La declaración se realizó por videoconferencia y su actitud fue «pasota» y «chulesca» ante las preguntas de la jueza
El triple crimen de Andorra volvió ayer a la agenda de actualidad del territorio. Norbert Feher compareció por videoconferencia ante el Juzgado número 1 de Alcañiz para declarar sobre los delitos perpretados contra la propiedad días antes de la doble tentativa de homicidio contra dos vecinos de Albalate del Arzobispo, que se produjeron el día 5 de diciembre, y los días posteriores, hasta el día del triple asesinato. La causa trata de depurar responsabilidades respecto a una decena de robos con fuerza en varios masicos de la zona de Albalate y Andorra, además de la muerte de un perro en una de esas viviendas.
Pese a que en un primer momento Feher se acogió a su derecho a no declarar, el asesino confeso de José Luis Iranzo y los dos Guardia Civiles, Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, acabó contestando a las preguntas de la jueza en una comparecencia que apenas se alargó unos minutos. Lo hizo a través de videoconferencia, en italiano y mostrando una actitud desafiante y algo «pasota» y «chulesca». «Estaba muy sonriente, como de cachondeo. La jueza incluso tuvo que llamarle en varias ocasiones la atención, porque no paraba de sonreir e interrumpir el proceso», explicó David Pérez, abogado del dueño del perro que apareció muerto a finales de noviembre en uno de los masicos de la zona de Albalate. «Ha cambiado físicamente, ya no se le ve tan fuerte como en las imágenes que pudimos ver tras los asesinatos en los medios. La cárcel parece haberle pasado factura», aseguró.
Pese a que Norbert Feher no reconoció ninguno de los delitos por los que se le juzga en este proceso, sí que hizo mención a lo ocurrido los días 5 y 14 de diciembre. «Debió de confundir los términos por los que estaba declarando. No reconoció los robos perpetrados en una decena de masicos y sin embargo mencionó los asaltos realizados a «un viejo» y a los dos Guardia Civiles. Además, nombró la casa de campo del ganadero (José Luis Iranzo) en una ocasión», indicó David Pérez.
Cabe recordar que es la causa contra Norbert Feher está divida en tres partes. Por un lado el Juzgado número 1 de Alcañiz se encarga de las causas contra los delitos de la propiedad privada ocurridos los días anteriores, desde finales de noviembre al 5 de diciembre, y posteriores a la doble tentativa de homicidio contra los vecinos de Albalate. Además, investiga este doble tiroteo. Por otro, el Juzgado número 2 lleva la causa del triple asesinato de Iranzo, Romero y Caballero ocurrido el 14 de diciembre.
Tanto las partes, como el Ministerio fiscal y la acusación popular de las tres causas piden que se unifiquen las causas y así se pueda juzgar de manera conjunta a Norbert Feher. El pasado mes de marzo se presentó el recurso de apelación pertinente en la Audiencia Provincial de Teruel para unificar las causas. La respuesta todavía no ha llegado y se espera que la resolución pueda conocerse en las próximas semanas.
Piden ampliar las autopsias para conocer cómo fallecieron los guardias
Dos de los abogados de las familias de los guardias Victor Caballero y Víctor Romero han solicitado una ampliación de los informes de la autopsia para conocer más datos de cómo fueron sus muertes (tiempo que tardaron en fallecer y qué disparo fue determinante) y de los chalecos para comprobar si tenían «la protección requerida». Por otro lado, el asesino de los dos agentes y de José Luis Iranzo, Igor el Ruso, estaba citado para declarar ayer por videoconferencia en el Juzgado de Alcañiz desde la cárcel de Zuera. La citación se debió a los pequeños robos que cometió en el Bajo Aragón pero no tiene que ver ni con la causa del triple crimen de Andorra ni por la doble tentativa de homicidio del masico de Albalate.
La petición de los dos informes la han realizado tanto la abogada de la madre y hermanos de Caballero en un primer momento y después, el letrado de la viuda y la hija de Romero. En ambos casos las solicitudes son muy parecidas aunque sus argumentaciones de los objetivos sí son distintas.
