquémico, una diferencia de género que también presenta los casos de hemorragia cerebral, con 66 fallecimientos en mujeres y 65 en hombres.
El presidente de esta entidad, Miguel Lierta, reclamó la ampliación de las dos unidades hospitalarias del ictus en la Comunidad aragonesa que existen en la actualidad: la del Hospital Royo Villanova (actualmente con dos camas) y la del Hospital Universitario Miguel Servet (que tiene cinco camas).
«Las secuelas son mayores en las mujeres»
La neuróloga del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, Elena Muñoz Farjas, aseguró que entre los que sobreviven, las secuelas son mayores en las mujeres, lo que dificulta la posibilidad de volver a la normalidad tras el ictus, y a su vez eso desemboca en una peor calidad de vida. Respecto a los síntomas que padece la mujer, suelen ser «un poco diferentes y más atípicos» a los que sufre el hombre, como una «fatiga muy intensa, visión doble, nauseas y vómitos o un síndrome vertiginoso intenso», y en ocasiones «no les hacen el suficiente caso como para acudir rápidamente a urgencias», apuntó Muñoz.
Esa tardanza -añadió- hace que el paciente tenga «menos posibilidades» de recibir tratamiento inmediato como la fibrinolisis con el fin de reducir sus efectos. La diferencia de incidencia entre los hombres y las mujeres se muestra en que las hormonas sexuales femeninas y el ciclo reproductor provocan que el ictus en el sexo femenino tenga características especiales, ya que, por ejemplo, las hormonas sexuales durante la edad fértil tienen un efecto protector que queda anulado con el uso de medicaciones anticonceptivas con estrógenos. Además, durante el embarazo se incrementa el riesgo de ictus con respecto a mujeres de la misma edad no embarazadas, sobre todo, si desarrollan diabetes gestacional o hipertensión arterial que sigue siendo un factor de riesgo para el ictus años después del embarazo.
Por su parte, el jefe de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Miguel Servet, Javier Marta, destacó los principales factores de riesgo que pueden provocar un ictus, entre los que se encuentran la hipertensión, la diabetes, las cardiopatías, la dislipemia, la obesidad, el tabaquismo o sedentarismo, entre otros.
Plan de Atención al Ictus
Marta también explicó que Aragón cuenta con un Plan de Atención al Ictus desde 2009 y, durante esta década, la mortalidad por ictus isquémico ajustada a la edad ha bajado un 38% gracias a un «mejor conocimiento por parte de la población, los factores se riesgo y los síntomas precoces, en gran parte gracias a los médicos de Atención Primaria y las asociaciones».