Continúan las labores de desmantelamiento de la Central Térmica de Andorra y la última infraestructura en caer ha sido la primera de las tres calderas de la instalación en una voladura controlada en la mañana de este jueves. Desde Endesa aseguran que el proceso de desmantelamiento de la central se encuentra avanzado a un 86%.
La caldera derruida es una estructura metálica, de 70 metros de altura, cuenta con una superficie en la base de 780 m2 y tiene un volumen de 54.600 m3. Fue vaciada en su interior y se demolió por la técnica de voladura controlada. Indica desde la eléctrica que es la primera vez que se utiliza esta técnica para la demolición de una caldera dentro de una instalación de generación de Endesa. Los técnicos especialistas de la compañía optaron por este método con el fin de eliminar los riesgos derivados de la realización de trabajos en altura para el personal que está interviniendo en el desmantelamiento de grandes estructuras de la central.
Para llevar a cabo la voladura, previamente se llevó a cabo una excavación en la propia estructura para poder liberar las cimentaciones que se perforaron para alojar las diferentes cargas de explosivos. En total, se utilizaron 650 kilos de dinamita que se activaron a través de 312 detonadores electrónicos; adicionalmente a las anteriores cargas se instalaron 88 cargas de corte lineal en los pilares de la estructura que soportaba la caldera.
Esta voladura produjo alrededor de 10.000 toneladas de residuos metálicos valorizables que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. En este sentido, explican que con este material obtenido con la voladura se espera superar el 90% de valorización de todos los residuos generados en la demolición. «Endesa sigue trabajando en el desmantelamiento de esta histórica central», dicen, y recuerdan que recientemente se finalizaron los trabajos de sellado del vertedero de Corta Barrabasa y los trabajos de adecuación de Mas de Perlé donde ira un desarrollo fotovoltaico.
Nuevos pasos a dar
Tras esta voladura, el siguiente paso será volar las calderas grupo 2 y 1, la demolición de la nave de turbinas en su totalidad, así como la demolición de pequeños depósitos. Como recuerdan, al mismo tiempo que se desmantela «esta central que estuvo operativa cuatro décadas», Endesa está llevando a cabo los proyectos del concurso de Transición Justa vinculados al nudo de Andorra. «Iniciativas que prevé nuevo desarrollo renovable, así como un ambicioso plan socioeconómico para la región». El pasado mes de mayo, Endesa empleó 175 kilos de dinamita para derribar los tres precalentadores del complejo eléctrico.