Los olietanos han conseguido que la oficina de Ibercaja del municipio mantenga sus tres días de apertura al público a la semana pero el horario será más reducido. Así lo han acordado este miércoles el ayuntamiento, la asociación Apadrina un Olivo y los responsables de la entidad en una reunión después de que la localidad haya conseguido más de 250 firmar para rechazar el recorte previsto del servicio.
Actualmente, la sucursal permanece abierta los lunes, miércoles y viernes en horario de 8.15 a 14.00 y los jueves por la tarde durante el invierno -opción que se descarta por la pandemia de covid-. No obstante, a partir del 26 de octubre, la oficina había notificado a los clientes un recorte en la atención y sólo se abrirá los martes y los viernes de 8.15 a 14.00. Finalmente, Ibercaja ha accedido a abrir también los lunes de 8.00 a 11.00 pero sólo hasta que coloquen en la oficina un cajero automático «moderno», que podría ser a principios de 2021.
Los responsables de la entidad, que alegan falta de rentabilidad y reestructuración del sector a la banca digital, no han aceptado mantener el servicio pese al Plan de Apoyo que les ha presentado Apadrina un Olivo, «con el objetivo de ayudarles a que esta oficina sea rentable». La asociación olietana ha propuesto una serie de acciones a cambio de que se mantuviera la apertura y horario actual de la oficina entendiendo que es un servicio básico para los vecinos, la mayoría de edad avanzada que necesitan del trabajador de banca para realizar sus gestiones.
La asociación -entidad de referencia en la lucha contra la despoblación- propone colaborar con Ibercaja en la difusión de su oferta de captación de nuevos clientes en la localidad y personas que tienen segunda residencia en Oliete; colaborar en la organización de talleres en la localidad para formar en el uso del cajero automático y la banca digital; ayudar a conectar con los vecinos a través de un Plan de acercamiento a los negocios y clientes que aún no están en Ibercaja. «Está claro que les falta compromiso con el medio rural. Nos dicen que en el resto del país no hay oficinas en los pueblos de menos de 500 habitantes. Están bastante enrocados», explica el presidente, Alberto Alfonso.
Alfonso reclama apoyo institucional para resolver esta «exclusión financiera» que afecta o terminará afectando a todos los pueblos pequeños de Aragón.