Distorsiona la realidad y se cree con poder sobre la vida de los demás
El informe médico y psiquiátrico de Norbert Feher ordenado por la juez diagnostica tres trastornos de consideración: bipolar, paranoide de la personalidad y disocial grave. No obstante, las dos psicólogas que le evaluaron recogen en su informe, que ya ha sido incorporado al sumario, que tiene una «nula conciencia de su enfermedad» (y de la gravedad de los hechos que cometió) y «rechaza cualquier tratamiento».
Las psicólogas valoraron su capacidad intelectual «alta», control de los impulsos, su capacidad afectiva y su percepción y propia valoración de los delitos que se le imputan.
En el informe hace referencia a que padece un «delirio mesiánico en el contexto de desinhibición, con disforia crónica y desconfianza de todas las personas. «Es un delirio típico de los líderes de las sectas que se creen con poder para influir sobre otros. No desde una perspectiva empática, sino que sienten que tienen poder sobre la vida de los demás», explica una psicóloga externa al caso consultada por la COMARCA.
Por todo ello Feher, más conocido como Igor el Ruso, tiene un pronóstico clínico «malo, sin facilidad para tratar y controlar su psicopatología» según el informe. «Son personas que tienen una distorsión de la realidad y no conciben que son enfermos. Hablas con ellos y te lo explican desde su normalidad. Esto te lleva a que no haya posibilidad de afianzamiento de la terapia, no sirve de nada porque ellos no se lo creen», explica la psicóloga.
Respecto a los tres trastornos que padece Feher, el bipolar es una afección mental en la cual la persona tiene cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Pasa de la euforia a no querer salir de su habitación.
El trastorno paranoide de la personalidad hace referencia a la sensación de persecución, a pensar que otros hablan y conspiran contra su persona. «Piensan que existe un complot contra ellos por lo que tienen una actitud de desconfianza, siempre están hipervigilantes», comenta la psicóloga.
En cuanto al trastorno disocial grave, se traduce en conductas y reacciones difíciles. «Son personas bruscas, agresivas y con falta de habilidades sociales», precisa la profesional.
En cuanto a la evaluación médica, presenta antecedentes de dependencia del alcohol y gastritis crónica. Esta última es la inflamación del revestimiento del estómago que en muchos casos va asociada al consumo de bebidas alcohólicas. Desde su ingreso en la cárcel, a finales de 2017, solo se le está tratando la gastritis con Pantoprazol.
Desconfianza y reclusión voluntaria
En el informe también se hace referencia a que el criminal presenta desconfianza hacia los profesionales, mantiene una actitud de autoaislamiento y reclusión en su celda de forma voluntaria ocupando su tiempo en la lectura de la Biblia y cómics. De hecho, en la entrevista con las psicólogas, que tuvo lugar a finales de julio, solicitó ser visto por un capellán y se quejó de que no tenía sus gafas de ver.
Feher, quien aceptó hablar con las psicólogas el pasado mes de julio y fue «correcto y educado» en el trato, reconoció lo ocurrido en el triple crimen de Andorra y «asumió su responsabilidad y consecuencias». En el documento, de un folio a una cara, no se hace referencia a qué dijo sobre el asesinato de José Luis Iranzo y los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Caballero.
En el mes de mayo abandonó su actitud de autoreclusión tras llevar 138 días sin salir de su celda del módulo de aislamiento. La relación con el resto de presos es cordial e incluso los pocos instantes en los que tiene oportunidad de interactuar con otros reclusos lo hace de forma más bien afectuosa según relatan varias fuentes consultadas por este medio.
Las mismas fuentes confirmaron que practica a diario deporte de alta intensidad en el patio de la cárcel. Asimismo, hace un frecuente uso de la biblioteca de donde extrae una media de dos libros de historia así como de religión. Su religiosidad, que al parecer traspasa el fervor, quedó patente desde el día de su detención cuando, entre sus escasas pertenencias, portaba una Biblia, una medalla de la Virgen del Pilar o varios rosarios.
Su hasta ahora normal comportamiento en la cárcel, su relación con otros reclusos y la comunicación que mantiene con personas de Italia y España vendrían a confirmar que su comportamiento no es propio de un «lobo solitario» como pareció darse a entender durante los primeros días de su detención. Su actividad en las redes sociales mientras se paseó libremente por España, en las que llegó a colgar varios selfis vendrían a confirmar su voluntad de relacionarse. Además, las investigaciones italianas y los datos revelados en los últimos meses en varios medios de Italia y por la periodista Ana I. Gracia de El Español ponen de evidencia que lejos de tratarse de un sicario, era un delincuente común que inventó su propia biografía «de película».
Aparentemente es un experto francotirador que arrastra un gran historial delictivo desde que huyó de Serbia, su país de origen. Pero en realidad solo es un vulgar criminal de manual: un hombre en permanente huida, disfrazado de militar, armado, alcohólico, que no siente ningún aprecio por la vida de los demás. Llegó a hacerse pasar por 23 personas distintas, pero su verdadero nombre es Norbert Feher. Incluso se adueñó de la vida de su compañero de cárcel en Italia, Ivan Kazlavic, un auténtico francotirador del ejército ruso
En su Serbia natal se le acusó de numerosos robos y fue condenado a 11 años de prisión por una violación que él siempre negó. Ahí empezó una permanente huida hacia adelante plagada de mentiras y medias verdades que terminó con su detención el 15 de diciembre en Mirambel.
El triple asesino de Andorra será sometido a una nueva sesión psicológica en la cárcel de Zuera la próxima semana.