Pasaban pocos minutos de las doce cuando el alcalde de Alcañiz, Miguel Ángel Estevan, ha encendido el chupinazo de inicio de fiestas. Acompañado por el resto de la corporación, todos bien ataviados con sus respectivos looks peñistas, y de las reinas, con sus bandas y los nervios a flor de piel, todos han ido pasando para encender sucesivos cohetes con los que toda la plaza se ha ido animando.
Justo antes del chupinazo, desde el consistorio se ha querido ofrecer un especial homenaje a Santos Soro, un empleado de la brigada que durante muchos años se ha prestado de forma desinteresada a colaborar con las labores de pirotecnia de las fiestas patronales. Un homenaje que Santos Soro, que ahora pasa el testigo a su hijo, ha recibido visiblemente emocionado ante una plaza que ha coreado su nombre. Después del recorrido de Gigantes y Cabezudos, Santos ha tenido el honor de lanzar el último de los cohetes.
Justo después han sido las reinas las que han tomado la palabra para lanzar un mensaje a sus vecinos. Todas ellas, que han contado con el apoyo incondicional de sus amigos desde las primeras filas, han animado a los alcañizanos a participar en todos los actos y a disfrutar al máximo de los festejos.
Entre vivas a la Virgen de los Pueyos y al Santo Ángel Custodio ha comenzado la cuenta atrás para el inicio de las fiestas y con el primer cohete los peñistas han conseguido hacer que la plaza vibrara. Una vez la fiesta ha comenzado, el protagonismo ha pasado a los gigantes y los cabezudos con el primer recorrido de las fiestas patronales.
Tanto el alcalde, Miguel Ángel Estevan, como la concejala de festejos, Marta Alquezar, han recordado la importancia del respeto como eje para disfrutar de unas buenas fiestas. La concejala apelaba al «autocontrol» para los más jóvenes, mientras que el alcalde pedía «vivir, disfrutar y respetar para conseguir las mejores fiestas posibles».
Por delante quedan seis días en los que se vivirán más de 86 actos, un programa con implicación de los clubs deportivos, especialmente el Alcañiz Club de Fútbol, pregonero de la ciudad en su centenario.
A remojo en la gaseosada de la tarde
El calor acompañó durante la jornada y eso hizo más apetecible darse un remojón en el mismo escenario donde a mediodía había estallado la fiesta: la plaza de España. La batalla de gaseosa comenzó a las 16.00 bien puntual, tanto que hubo que recordarle a más de uno que había esperar a que se prendiera el cohete. Salió despedido después de que la concejal de Fiestas, Marta Alquézar, dirigiera unas breves palabras a los allí presentes, un público compuesto por peñistas muy jóvenes. Y es que, como recordó, a ellos iba dirigida la gaseosada. «Habíais pedido más actos para los jóvenes y aquí tenéis este», dijo y se prendió la mecha del cohete que abrió la veda al lanzamiento de gaseosa primero y después, de agua. De esto se encargó la brigada con una manguera.
La munición la puso el Ayuntamiento, que repartió unos mil litros de gaseosa en botellas de plástico. Muchos ya iban con la técnica de dejarla caer al suelo, recogerla y abrirla con rapidez. Así el chorro sale a mayor propulsión. Al final, en los vaivenes de la batalla, cada cual hizo lo que pudo por mojar a los demás. Fue la charanga A todo ritmo la que marcó el paso de baile en la plaza y seguidamente en el recorrido peñero que pasó por el centro por Alejandre y el Carmen para cruzar la avenida Aragón y detenerse en calles de Viveros antes de regresar al Carmen. El final fue en la plaza Mendizábal donde djs locales tomaron el testigo musical en una sesión de tarde.