Cómo pasar de casi perder un cultivo y una semilla tradicional de alubia, a ser un producto referente para toda una comunidad autónoma. Esta fue una de las claves que se aportaron en las II Jornadas Gastronómicas ‘Temps del Fesol de Beseit’ que tuvieron lugar el viernes y sábado en Beceite. Organizadas por el Restaurante La Fábrica de Solfa, la jornada reunió a varios productores de Aragón y de la vecina Cataluña. Asistieron los productores Víctor Yus, de Judía de Muniesa; Joaquín Arque, productor de Boliche de Ascara (Huesca); Ángel Bonel, de Judía Trapera del Moncayo; Montse Miralles de la D.O. Fesol de Santa Pau de Girona y José Latorre, beceitano y productor de fesols.
El acto contó con la presencia de Cristina Mallor, investigadora de la Unidad de Hortofruticultura del CITA quien abrió la mesa redonda que tuvo lugar entre todos los participantes. También participarón Ana Caudevilla, directora de la Fundación de Innovación y Transferencia Agroalimentaria de Aragón (FITA). «Hemos conocido muchas experiencias y lo que más hemos visto que preocupa es la falta de relevo generacional. Ocurre en otras comarcas y hemos de destacar el interés que mucha gente tiene cuando viene a Aragón en conocer y probar variedades locales», explicó Mallor.
Durante la mesa redonda se pudo conocer en qué estado de producción y comercialización se encuentran diferentes judías de Aragón y de Girona. Precisamente Miralles, del Fesol de Santa Pau, explicó uno de los casos de mayor éxito a nivel nacional y que cuenta desde hace años con una Denominación de Origen. Miralles subrayó las «grandes» dificultades que tuvieron durante todo ese proceso y cómo se construyó una de las marcas de alubias más conocidas en toda España pero especialmente en Cataluña. «Fue un proceso muy trabajoso. Creo que primero se tiene que asegurar la producción, unirse los productores e ir creciendo. La D.O. es algo que llega mucho después pero a lo que te obliga el mercado entre otras cosas para que no falsifiquen tu producto», explicó la gerundense.
Otras de las claves que se aportaron durante la jornada fue la importancia de los establecimientos hosteleros de cada uno de los territorios en su apuesta por productos y semillas locales. «Creo que la utilización e inclusión en la alta gastronomía de productos que ya existen en el territorio es crucial para poner en valor tanto ese producto como al agricultor que lo produce», explicó Javier Moragrega, organizador de las jornadas. Tras la charla hubo degustación de fesols de Beseit, aceite de oliva del Mas dels Castellans y vino de Mas de Torubio. Asimismo, se instaló una exposición con los diferentes tipos de judías.
Show Cooking el viernes
Todo ello tras una primera jornada que tuvo lugar el viernes y que acogió a algunos de los mejores cocineros de la zona. La cocina de Solfa reunió a Rubén Catalán, de la Torre del Visco; Rafa Saucedo, de El Convent de La Fresneda; Ignacio Alcalá, de Fonda Alcalá de Calaceite, Araceli Alonso del restaurante Chapeau de Valderrobres y a Kike Micolau, cheff del establecimiento. «Tenemos la suerte en el Matarraña de contar ahora mismo con una joven generación de cocineros de muy alto nivel, que trabajan y luchan por la calidad del territorio y que nos ponen en el mapa gastronómico a nivel de toda España», añade Moragrega.