¿De qué manera se le ha apretado la agenda a Fabiolo y a Rafa Maza?
Estoy flipando con lo que está pasando, está siendo un año muy bonito. Sobre todo, en redes sociales los vídeos que voy colgando están teniendo aceptación y eso está animando a que el público venga a verme al teatro. Suelo estar los viernes en el Teatro Alfil de Madrid y en la gira se están llenando las sesiones.
¿Qué percibe del público?
Me agradecen que les haga reír pero ya casi como medicina, la risa como vacuna… y percibo que la gente necesita reír, tanto por el confinamiento como por todo lo que está pasando ahora con la quinta ola. Necesitamos desahogarnos y qué mejor que a través de la risa. Yo aporto mi granito de arena.
A la actuación se suman los vídeos que graba alusivos a cada lugar donde actúa. ¿La gente los espera?
Antes de venir he grabado uno en la estación de Zaragoza. Igual es que soy muy perfeccionista porque siempre pienso que no sirve pero lo pongo en redes y triunfa… Espero que guste el de Alcañiz.
¿Qué es ‘Fabiolo Connection?
Es el segundo espectáculo de este pijo de La Moraleja madrileña pero esta vez Fabiolo hace un viaje extraordinario a través del desierto para llegar a Abu Dabi porque va a dar clases de tenis a una hija de un jeque. Habla también de futuro y de algoritmos todo mezclado con un viaje a ‘Las mil y una noches’. Al-Juarismi fue un matemático árabe que desarrolló los algoritmos y a él se le debe el nombre, así que, hay humor pero también hay Historia y un viaje a través de lugares mágicos como son los países árabes con lo que tenemos todos en el imaginario colectivo. Alcañiz es nombre árabe y aquí tenéis esta mezquita (en referencia al Castillo) o una kasbah o vete tú a saber.
Con la imaginación eso es posible.
Con la imaginación puede ser cualquier cosa porque Fabiolo nos invita a imaginar y, a través de de la imaginación poder reírnos del absurdo y de todo eso que la vida normal no nos permite imaginar tanto. En el show desconectamos… precisamente, con ‘Fabiolo Connection’.
¿Viaja solo Fabiolo?
No. Creo que hay diez o doce personajes más.
¿Cómo está yendo la gira? ¿Hay fronteras en esto del humor?
Venimos de Benavente (Zamora), después de Alcañiz iremos a Fuengirola (Málaga), Cartagena (Murcia), Barcelona, Sevilla acabo de estar, Santander… Muchos sitios, además de Madrid que es donde vivo. También me apetece desconectar un poquito este verano.
Hace meses se hizo viral el vídeo grabado en el Ebro en Zaragoza para anunciar una actuación pero lo presentaba como el Guadalquivir y Sevilla. Ahí empezó todo, ¿cómo lo vive?
Me resulta muy bonito que hay muchos niños que se saben de memoria el vídeo del Guadalquivir pero es que se lo saben mejor que yo. Muchas veces me preguntan si me pueden grabar diciéndolo y yo les pido que lo hagamos todos juntos y me corrigen al decir el texto. (Ríe)
¿Tenían ganas de verle en Sevilla?
(Ríe) Uy, sí, sí. De hecho, allí hice un vídeo a la contra del primero que grabé Zaragoza, lo hice diciendo que era el Ebro. Fue gracioso porque justo cuando lo grababa pasaron unas chicas por el Puente de Triana y me dijeron: «Nosotras somos de Zaragoza». Así que, mejor imposible.
¿Cómo acaba el vídeo?
Con un «¡Qué pavas!», claro.