A la radiante mañana que amaneció el domingo en Urrea de Gaén se sumó otro motivo para sonreír: la llegada de Miguel y Pruden Induráin, dos hermanos sin los que ya casi no se concibe la Sesé Bike Tour. De hecho, Pruden es embajador de la prueba. Y es que no todos los días se tiene la oportunidad de pedalear junto a dos grandes del ciclismo internacional. Tampoco ellos disponen de muchas ocasiones y Urrea es especial.
«Tratamos de cerrar la agenda para estar, venimos juntos en el coche y luego disfrutamos de los kilómetros como sí hacíamos más a menudo en nuestra etapa profesional», dijeron. «Tenemos amistad con los Sesé como organizadores y, además del trazado, el ambiente es muy bueno y eso es lo que nos gusta a nosotros», añadieron. «La gente es maravillosa y además colaboran con asociaciones y si podemos ayudar, ahí estaremos», añadió Pruden, por lo que a este idilio con la cicloturista que empezó casi al inicio le quedan años.
Ni uno ni otro escatimaron en tomarse fotos y en firmar autógrafos. Tampoco en atender entrevistas y desde luego, en saludos porque con muchas personas se reencontraron. «Ya nos conocemos muchos de las otras ediciones y estamos encantados aquí», señalaron. Miguel dio la sorpresa porque el temporal anuló un compromiso que este año le obligaba a estar en Italia.
«Al final he podido estar en Urrea y esta vez sin viento para recorrer una zona tranquila sin mucho tráfico y con unos puertitos… buenos», sonrió. Opinión que suscribió Pruden. «La falta de lluvias lo deja todo muy seco, pero el paisaje es muy bonito. El cierre de las minas ha hecho que cada vez haya más despoblación, pero sigue habiendo gente en este territorio y la que hay es maravillosa», concluyó.