En el caso de la familia de Caballero, han pedido estas diligencias porque entienden que son necesarias para determinar tres cuestiones clave: si se hubiera podido evitar su fallecimiento con una atención médica inmediata y especializada en el lugar del tiroteo, si se le practicó el protocolo de reanimación de forma correcta a la vista del estado del agente, y si el chaleco antibalas que portaba le hubiera salvado la vida en caso de haber protegido suficientemente zonas vitales alcanzadas por los disparos. Cabe recordar que el chaleco de Caballero no le protegió de dos disparos en una zona vital que debería estar cubierta por el «paquete balístico» (la parte del chaleco protegida con una placa metálica para evitar las balas) tal y como lo certifican tanto la autopsia como un informe de Criminalística incluidos en el sumario del caso. . Víctor Jesús Caballero llevaba un chaleco propiedad de la Guardia Civil que era, como mínimo, dos tallas menor a la que le correspondía por su envergadura física. La zona por la que le entraron dos de los disparos, el tórax, estaba cubierta por el faldón de tela que se emplea para acomodar el chaleco al pantalón debido a que le quedaba muy pequeño.
Por ello, por un lado solicitan una ampliación del informe de la autopsia para que se informe sobre el tiempo que pudo tardar en fallecer el guardia y qué disparo, de los que recibió, pudo ser el más determinante para causar el fallecimiento. «En otros casos de asesinatos que he llevado las autopsias eran mucho más específicas y por ejemplo, se explicaba todo lo que ahora hemos pedido», comenta la abogada.
En cuanto a su muerte también piden al Centro de Salud donde se trasladó a Caballero, el de Andorra, conocer la hora exacta en la que llegó y si lo hizo con vida y el protocolo de reanimación que se sigió.
Por otro lado, también reclaman la ampliación del Informe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial para conocer si el chaleco antibalas que portaba Caballero era el adecuado, el nivel de protección que debe tener un chaleco frente a impactos de armas de fuego, si su protección era la requerida, qué superficie de zonas vitales debía proteger y si en su caso esas zonas vitales estaban suficientemente protegidas. En este caso, la jueza ha contestado a la petición denegándola al asegurar que invade las diligencias en las que aún se está trabajando y que están aún en el sumario que es secreto.
En cuanto a la solicitud de Jorge Piedrafita, el letrado de la mujer e hija de Víctor Romero, tiene tres objetivos: poder acreditar que el agente y su compañero fueron atacados de una forma en la que no pudieron sobrevivir o tenían muy escasas opciones de ello, en el hipotético caso de haber podido sobrevivir el tiempo necesario para ello para que hubieran podido pedir ayuda médica si no les hubieran sido sustraídas sus pertenencias (el teléfono móvil de Romero),y que se pueda establecer que la situación de los disparos implica una pericia objetiva e intencionalidad en su ejecución por parte del acusado al disparar para provocar la muerte de los agentes al efectuar los disparos fuera de los equipos de protección con independencia de la talla de los mismos, con un claro dolo y alevosía que son incompatibles con la versión de legítima defensa manifestada por el acusado.
Por ello, en lo que respecta a las autopsias de los guardias civiles fallecidos, en especial la de Romero se hace preciso que se informen y aclaren los siguientes aspectos: si los disparos sufridos implicaron un fallecimiento inmediato o por el contrario quedó malherido tras recibir los mismos, de no haberse producido la muerte de inmediato cuanto tiempo pudo transcurrir para que se produjera el fallecimiento a consecuencia de las heridas de los disparos, y por último de los disparos recibidos si bien no puede determinarse el orden de los mismos, cuáles de ellos por la zona en la que se encontraba y los órganos cercanos pudo tener mayor relevancia para causar el fallecimiento, así como que se expliquen la sintomatología y padecimiento que pudieron implicar los mencionados disparos.
En relación con lo anterior también se solicita que se consulte al Centro de Salud de Andorra para que informe sobre si el agente Víctor Romero llegó con vida al centro sanitario y si suna vez se encontró en el mismo qué actuación sanitaria se llevó a cabo hacia esta persona en correlación a las lesiones que padecía y con qué cronograma horario se practicaron las mismas.
En cuanto a los chalecos antibalas, en el caso de que la jueza entienda pertinente seguir profundizando en las protecciones que portaban los agentes fallecidos como elemento relacionado con su asesinato, el letrado solicitaría tres cuestiones. Primero que se informe si el chaleco que portaba el agente Víctor Romero tenía las condiciones técnicas de protección y efectividad en los mismos términos y cualidades que son requeridas para los chalecos que se usan en el servicio de paisano en la Guardia Civil conforme a las homologaciones del Ministerio del Interior.
También conocer si la dimensión de las placas de protección varía en función de la talla, y en este caso la diferencia en centímetros que puede existir entre las distintas tallas; y que se determine la distancia de los disparos respecto a la zona de protección del chaleco antibalas.