Gran ambiente de toros en Calanda desde la mañana del miércoles, día del Pilar, con mucha gente del toro, entre ellos los matadores de toros El Soro, Ortega Cano, Leandro, Gómez Escorial, y una seria corrida de toros en los corrales de las Monjas, que cumplía la divisa 140 años desde su confirmación.
Abría la plaza Paulita, tras mucho tiempo sin torear, con su poso de siempre y finos capotazos del agrado de la afición. Inicio de muleta con probaturas por la izquierda para continuar seguidamente ya al natural. Dejó bonitos pasajes, (aun con un aviso importante del toro que lo podía coger). Mató bien y se le concedieron las 2 orejas.
Segundo toro para Serafín Marín, que sigue ganándose los contratos día a día, conocido aún por sus lágrimas en el congreso de Cataluña. Serio inicio de faena y más aún de muleta. Cuando más a gusto estaba toreando le sorprendió el de las monjas con una fea cogida, sin cornada y con fuerte golpe en las cervicales pendiente de observación. Mató Paulita y ambas labores fueron silenciadas.
Tercer toro para el peruano Galdós, muy en torero como sus compañeros se le vio ambición tanto en capote como en muleta pero los aceros empañaron el trofeo.
Volvía Paulita, mucho más templado y relajado con capotazos de máxima expresión -algún aficionado pensó que ya no hacía falta ir a Zaragoza el viernes a ver a Morante-. Brindó a su esposa presente en los tendidos e hizo una labor impecable de muleta por ambos pitones, ahora si merecidas las 2 orejas.
Volvía Serafín Marín a por el 5 tras ver la cara en un compañero y la cruz en otro. Estuvo valiente y decidido, convenció a los tendidos, se llevó el toro a las peñas y toreo para ellas como quiere Calanda. 2 orejas.
Llegó el de la jota, el más serio y con más kilos, marcaba no buena condición desde salida. Un calvario las cuadrillas para banderillear, y después en el inicio de muleta dejó la muleta de Galdós como si hubiera cortado la tela el sastre, un corte de tijera perfecto de un derrote seco. Fue a cambiar el peruano de muleta, ya de paso cogió el acero y no se equivocó. Entró a matar y con medio bajonazo acabó con el marrajo. Buena entrada en tarde de calor.