El servicio de Hospitalización a Domicilio de Alcañiz funciona con normalidad en plena forma después de que el verano pasado llegó a estar tres meses cerrado por falta de médicos e incluso trabaja en proyectos de mejora. El más avanzado y en el que ya están valorando cómo organizarse es para realizar transfusiones sanguíneas en domicilios a pacientes que las necesitan periódicamente. Ya realizan transfusiones de hierro y ahora están estudiando con Hematología cómo evitan desplazamientos hasta el Hospital a personas con problemas de movilidad y que residen en localidades lejanas. «Aún no tenemos una fecha de inicio pero es uno de los proyectos de mejora que estamos valorando con Hematología», precisa el jefe de Medicina Interna del Hospital, Alejandro Gascón.
El trabajo de Hospitalización a Domicilio se puso en valor el miércoles en una jornada en la que reunió a los profesionales de los dos hospitales con domiciliaria aragoneses, el anfitrión, el de Alcañiz; y el Royo Villanova, que cubre a la margen izquierda de la ciudad de Zaragoza y localidades cercanas desde Zuera a Bujaraloz. «Esta unidad, muy asentada en otras comunidades, en Aragón sobrevive en dos hospitales gracias al esfuerzo de sus dos sectores y porque sus médicos y enfermeros están convencidos de sus beneficios», incidió Marcos Díez, internista de Alcañiz que también trabajó en el Royo Villanova.
Pionera en Aragón
La Domiciliaria de Alcañiz fue pionera en Aragón en su puesta en marcha en 2015 con tres médicos y ocho enfermeros, el mismo número que en la actualidad salvo porque ahora se cuenta solo con dos internistas. Al contrario que en los comienzos, cuando estaban fijos, ahora todos los médicos de esta especialidad rotan y están dos meses en Domiciliaria para «no cansarse». «Es un servicio que agota porque estamos mucho en el coche y además la mayoría venimos todas las mañanas de Zaragoza. Esta rotación es un valor porque raramente se rechaza a un paciente que se propone desde Interna porque sabemos las características del servicio», precisó Gascón.
Se sigue atendiendo a 20 pacientes y se cuenta con tres equipos, dos formados por médico y enfermería y un tercero solo con personal de enfermería. Desde su apertura se han dado 2.859 altas con un 82,5% de curaciones, 8,1% de reingresos y 6,1% de fallecimientos.
El promedio de días de ingreso en el servicio es de 8,95, lo que supone que desde su puesta en marcha la Domociliaria ha evitado al Hospital 25.451 días de hospitalización en camas del propio Hospital.
Mayoritariamente reciben ingresos desde Medicina Interna y Urgencias con patologías cardiacas o infecciones, desde respiratorias a digestivas o urinarias. Una tipología de pacientes más limitada que la del Royo como se vio el miércoles.

Una jornada para conocerse
La jornada sirvió para que los dos servicios se conocieran, tanto a nivel personal como sus pautas de trabajo. «La Domiciliaria descarga al Hospital de camas ocupadas, sobre todo durante el invierno, cuando el centro está más saturado; y supone un beneficio tanto para los pacientes como para sus familiares. Los mayores cuando están ingresados tienen más posibilidades de desorientarse y en su entorno están más tranquilos y descansados y evitan a sus allegados grandes desplazamientos», destacó Gascón.
En la jornada se evidenció que más allá de turnos de trabajo y cuestiones técnicas y protocolos, su trabajo es muy similar salvo por las características de sus entornos, rural en el caso de Alcañiz y urbano en el Royo Villanova. En el Hospital de la capital bajoaragonesa trabajan con una cronosfera de 40-45 minutos y en el Royo se limitan a una ratio mucho más pequeña, de 20-22 kilómetros. En Alcañiz al principio tenían un kilometraje más limitado que después se fue ampliando a localidades como Fabara, Ariño, Cretas, Alloza o Nonaspe. No atienden a municipios más lejanos por seguridad del paciente y se tiene en cuenta el lugar de residencia a la hora de aceptar pacientes porque, por ejemplo, desplazarse hasta Nonaspe, a 57 minutos de Alcañiz, les limita mucho la jornada.
También se hizo hincapié en la unión de médicos y enfermería. «Es el único servicio en el que trabajan codo con codo, estamos todos en la misma sala y no hay separación, algo difícil en otras unidades», precisó Díez.