Enésima crecida en los ríos del territorio. La tercera situación de lluvias abundantes en 3 semanas provoca que los ríos Guadalope y Matarraña registren una nueva riada cuyos niveles se han ido estabilizando pero que llegó a superar ampliamente el nivel de los 100 metros cúbicos por segundo -m3/s- durante la jornada del miércoles en ambos cursos fluviales. En el caso del Guadalope, las persistentes precipitaciones que se recogieron, especialmente en la cabecera del río Bergantes y que provocó una punta de caudal de 185 m3/s en este río hizo necesario abrir las compuertas del embalse de Calanda el miércoles por la mañana.

En un primer momento se desembalsaron 100 m3/s aunque horas después fue necesario aumentar el caudal de salida a 130 m3/s. La riada llegó a Castelserás y a Alcañiz a última hora de la tarde y es previsible que se mantenga durante toda la jornada del jueves inundando las zonas ribereñas aunque, afortunadamente, sin provocar mayores incidencias. «La Confederación nos avisó del desembalse de Calanda para estar prevenidos. La única incidencia hasta el momento ha sido la habitual acumulación de troncos y ramas en las pasarelas de la ribera», explicó Ignacio Urquizu, alcalde de Alcañiz.

Por su parte el otro foco de atención estuvo en el Matarraña y en sus afluentes el Algars, el Tastavins y el Pena. La estación de aforos de Nonaspe ha registrado en las últimas horas un pico de 131 m3/s antes de recibir al Algars, río este último que alcanzó los 107 m3/s. Las intensas precipitaciones que durante dos días llegaron a acumular hasta 82 litros por metro cuadrado en Beceite, provocaron la crecida del Matarraña en su cabecera y del Ulldemó. Fue necesario, de igual modo, abrir las compuertas del embalse de Pena con un caudal máximo de 14 m3/s. En Peñarroya de Tastavins se vigiló el estado del puente viejo después de que apareciese hace 7 meses un gran agujero en uno de los pilares. Se trata de la cuarta riada de importancia que registra la cuenca en 2020. Durante las últimas horas el nivel del río está descendiendo paulatinamente.
Ya va siendo hora, aunque éste es igual el peor momento, de generar reservas hídricas fuera del cauce del rio, que eviten estas crecidas, y garanticen agua (de boca y de riego) en momentos de escasez, que, lamentablemente, no son pocos.