La andorrana Rosa Pérez Romero, profesora de Historia jubilada, impartió el miércoles una charla sobre la historia del sufragio
¿Cómo se logró el voto femenino en España?
Pues como todo lo que se consigue, a base de lucha. Nadie regala nada y menos, a las mujeres. Si se logró el sufragio no es porque lo otorgara la Segunda República, como a veces se dice, si no porque había mujeres que llevaban mucho tiempo peleando. El voto es el paradigma pero lo que se quería conseguir es tener opción de participar en la vida política y en las leyes, que se reconocieran sus derechos,… En muchos países llevaban más de 150 años luchando. En España también conllevó muchos años.
¿En Aragón hubo alguna mujer que destacó en esta lucha?
Hablaría de Teresa Claramunt, una anarquista a la que desterraron de Barcelona con los sucesos de la Semana Trágica. Estando en la cárcel de Zaragoza organizó un grupo muy movido de mujeres reivindicativas.
¿Cuál es la situación de la mujer en la actualidad?
Estamos para atrás. Después de este movimiento, cuando se logró el sufragio femenino hubo una especie de parón. Quizá por el agotamiento o porque las mujeres más activas ya tenían una edad y parece que ya lo habíamos conseguido todo. En los años 60, con la revolución sexual y otro tipo de movimientos, se empezó a reivindicar de nuevo. No solo por las mujeres de otros países que aún tienen mucho por hacer, también en España por el machismo, la discriminación salarial,… No nos lo van a dar. Todavía queda mucho camino por recorrer. Somos exactamente iguales.
Últimamente se está volviendo a hablar de nuevo de aquella época e incluso recientemente se ha llevado a la televisión a través de la serie ‘Las chicas del cable’ de Netflix, ¿a qué se debe?
La serie no la he visto pero es un periodo que se olvidó completamente e incluso se ridiculizó a las sufragistas. Ya se encargó de ello el cine americano, incluso atacándolas por su físico. Para mucha gente el término feminista tiene una connotación, la de ridiculizar. Hay que reivindicar ese papel porque si votamos ahora es por ellas. Hay que volver a retomar eso y aclararlo, quitar esa imagen de señoras gritando por la calle y ver que había una lucha y que era muy dura. Si ahora ya lo es, imagínate en el siglo XIX y principios del XX cuando el papel de la mujer era criar hijos. Si eras proletaria, aún peor; y si tenías un poco de dinero, nadie pensaba que podías estudiar. Tu papel era casarte y criar hijos, y por supuesto, no perder la feminidad. Es algo que parece que le achacaban a las sufragistas, decían que no eran femeninas. Hay que reivindicarlo.
¿La historia ha tratado bien a ese periodo?
No. Incluso se olvidó y las propias mujeres tampoco hicieron presión para recordarlo. Creo que empezó de nuevo hace unos años con la película inglesa ‘Las Sufragistas’, que fue un punto de inflexión. Sirvió para reivindicar de nuevo ese papel y presentarlo en su conjunto. No solo las burguesas, también había una gran masa de obreras y mujeres en una situación penosa estaban por la reclamación de esos derechos. A partir de la película se ha vuelto a hablar del tema, fue importante.
¿Cómo analiza la situación de las mujeres en la actualidad?
Ahora aún escuchamos declaraciones de políticos igual de bochornosas que las que se escuchaban en ese periodo. Los argumentos que se daban entonces para quitarle el papel a las mujeres en el apartado político eran tan peregrinos como que la inteligencia no era la misma o que una vez al mes tendrían una crisis debido a la menstruación. Ese sustrato aún está presente aunque se corten un poco por el revuelo mediático que se forma. Para quitarlo aún hay mucho que lavar.
Usted ha sido profesora, ¿qué importancia tiene la formación en historia para los jóvenes?
Se debe enseñar y analizar las cosas porque después te llegan historias que no conoces y puedes quedarte con cosas que no son ciertas. Hay que conocer cómo ha evolucionado la historia. No obstante, sobre todo es muy importante el papel de la familia a la hora de educar a los hijos y lo que ven en casa: las tareas que realizan la madre y el padre, cómo tratan a sus hijos,… en la escuela están unas horas pero en casa, el resto del día. Nuestra labor por supuesto es muy importante pero también la de su entorno. Las familias tienen que plantearse que si quieren que sus hijos tengan las mismas posibilidades, deben educarles en ese sentido.