El guardia civil que el 11 de enero de 2021 abatió con disparos a un joven que estaba sufriendo un brote de esquizofrenia en su casa de Andorra declaró este lunes en el juicio abierto por esta causa que sacó su arma de fuego reglamentaria para lograr un efecto intimidatorio y que tuvo que usarla para defender a sus compañeros y a sí mismo del ataque del joven.
El agente relató que, tras haber amenazado a su padre con un destornillador, el joven, Joel García, de 30 años de edad, empuñando la misma herramienta, se lanzó contra dos de sus compañeros y después contra él, todo en cuestión de unos instantes. «Disparé en el último momento; no había sacado el arma para disparar. Se abalanzó contra mí y no me quedó otra, mi única finalidad fue repeler la agresión».
Añadió el guardia civil que en ningún momento apuntó al corazón. «Yo solo quería desarmarlo con seguridad», insistió. Describió la situación como «extrema» y «tremenda» y sostuvo que Joel llegó a alcanzarle, dejándole una marca en el chaleco. Afirmó que la operación para reducir a Joel «se descontroló» cuando el padre y el hermano del joven se colocaron tras este con palos para intentar quitarle el destornillador y el cuchillo que llevaba en la otra mano.
«Él se vio acorralado y vino hacia nosotros a apuñalar», señaló el agente, para quien la acusación particular, ejercida por la familia del fallecido y representada por el letrado Carlos Guía, pide cinco años de prisión por un delito de lesiones en concurso con un homicidio imprudente.
En el banquillo de los acusados se sienta otro agente que dio una patada a Joel cuando este ya estaba en el suelo tras haber sido tiroteado. «Intentábamos desarmarlo, cayó con rabia y seguía moviendo el brazo con el destornillador», argumentó. Agregó que, momentos antes, temió por su vida y por eso se apartó de la trayectoria de Joel. «Si no me quito, me deja ciego o me mata», afirmó el guardia, para quien la acusación particular pide dos años de prisión por un delito de lesiones.
«Mi hijo estaba desarmado»
El padre de Joel, que testificó en la vista oral, ofreció una versión distinta de los hechos. Según dijo, su hijo corrió desde el salón de la casa hacia el porche acristalado en el que se encontraban las dos patrullas de la Guardia Civil «totalmente desarmado» y con el único objetivo de huir, después de que él mismo le hubiera golpeado por detrás en la mano con el mango de una azada para que tirase el destornillador, como así habría ocurrido. Añadió que el cuchillo que llevaba en la otra mano Joel ya se había partido antes y estaba inservible.
Mientras los dos acusados afirmaron que el destornillador apareció partido en el porche de la casa -donde se produce el choque entre los agentes y Joel-, el padre del fallecido sostiene que esta herramienta fue hallada «entera» y debajo de la mesa del salón y que volvió a verla en el mismo estado un día después en el cuartel de la Guardia Civil. Negó que su hijo braceara tras caer al suelo por los disparos y afirmó que, momentos antes del suceso, los agentes estaban fallando en la forma en que intentaban tranquilizar a Joel.
«¡Cómo lo van a matar, lo habrán herido!»
La madre del joven se derrumbó emocionalmente al recordar los hechos. Con la voz entrecortada por el llanto, confesó que no pensó que los agentes habrían disparado a su hijo y ni siquiera dio crédito a las palabras de su esposo cuando le contó lo sucedido. «Mi marido me dijo que lo habían matado y yo le contesté: ¡Cómo lo van a matar, lo habrán herido!». También testificaron los sanitarios que acudieron antes que la Guardia Civil a tranquilizar a Joel, algunos de los cuales coincidieron en que este estaba agresivo.
El juicio continúa este miércoles con las pruebas periciales y los informes forenses. Frente a las peticiones de condena formuladas por la acusación particular, la Fiscalía y la defensa -en manos del Abogado del Estado- piden la libre absolución de los dos acusados por entender que actuaron en legítima defensa.
Un caso difícil, pero fríamente entiendo a las dos partes…..
Todo mi apoyo al agente de la guardia civil, nos protege a todos incluidos los padres del trastornado, y encima debe aguantar juicio, y si no se hace nada nos cabreamos igual como hace unos días murió un policía por fuego amigo mientras un asesino acuchillada al policía por no disparar, todo hipocresía, y la familia buscando una paga
Para empezar, su tú mataras a alguien en defensa propia también tendrías que demostrarlo no?
En mi opinión solo los que estaban alli sabrán cuántas veces se disparo y porque las heridas fueron mortales…
Pero creo que el factor miedo/pánico del agente influyó mucho.
La falta de medios adecuados para este tipo de situaciones es latente, pero lo que está claro es que una persona esquizofrénica fuera de si, es muy muy peligrosa y más si va armada con un destornillador y un chuchillo… entiendo totalmente a los padres, pero creo que la actuación de este Guardia Civil fue totalmente proporcionada y si no se apoya a las fuerzas de seguridad en este tipo de actuaciones, el problema que se va a crear cuando ocurran este tipo de situaciones es que no van a acudir, o acudirán y no actuaran generando un problema mayor.
Hay que recordar que hace poco en linares, donde falleció un policía nacional por reducir a una persona con esquizofrenia
esto va por el tal Alex
No creo que entiendas la situación ni de la familia ni del guardia civil, pues esos trastornos no se tratan con armas de fuego. Faltó una coordinación entre guardia civil y médicos para tratar al chico que estaba sufriendo un brote esquizofrénico. Una falta de respeto hacia la familia por tu parte.
No entiendo como no se utilizan pistolas taser en estos casos. Muchos problemas se resolverían fácilmente. Una descarga se inmoviliza y se le hubiera ingresado en un instituto psiquiátrico…