Uno de los clásicos del festival de cine de Calanda por Luis Buñuel es la realización de un taller de cortometrajes con jóvenes de entre 12 y 14 años y esta vez no ha sido para menos. Durante dos horas cada mañana hicieron del CBC su centro de operaciones en el que crear sus historias y darles forma para componer un audiovisual de apenas cinco minutos de duración. En ese tiempo metieron los ‘Tres sueños’ a los que les invitaron a jugar Xavier Urrios Henares y Jowita Tyszka, los dos calandinos encargados esta vez de guiar el taller.
Ambos se dedican al mundo del cine, acaban de terminar sus estudios y mientras siguen con el doctorado, ya han estrenado un corto y colaboran en proyectos de este tipo que surjan. «Nos preguntó Javier Espada y nosotros estamos encantados, las edades han sido un poco heterogéneas y hemos intentado hacer con ellos algo más experiencial con unos conceptos no tan cerrados para que pudieran ver el mundo del cine de otra manera«, reflexiona Urrios. Trabajar con niños ha sido muy enriquecedor tanto para el trabajo final como para los propios tutores. «Sacan otras cosas que no esperabas del cine y nosotros también aprendemos de ellos», sonríe. Coincide con estas palabras Jowita Tyszka, quien no suele compartir su día a día con niños de estas edades y menos en el mundo del cine. «Al trabajar con ellos te das cuenta de que lo tienes todo muy colocado en tu cabeza y de repente te vienen con unas ideas y pensamientos que tú no tendrías. Es lo que le da cierta gracia, y además se divierten y aprenden, que se trata de eso», apunta.
El sábado por la tarde se vio el resultado en la pantalla grande de la Casa de Cultura Víctor Romero. Hubo una buena entrada en las butacas, en parte con la presencia de las familias y amigos de estas promesas del audiovisual. Algunos de ellos estuvieron presentes y, apartando la timidez, dieron las gracias desde el escenario a través del micrófono. Delante, entre los espectadores, además de a su gente más cercana, tuvieron a gente tan relevante como el director de fotografía José Luis Alcaine, o el realizador Emilio R. Barrachina, que presentó su documental ‘Frente al silencio’ después del estreno de ‘Tres sueños’.
Contemplaron cómo llevaron el surrealismo a la pantalla siendo creadores y actores. Tras conocer unos conceptos básicos del cine, ellos crearon secuencias -unas más estándar y otras más experimentales sin guiones previos. «Se trata de que tengan libertad y que hagan lo que les salga, a nosotros nos han sorprendido, porque son niños y no te puedes esperar lo que van a hacer», ríe Tyszka.
Atento estuvo Javier Espada, el director del BCIFF, que celebró esta apuesta por los más jóvenes. «Hay que sembrar para recoger, ellos son el futuro y más en esta tierra de cine«, dice. Se cumplió también el objetivo de que los participantes tomasen conciencia de lo que cuesta hacer una película en todos los sentidos. Sacar adelante estos cinco minutos no fue fácil pero se logró y se estrenó antes de la noche de clausura.