Fuentespalda y La Fresneda acogieron en mayo la grabación de la película dirigida por Emilio Martínez-Lázaro y basada en el libro ‘Un Hipster en la España Vacía’ de Daniel Gascón. El protagonista de la película es Lalo Tenorio, un actor que comenzó con tan solo 15 años como monologuista y que a sus 26 años es uno de los intérpretes más prometedores y con mayor frescura del actual panorama cinematográfico español. Tenorio comparte escena con actores consolidados como Tito Valverde, Paco León, Miguel Rellán, Berta Vázquez y Macarena García entre muchos otros.
¿Se parece el Matarraña a la sociedad que en clave de humor se recoge en el libro y se plasmará en 'El Hipster'?
Es una comedia y siempre se exageran diferentes aspectos. Evidentemente transcurre en una zona rural y además el autor del libro, Daniel Gascón, ha vivido mucho en zonas rurales, conoce muy bien Teruel y eso se plasma tanto en el libro como en la película. Pero en otros aspectos no tanto. El Matarraña además hemos visto que es un territorio especial por su cultura, por el idioma propio que tiene, por ser muy turístico, por el microclima que tiene… Creo que en esos aspectos no se parecerá tanto al pueblo ficticio de La Cañada.
¿Vamos a tener que reírnos un poco de nosotros mismos cuando veamos la película?
Sin duda, pero realmente el que siempre sale mal parado tanto en el libro como en la película es el urbanita, el hípster. Los personajes más risibles son precisamente aquí los del medio urbano, y concretamente el que yo interpreto que es sin duda del que se ríen los del pueblo ficticio. Yo además no es que sea como el personaje pero tengo muchas cosas en común con él, así que si yo puedo reírme de mi mismo, seguro que todos lo harán cuando vean la película. Es una ficción y para nada se degrada a ningún tipo de persona.
La productora, Amazon, guarda celosamente los secretos de la grabación… ¿Pero puedes avanzarnos algo de la película?
A parte de lo que ya se sabe por la propia sinopsis del libro lo único que puedo decir es que hay varias escenas en las que mi personaje sale bastante escaldado. Escenas en las que nos hemos reído mucho pero que han sido complicadas de rodar… Tenemos que esperar a que se estrene, pero solo puedo decir que siendo una película de Emilio Martínez-Lázaro el espectador se va a reír mucho. Estoy acompañado de un reparto impresionante y nos lo pasamos genial grabando. Es que hasta el propio equipo de la película es gracioso. Creo que todo ello va a traspasarse en la película y se va a plasmar. Tenemos a actores como Rober Bodegas, que es divertidísimo y precisamente se ríe en Pantomima Full de todo tipo de gente, desde el ejecutivo del distrito financiero, al que nunca ha salido de su pueblo o barrio y se va a Londres, hasta el urbanita, el propio hípster… Es una película en la que cada actor se ha tomado muy enserio su personaje. Nada puede fallar.
¿Puedes contarnos alguna anécdota que sucediese en el Matarraña?
El último día que estuvimos rodando por allí nos cayó un diluvio tremendo en la ermita de Santa Bárbara de La Fresneda. Un vecino nos advirtió de que si hay nubes mirando a Santa Bárbara es que iba a llover seguro. Y así fue. Nos caló el agua por todas partes. Además he conocido a gente estupenda. Dani y Desi, dos escultores del Matarraña me regalaron una oveja que ellos mismos esculpieron y ese detalle me llegó al alma. Me llamó la atención también que he visto mucho arte en el Matarraña.
Creo que además leíais La COMARCA…
Sí, de hecho vi la noticia que publicaste al poco de haber empezado a grabar. Además nos pasó una anécdota muy curiosa con Miguel Rellán, que es un voraz lector. A los pocos días de llegar me recomendó que leyese el libro ‘Un caballero a la deriva’, de Herbert Clyde Lewis. Solo un par de días después nuestra sorpresa fue mayúscula. Yo leía vuestros periódicos, cuando tenía un descanso, en el Bar La Taberna de Fuentespalda y en vuestra edición del 12 de mayo en la sección en la que se propone un libro (‘Todo está en los libros’ de Miguel Ibáñez) se recomendaba ese mismo libro. Se lo dije a Miguel y a ambos nos sorprendió mucho. Fue muy gracioso.
Nos han dicho que Tito Valverde -el alcalde al que echas en la película- se hizo amigo de todo el mundo…
Tiene un talento natural con la gente. Da realmente mucho respeto medirse con él porque impresiona. Es un actor al que conoce todo el mundo, pero es que es genial. La verdad es que nos lo hemos pasado muy bien. Y en mi caso estoy seguro de que volveré al Matarraña a visitarlo con familiares o personas allegadas.
¿Cómo os hemos tratado en el Matarraña?
Excepcionalmente. He estado casi todo el mes por allí, yo me alojé en La Fresneda. No había estado aquí nunca y volveré sin duda de vacaciones. Soy de Madrid pero sí que tengo vinculación con una zona rural de Palencia poco conocida. El Matarraña tampoco lo conocía ni tenía referencias y la verdad que me ha sorprendido muy gratamente, pero no solo a mi, creo que a buena parte del equipo que hasta aquí nos desplazamos. Volveré sin duda como turista. El castillo de Valderrobres, la propia Fresneda, el embalse de Pena… Me voy, eso sí, con las ganas de conocer Beceite.
¿Cres que continúa existiendo ese ‘choque’ de realidades entre el medio rural y el urbano? Entre Malasaña y Fuentespalda…
Quizá puede notarse en el sector servicios. Pero en cuanto a cómo es la gente yo creo que no. Soy además de un barrio de Madrid, de Vicálvaro, y la personalidad es bastante similar. Otra cosa puede ser el centro de una gran ciudad.
El libro en el que se basa la película parte de la idealización del medio rural desde el urbano ¿Crees que esto sucede?
Sí, se idealiza todo. Muchas veces hay un concepto romántico del campo. Y parece que nos cueste darnos cuenta de que se trabaja mucho en todas partes. En el campo se trabaja mucho y es muy duro y en ambientes urbanos también. Existe esa idealización por ambas partes. Pasar un fin de semana en un entorno rural es algo idílico. Irse a la Gran Vía de Madrid a ver musicales y disfrutar de esa atmósfera también. Pero lo importante aquí es el día a día y en ambas realidades se trabaja mucho y tienen sus cosas buenas y malas.
Además de actor despuntaste como cómico, como monologuista ¿Cómo ves el humor actualmente en España?
Ahora mismo la faceta de monologuista la tengo un poco aparcada. Pero sí que puedo decir que veo a la sociedad muy crispada. No quiero exagerar pero el humor en directo actualmente está complicado. En mi caso trato de mantenerme al margen de según qué temas porque hay muchas susceptibilidades hacia todos los lados y temas. No estamos hablando ya de que la gente pueda tener la piel fina, es que en cualquier cosa que dices se nota una crispación en todos los sectores y corrientes y todo el mundo está enseguida “a la que salta”. Quizá hasta yo el primero.