A pesar de la precariedad de las infraestructuras, del incremento de los costes y de la falta de personal y relevo, el sector mira al futuro con optimismo. Así lo cree el valderrobrense César Soriano que está al frente de la asociación provincial y de la Federación Empresas de Transportes de Aragón.
¿Cómo están los ánimos?
Los ánimos siempre están bien, lo que pasa es que las circunstancias nos hacen estar un poco tristes. Los costes están disparados y San Cristóbal puede ser celebración pero es un día, porque el día a día se nos está complicando muchísimo.
¿Se trata solo del incremento del coste del gasoil o en general?
Antes de la subida del precio, el gasoil nos suponía entre un 30 y un 35% del coste total y está ya al 45% pero no está más alto porcentualmente porque los demás costes han subido en igual o mayor medida. Desde el 1 de enero de 2021 hasta la actualidad, las ruedas han subido un 25%; los camiones, un 30%; los salarios -aunque en menor medida- también han subido, los seguros… Todo. Es generalizado. Esta vez no es como en otras ocasiones que se han dado episodios de encarecimiento del petróleo. Ahora es todo, cualquier producto que tocas está disparado.
¿Ha frenado las previsiones de crecimiento tras la pandemia?
El crecimiento ahora es negativo. El precio que tendríamos que cobrar por los transportes está entre un 20 y un 25% más bajo. Y, aunque también se van subiendo los precios, no llegan a los costes. También entendemos que todos tenemos que colaborar para superar este bache, tanto nosotros, como los proveedores como los clientes. Es tarea de todos.
¿Esto lo entiende todo el mundo?
Lo que detecto es que la gente no es consciente de lo que nos está pasando y eso me da un poco de tristeza. La gente ve al diablo cuando entra por la puerta pero no lo ve venir y se está complicando mucho todo. Estamos llegando a unos niveles de precios y costes que puede llegar un momento en el que no se puedan pagar. Ya no es que sean caras o baratas, es que a lo mejor alguno dejará la actividad porque no va a ser rentable fabricar nada con estos precios. Ya está sucediendo en transportes.
¿En qué situación está la Asociación de Transportes de Teruel?
En cuanto a asociados seguimos en aumento, cada año subimos y ya somos muchos más que antes de la pandemia. Creo que la gente reconoce que hacemos una labor, dentro de nuestras posibilidades, adheridos a asociaciones mucho más grandes en España y a confederaciones. De hecho, estamos en la Confederación Empresarial (CEPE), en la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), así como en el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC). Nosotros intentamos, y se han conseguido cosas, siempre desde el diálogo y presionando pero nunca admitiremos como primera opción parar un país como se intentó hacer en marzo.
No comparten los paros.
No. Nosotros no tenemos esa idea, nosotros entendemos todo desde la colaboración y siempre digo lo mismo: una cadena tiene muchos eslabones y da lo mismo por dónde se parta porque se rompe igual. Tienes que cuidar lo máximo posible a todos los eslabones desde el cliente al proveedor, pasando por el conductor, el trabajador… Tenemos un equipo humano que tenemos que valorar, es gente muy válida y hay que procurar que el peso lo llevemos entre todos y no haya nadie que salga ganando de esta crisis como en algún sector está pasando.
¿Qué ventajas tiene ser de la asociación?
Aparte de la representatividad, la información. Las empresas que tienen conductores y camiones tienen mayor posibilidad de estar al tanto de las últimas noticias, pero el señor que va con el camión está a su faena y muchas veces no tiene tiempo de mucho más. Nosotros enviamos de forma continua información de todo tipo que nos afecta: de cualquier negociación, de leyes o normativas e incluso partes meteorológicos, restricciones de tráfico y festivos en diferentes comunidades y países. La información es constante y eso para mí es primordial. Aparte, desde los comités nacionales está la defensa de los intereses del sector, además de una serie de gestiones como servicio de nóminas, de multas… Cuando un asociado tiene un problema la asociación responde, se pone en contacto con Guardia Civil, con Subdelegación o quien haga falta para al menos informarle de las opciones que tiene.
Y la unión y llevar el nombre de la provincia a nivel estatal.
Sí, y porcentualmente nuestra asociación tiene más representatividad en la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) en Madrid -la más importante del país- que otras provincias con mucha más población y mucha más actividad.
Ustedes que recorren la provincia, ¿cómo la ven sin central Térmica y con infraestructuras sin apenas cambios en los últimos años? ¿Cómo acogen los anuncios de llegadas de nuevas empresas?
Estos anuncios son bien valorados pero yo todavía me acuerdo de la súper empresa de pellets de Andorra que se anunció hace cinco años y yo no sé si va a llegar. Todo lo que se anuncia, es muy bien recibido porque será actividad para nosotros y los demás. En cuanto a las infraestructuras, se va avanzando pero muy muy muy despacio. Recorremos toda la provincia pero también recorremos toda España y la diferencia es… odiosa. Hay mucha en carreteras autonómicas y no digamos en nacionales. El trato no es el mismo, también te lo digo. Y la central Térmica ya no está. Ya es pasado y creo que lo que tenemos que hacer es encarar el futuro con ánimo y que podamos solucionar los problemas que tenemos. El mayor ahora es la poca gente.
La despoblación afecta a todo: no hay relevo ni gente ahora.
Una cosa lleva a la otra y traer empresas aquí es complicado porque vienen y no tenemos mano de obra. Ya advertimos desde CEOE de que no hay mano de obra y es una situación bastante maquiavélica. Entiendo al Gobierno de Aragón y a la Confederación, que tratan de traer empresas de Barcelona o de Madrid que llegan aquí con ventajas y buenos precios en terrenos pero se tienen que traer mano de obra cualificada.
¿Cómo ven el futuro del territorio?
Vamos a mirar el futuro con optimismo, a pensar en que van a venir empresas y en que a la gente le empieza a gustar en mundo rural. Parece que se está dando ese cambio de perspectiva respecto a las ciudades, así que, esperamos que la gente se vaya pasando al lado claro de la fuerza (sonríe). De hecho, hay comarcas que ya van teniendo crecimiento. No todo es malo, algunos pueblos no tendrán remedio pero hay muchos que sí y tienen mucho futuro.