Teresa Lou y Félix Yus, conocidos como los «guardianes» del patrimonio vegetal de Muniesa, fueron reconocidos este domingo con el III Premio Darío Vidal, un galardón que tiene como objetivo poner en valor y «dar las gracias» a todas aquellas personas que a lo largo de su vida han trabajado para promover, divulgar y mantener el patrimonio agroalimentario de Aragón. El matrimonio ha sido distinguido tras llevar más de 20 años implicado en una labor en el campo que ha permitido salvaguardar la uva autóctona Drechero y tres variedades tradicionales de judías de secano, semillas inéditas en la península ibérica.
En Muniesa casi todos los vecinos cultivaban judía hace décadas, pero poco a poco esta tarea se fue perdiendo «por falta de relevo». Todo cambió cuando la familia de Teresa y Félix un día se propuso recuperar este trabajo, un objetivo para el que contaron con la ayuda del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). Fue así como nació Casa Yus, empresa familiar desde la que ahora se comercializa este producto tan valioso. «No estamos acostumbrados a este tipo de reconocimientos, pero ha sido una emoción grandísima. Hemos estado toda la vida implicados en esta tarea», explicaron Teresa y Félix, quienes a sus 80 y 83 años respectivamente recibieron este premio en Alcañiz acompañados de su hijo, Víctor Yus. De hecho, tan importante es su labor y tan preciada es la judía de Muniesa que llevan dos años recibiendo visitas de investigadores de Shanghái (China) que intentan descifrar por qué esta es la única que se cultiva en secano. «El motivo se desconoce todavía, pero debe tener algún tipo de bacteria en el sistema radicular que es el que lo que la hace funcionar con 16 litros y hasta 45 grados de temperatura«, explica Félix.
En realidad hay dos variedades de judía que son autóctonas de Muniesa: la blanca o bachana y la judía de color de caña. El proyecto de recuperación arrancó con la primera de ellas y luego se buscó dar un impulso a la segunda, puesto que de esta última se preservaba menos semillas y era quizá un poco más complicado relanzarla. «Aquí hace muchos años era algo que no faltaba en ninguna casa pero ha ido pasando el tiempo y nos hemos ido adaptando a comprar las cosas en vez de cultivarlas nosotros. Fue un producto muy cotizado pero la despoblación y los avances tecnológicos nos hicieron darla casi por perdida. No obstante, como es un producto con tanto potencial agronómico y medioambiental decidimos iniciar con el CITA este proyecto, que ha tenido muy buena aceptación«, explicó Yus.
El matrimonio galardonado de este año fue elegido entre ocho personas completamente volcadas en salvaguardar, cada uno a su manera, parte del patrimonio agroalimentario aragonés. Ellos fueron Carlos Gil, ingeniero agrícola recuperador de especiales vegetales natural de La Almunia; Luis Ángel Vicente, cocinero zaragozano comprometido con la acción social a través de la cocina; María e Hipólito Espallargas, familia de agricultores del Mas de Ruiz que a lo largo de su vida han conservado 18 variedades entre hortalizas y legumbres; José Piquer, agricultor nonageriano de La Portellada que todavía mantiene su huerta activa; y Rubén Catalán, cocinero maellano comprometido con las variedades vegetales tradicionales y las razas animales en peligro de extinción.
De entre todos, Teresa y Félix fueron los que se llevaron a casa un trofeo diseñado por Rubén Vidal, hijo de Darío y artista de profesión. «La familia queremos agradecer a la ciudad que haya traído el premio y en su nombre al Ayuntamiento y al alcalde por haber hecho lo posible porque viniese aquí. En lo personal, es muy emocionante poder colaborar», dijo el artista.
Un premio que llega a Alcañiz
En sus dos primeras ediciones el galardón Darío Vidal se entregaba en Sariñena impulsado por el Comité Organizador de la Feria Industrial, Agrícola y Ganadera de Los Monegros (FEMOGA) junto con el Ayuntamiento del municipio oscense. El nuevo equipo de gobierno de Alcañiz ha querido que desde la localidad de Vidal se siga honrando su figura reconociendo a una persona o entidad que durante toda su trayectoria haya trabajado en la conservación y recuperación del patrimonio agroalimentario de Aragón. «El premio comenzó en Sariñena pero debía venir a Alcañiz», destacó Miguel Ángel Estevan, alcalde de Alcañiz.
El acto de la entrega del reconocimiento, que estuvo presentado por la amiga de Darío y directora del periódico La COMARCA Eva Defior, cumplió con dicho objetivo aunque a su vez también supuso un dulce homenaje al ilustre alcañizano en el que también estuvieron presentes sus tres hijos, Miguel, Susana y Rubén. «Hay un poco de justicia poética en el hecho de poder traer este premio a Alcañiz. Y yo creo que le haría mucha gracia a las dos cosas, que haya pasado por Sariñena y que acabe aquí», afirmó Miguel. Su padre viajó por todo el territorio durante los años 70 para recopilar hasta 400 recetas aragonesas, un logro que lo ha hecho conocido para muchos y que su hijo quiso recordar, aunque con un discurso peculiar y que despertó muchas risas entre el público. Y es que sus palabras, que recordaron de forma graciosa cómo él mismo tuvo que probar varias de estas recetas, conectaron con incluso aquellos que no conocían de forma directa a Darío pero saben las anécdotas y enseñanzas que un padre deja en sus hijos a lo largo de toda una vida. «Yo participé en alguna de esas excursiones que se pegó por allá en los años 80. Vosotros os coméis los platos que funcionan, pero nosotros hemos comido cosas tóxicas. Pero muy tóxicas», dijo entre risas. «…Aunque durante esos años aprendí cosas que me han servido mucho en la vida», añadió.
El cariño hacia Vidal también pudo notarse en las palabras de Defior, quien enumeró sus logros, o de Ismael Ferrer, autor que recoge todas esas recetas en el libro ‘El arte de la cocina aragonesa’ e impulsor del premio, que en cambio hizo hincapié en la necesidad de «preservar el patrimonio de nuestro territorio».
La entrañable cita también sirvió para culminar la semana gastronómica de Alcañiz, que durante siete días reunió tapas y platos de hasta 20 establecimientos diferentes. Representantes de varios de ellos-Empeltre, Meseguer, Guadalope, Liceo, Merinos, Los Alámos, Epsilon y Hotel Ciudad de Alcañiz-estuvieron presentes y recibieron un pequeño reconocimiento.
Enhorabuena a la familia Yus, especialmente a Félix y Tere, por este premio. Trabajadores del campo incansables y un ejemplo de ilusión vital, encadenando juntos un proyecto tras otro sin que los años cuenten. Larga vida