Los aguavivanos depurarán en 2018 con sistema extensivo, «mucho más barato» y eficiente que el inicial.
La redacción del proyecto de una depuradora para Aguaviva está en marcha. El Instituto Aragonés del Agua (IAA) ya ha encargado a la empresa pública Sarga la confección de un proyecto que podría ver la luz en 2018. El mes pasado visitaron la zona técnicos con los que se estudió el posible emplazamiento.
Se optará por un modelo mucho más sencillo respecto a la planteada anteriormente, tanto en el aspecto económico como en el energético. «Nosotros pedimos una tecnología extensiva que es mucho más adecuada a un municipio del tamaño de Aguaviva. Lo anterior era desorbitado», dijo el alcalde, Aitor Clemente. Desde el Ayuntamiento se ofreció emplazarla en una parcela de titularidad municipal ubicada entre el punto de vertido actual y el cauce del río Bergantes. La primera opción que se barajó hace años hubo que modificarse porque estaba en una zona que, con el proyecto de la presa, quedaba inundable. La última que se eligió precisa de un bombeo de casi un kilómetro de longitud. «Pensamos que es una locura y a día de hoy el proyecto de la presa está paralizado», añadió. De aceptarse el emplazamiento propuesto «los trámites se simplificarán» ya que se evitarían, entre otras cosas, las expropiaciones de terrenos. Las obras se iniciarían en 2018, no antes, «por una cuestión de presupuestos del Gobierno de Aragón».
Mientras, y como ya sucedió en otras localidades como Calaceite, Aguaviva se enfrenta a una multa de algo más de 2.000 euros de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) por verter las aguas sin depurar. El Ayuntamiento presentó alegaciones ya que «es competencia de DGA que tengamos una depuradora pero si no la tenemos nos multan», lamentó. Entre lo argumentado está el documento de la directora del Instituto Aragonés del Agua en el que ratifica el plazo de 2018 y en el que exculpa al Ayuntamiento de no disponer de depuradora ya que la causa está en la paralización del Autonómico.
Paralización en abril
Esta paralización se produjo en abril cuando la DGA decidió renunciar a los contratos de concesión de obra pública para la redacción de proyectos, construcción y explotación de las depuradoras incluidas en las zonas 10-B y 10-C.
El ejecutivo paralizó los proyectos que no estaban iniciados por considerarse que lo planteado era desmesurado en dinero y en energía. Una polémica que se desató en diversas localidades meses antes. Se frenó la licitación de las obras de 11 depuradoras (EDAR) para «revisar las fórmulas público-privadas planteadas».
En la zona 10-B se incluyen las localidades de Aguaviva, Cantavieja, Castellote, Castelserás, La Iglesuela del Cid, Mas de las Matas y Valdealgorfa. En la zona 10-C se incluye a Calaceite, Mazaleón, Nonaspe y Maella. El Plan Especial de Depuración lo puso en marcha el Gobierno de Aragón hace más de diez años. El consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, anunció la paralización de los dos contratos correspondientes a estas zonas licitados en abril, unas semanas antes de las elecciones autonómicas. La 10-B salió a concurso por casi 45 millones de euros y la C, por 46. En total, 91 millones.
La primera infraestructura a la que se dio salida fue a la de Castelserás con el inicio del proyecto. Será una estación de tipo extensivo con filtros de grava y arena plantados en juncos, las llamadas de «Humedal artificial de flujo vertical» perteneciente a las conocidas comúnmente como de filtro verde. También se trabaja en la de Calaceite y Maella.
Las que no se paralizaron fueron las obras ya iniciadas. Entre otras, fue el caso de Cretas y La Fresneda, donde la depuradora siempre fue un asunto polémico.
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