La Oficina de Turismo de La Iglesuela del Cid ha organizado para este sábado 16 de julio una ruta interpretativa por el patrimonio de piedra en seco. La actividad comenzará a las 9.30 y tendrá unas dos horas y medias de duración. Se trata en este caso de un recorrido circular de 7 kilómetros que transcurre por el PR-TE 70 y es apto para todo tipo de público.
Además, desde la Oficina de Turismo han planteado para este verano diversos recorridos por la población, que se llevarán a cabo todos los sábados de la temporada estival. Los visitantes podrán conocer cómo se vivía en las masías y en los molinos harineros, así como comprender a los primeros pobladores de la Iglesuela del Cid y sus distintos yacimientos. También se ha diseñado una ruta pensada para los pequeños de las familias sobre las fuentes que afloran en el casco urbano de la localidad.
Cada visita incluye el acompañamiento y la explicación de un guía titulado, y tiene un precio de 8 euros para los adultos y 4 euros para los niños con edades comprendidas entre los 9 y los 12 años. Además, el ticket incluye la entrada a la piscina municipal. Para asistir a las visitas es necesario reservar la plaza previamente a través del número de teléfono 964 443 325 o del correo electrónico turismoiglesuela@gmail.com.
La piedra seca
La técnica constructiva de la piedra en seco, tradicional en zonas rurales de España, como La Iglesuela del Cid, y otros países europeos como Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia y Suiza, fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2018. También el Gobierno de Aragón la declaró Bien de Interés Cultural en 2002. La construcción se realiza sin ningún tipo de argamasa, solamente teniendo en cuenta los bloques o losas, Esta técnica milenaria convertía las molestas rocas de los campos de labor en elementos útiles para otros usos como la creación de linderos, muros de contención, múltiples parideras o casetas de pastoreo con diferentes funciones.
Aprovechando diversos muros y bancales, se construían casetas, que servían tanto de refugio para las inclemencias temporales así como para que los pastores descansasen de sus tareas habituales. En sus paredes se pueden encontrar también los llamados armarios, usados para guardar diferentes objetos. Mediante la técnica de la piedra en seco se creaban caminos para facilitar el paso de ganado local y trashumante a los que se les añadía desaguadores que le daban salida natural al agua de lluvia para que no se inundasen fincas y caminos.