Los trajes tradicionales, la devoción, las tradicionales y dulces tetillas y el espíritu que rodea a la festividad de Santa Águeda, aunque tímidamente, han tomado las calles y rincones de multitud de localidades, especialmente en la comarca del Matarraña. Varias localidades han celebrado las tradicionales procesiones y eucaristías en honor a la santa. Se trata de una fiesta que, aunque con tintes festivos, constituye una de las más históricas y tradicionales reivindicaciones del papel de la mujer en el medio y la sociedad rural.
En Valderrobres las aguederas se han dado cita en la recóndita y apartada plaza de Santa Águeda. Algunas de ellas lo han hecho ataviadas con el traje regional. Allí, han procedido a bajar a la Santa que habitualmente preside la plaza en una hornacina. Como manda la tradición, la encargada de portar la imagen de Santa Águeda ha sido la última joven mujer en haber sido madre, honor que en esta ocasión ha recaído en Andrea Albesa. Las aguederas han completado el trayecto entre la plaza y el templo parroquial donde se ha celebrado una misa en honor a Santa Águeda. Otras localidades matarrañenses como Mazaleón y Calaceite han acogido actos en honor a Santa Águeda durante el fin de semana.
Bendición de «tetas» en La Ginebrosa
Las Rabosas también han celebrado Santa Águeda en La Ginebrosa. Tras la misa en la que se han bendecido las tradicionales «tetas de Santa Águeda» ha tenido lugar una pequeña procesión por las calles de la Vila. Y, aunque por precaución no se ha llevado a cabo la habitual comida de hermandad en el salón municipal, las mujeres del pueblo se han mostrado satisfechas de recuperar parte de su fiesta tras el parón de la pandemia.