Concluye la tercera campaña de excavaciones del Museo de Teruel en el yacimiento ibérico del Cabezo de San Pedro en Oliete. Las investigaciones de los expertos arrojan los hallazgos de uno de los tesoros mejor conservados del territorio. Jaime Vicente, director del Museo provincial, explica en qué punto se encuentra el conocimiento sobre este yacimiento ibérico, que aún guarda muchas sorpresas.
¿Qué es lo que se conoce hasta ahora de las investigaciones ?
El yacimiento es espectacular sobre todo por el sistema de fortificación que conserva, por el grado de conservación que es excepcional y también por la potencia de los distintos dispositivos que se han ido construyendo a lo largo del tiempo. Está protegido por el sistema de fortificación, un sistema defensivo muy potente que tiene aproximadamente media hectárea de extensión. No podemos calcular el número de casas ni de habitantes porque no hemos excavado en extensión todavía, pero es un núcleo relativamente potente.
¿Cuáles han sido los objetivos de esta campaña de excavaciones?
Este año decidimos concentrar los trabajos en tres sectores. El primer sector es resolver y ampliar el conocimiento de la necrópolis. Para ello hemos extendido la excavación de la fundación de la necrópolis de la primera Edad del Hierro. Habíamos excavado el año pasado un túmulo y medio de otro. Este año terminamos ese medio túmulo y hemos localizado 6 túmulos más, que conservaban parte de las urnas funerarias. Un segundo sector iba dirigido a constatar la existencia de asentamiento en el yacimiento extramuros, no solamente de instalaciones de tipo industrial, sino también de viviendas. Hemos hecho una cata en una de las laderas y hemos alcanzado una profundidad 1’3 metros, con niveles de ocupación hasta llegar a la roca natural. Por lo tanto, se constata que hay también asentamiento extramuros, que es un asentamiento con la misma cronología, hasta el siglo I a.C. Finalmente, el tercer sector ha sido resolver unos problemas de cronología de los sistemas de construcción. Concretamente hemos estado trabajando en el coronamiento de la muralla, en la zona más alta conservada junto al torreón más potente del asentamiento. En este punto hemos localizado un torreón de la muralla primitiva, que cerró el poblamiento posiblemente durante la primera edad del Hierro.
¿Cuál ha sido el descubrimiento más llamativo?
Todo es importante porque de lo que se trata es de ampliar el conocimiento que tenemos sobre el núcleo. Pero sin duda el hallazgo del torreón primitivo ha sido el hallazgo más espectacular porque nos permite, primero, identificar que esa muralla primitiva es muy anterior al sistema de fortificación que hoy en día se ve. Nos confirma con datos fiables la existencia de una primera línea de fortificación. Todavía no lo tenemos constatado al 100% pero pensamos que puede corresponder a la primera Edad del Hierro y sino a las etapas primeras de la ocupación de la existencia ibérica.
¿Cómo se interpreta este nivel de protección del núcleo?
No sabemos muy bien por qué se produce este forrado de las fortificaciones primitivas. Realmente hay una fortificación muy potente. La interpretación que hacemos de todo este asentamiento es que la fortificación se hace frente a unos ejércitos helenísticos muy potentes, el cartaginés o el romano de los primeros tiempos de la República. Se trata de ejércitos de artillería con catapultas para lanzar proyectiles. Pensamos que no se hicieron simplemente para defenderse de los pueblos ibéricos de las proximidades. Este sistema tan complejo solo se justifica frente a un enemigo muy poderoso.
¿Hay pruebas de un posible asedio?
Efectivamente, esa fortificación frente a ejércitos extranjeros no era solamente disuasoria, sino que llegó a haber asedio. Hemos detectado en esta primera muralla dos impactos de catapulta sobre algunos de los mampuestos. Eso nos hace pensar que hubo lanzamiento de proyectiles y posiblemente la fortificación resistió. Eso explica la complejidad y la masividad de los sistemas y también el espesor enorme que tiene algunas de las fortificaciones precisamente para resistir.
¿Cuáles son las futuras líneas de actuación?
Siempre procuramos mezclar varios aspectos importantes. Lo primero es la investigación histórica, recabar datos, confirmar y reinterpretar. Por otra parte, desde hace muchos años la actividad del museo ha tenido una especial preocupación por la conservación de los restos que excavamos y siempre se incorporan restauradores los equipos de trabajo para garantizar este hecho. Con los túmulos descubiertos este año, vamos a hacer una campaña de conservación y restauración posiblemente en septiembre. Otro punto fundamental de nuestras actuaciones es la difusión y la puesta a disposición del público de los resultados de nuestras investigaciones. No se justifica una actuación arqueológica si después esos restos no pueden ser disfrutados por parte de la sociedad. Nos centraremos en la musealización de los restos y en la colocación de paneles explicativos facilitado al público la contemplación de estos restos de enorme valor.
¿Por qué es recomendable visitar el yacimiento ibérico de San Pedro?
Este yacimiento del Cabezo de San Pedro tiene aspectos fundamentales para el disfrute. No hay ningún yacimiento ibérico que conserve unas fortificaciones de esta envergadura y con este grado de conservación de altura, con más de 14 metros. Ese primer acercamiento, la contemplación de las fortificaciones en pie desde hace 2.300 años es uno de los elementos principales puntos de atracción. En segundo lugar el paisaje, realmente estamos en un punto excepcional para contemplar la riqueza de la comarca.