El nuevo primer edil de Ráfales, Jose Ramón Arrufat, reconoce que sus dos hijas de 7 y 11 años fueron determinantes a la hora de animarse a ponerse en la primera fila de la política e intentar liderar iniciativas para que Ráfales no sucumba ante la despoblación.
Es usted un defensor de la vida en el medio rural ¿Ha vivido fuera de Ráfales o se ha planteado emigrar a alguna gran ciudad en algún momento?
¡Nunca! Siempre he estado muy agusto aquí, disfruto viviendo aquí y ¡No cambio el pueblo por nada! La mayoría de la gente de los pueblos conocemos cómo se vive en las ciudades, Pero hay mucha gente que desconoce el día a día de los pueblos y eso me preocupa. Aquí hay tranquilidad, calidad de vida, bellos paisajes… Yo no tengo nada claro que en las ciudades se viva mejor. En los pueblos si tienes trabajo la calidad de vida no es mala.Y aunque carezcamos de servicios, por los cuales debemos pelear, lo cierto es que tenemos Valderrobres y Alcañiz a 20 y 25 minutos. Para gustos los colores, está claro que habrá gente que le guste más vivir en una ciudad y a otros en un pueblo, pero el problema que veo es que la mayoría de la gente desconoce las ventajas que tiene vivir en un pueblo.
¿Cual es su dedicación y actividad laboral?
Soy avicultor, tengo una explotación ganadera de pollos y además me dedico a la agricultura de secano, principalmente al olivo y al almendro. La explotación la tengo aquí en Ráfales, así que además de vivir aquí, trabajo aquí. Y la agricultura nos sirve también como actividad complementaria. Hace años desarrollé distintas facetas y trabajos pero siempre dentro del mundo de la ganadería.
Sabemos que el campo y la ganadería requieren muchas horas de trabajo ¿Cómo compagina tener ahora más trabajo?
Multiplicándome (se ríe), la verdad que cuando uno hace lo que le gusta no mira el reloj. Intento sacar más horas y más ratos libres y además estoy haciendo un esfuerzo por automatizar y optimizar la explotación ganadera para poder tener así más tiempo para dedicarlo a todos los asuntos referentes a la alcaldía. Lo cierto además es que cuento con la ayuda de mi mujer.
¿Había tenido experiencia en el mundo de la política?
Fui concejal con tan solo 23 años con Fernando Cavero en su primera legislatura.
¿Y cómo se animó a dar el paso a la política?
Cuando el anterior alcalde, Fernando Cavero, dijo que no se iba a presentar y después de haber desarrollado una importante labor durante 20 años, pensó en mi para renovar la lista. Lo cierto es que en mi entorno hubo gente que se sorprendió, otros no tanto, pero he de decir que mis dos hijas, de 7 y 11 años, fueron el principal motivo para presentarme. Me considero una persona joven y creo que se pueden hacer cosas y favorecer proyectos para que toda la gente que viene detrás quiera quedarse a vivir en Ráfales. Quise involucrarme desde la primera línea para hacer cosas por el pueblo.
¿Ve complicado el futuro de Ráfales, uno de los pueblos con menos habitantes del Matarraña?
Por lo pronto hay un halo de esperanza. En estos momentos Ráfales tiene 120 habitantes pero tenemos a 14 niños en la escuela, algo que sin duda es una buena noticia porque hacía muchos años que no teníamos tantos alumnos y ya nos estamos planteando ampliar el colegio porque este año ya nos falta un aula y tenemos que hacer el desdoble en el Ayuntamiento. Esta será una de las prioridades que tendremos, junto con el nuevo botiquín médico y por supuesto con la carretera que nos comunica con La Portellada y Valderrobres.
¿Cómo ve el futuro de la comarca como ganadero?
Soy un firme defensor de que el turismo tiene que ir de la mano del sector agroalimentario. Y me preocupa que, aunque hay proyectos conjuntos, hay cierto distanciamiento entre ambos sectores. La gente tiene que ser consciente de que sin granjas y sin cerdos, con todo lo que ello implica, no hay jamones para vender a los turistas. Los agricultores son los que mantienen las fincas. A los turistas les encanta encontrarse en marzo con un campo de almendros en flor, pero detrás hay un trabajo poco reconocido del agricultor, que es el que además se encarga de mantener los caminos, las fincas… Y creo que tenemos que ser conscientes de la importancia de Grupo Arcoiris para nuestro territorio. Soy socio desde hace muchos años y creo que el presente y el futuro del Matarraña pasa por Arcoiris. Se ha ido mucha gente y no quedamos muchos, pero sin duda sin la expansión y trayectoria del grupo agroalimentario estoy convencido y es evidente, que estaríamos mucha menos gente en el territorio.
¿Cuáles son sus principales aficiones?
Lo que más me hace desconectar es dar un paseo por el monte o hacer una excursión con mi mujer y mis hijas. me gusta mucho también escaparme a la playa y luego la verdad que disfruto con momentos tan sencillos como el mero hecho de ir a almorzar con mis amigos o salir a tomar algo, hablar con la gente y socializar con los vecinos de Ráfales.