El periodista Javier Ruiz, actual jefe de Economía de la Cadena SER, recibirá el premio Pilar Narvión el próximo mes de septiembre, dentro del Curso de Periodismo de Alcañiz. Charlamos con él sobre lo que supone recibir este galardón -que impulsa el Grupo La Comarca junto al Ayuntamiento de Alcañiz- y también de la importancia de reivindicar el periodismo frente a los bulos y las noticias falsas.
¿Qué supone poder recibir este premio?
Yo estoy encantado, agradecido y lo recojo con mucha gratitud, pero creo que es un premio a una forma de hacer periodismo que es precisamente la de hacer periodismo. Ahora mismo bajo ese nombre entran muchas cosas que ni son periodismo, ni son información ni son informaciones transparentes ni potables siquiera, y creo que hay que agradecer que se reconozca el periodismo con datos, el periodismo con cierto rigor, el periodismo con una posición editorial y un punto de vista propios, sí, pero siempre fiel a los hechos. Para mí este premio supone un reconocimiento a los que no estamos haciendo política disfrazados de periodistas, ni empresa disfrazados de periodistas, sino que estamos haciendo periodismo vestidos de periodistas.
Además, en la tercera edición del Curso de Periodismo de Alcañiz se centra, precisamente, en los datos y en esa forma de hacer periodismo…
Claro. En el terreno económico están surgiendo muchas malas hierbas, muchos digitales turbios, muchos periódicos que publican noticias falsas simplemente buscando el clickbait, o el poder asaltar a algunas empresas… Esto son malas prácticas que empezaron en el mundo económico y de la empresa y que ya se han extendido y generalizado al periodismo político también. Así que sigo reclamando los fundamentales de este oficio: nosotros tenemos un punto de vista propio, probablemente eso nos condiciona pero no nos inventamos los hechos. Los hechos son los que son, los interpretamos de una manera o de otra pero hay que ser fiel a ellos. Es economía, pero al fin y al cabo es periodismo. Yo quiero creer que solamente siendo fieles a los hechos y solamente siendo honestos, declarando nuestros conflictos de intereses y no utilizando esta profesión para chantajear a alguien, solo así sobrevivimos.
Las fake news, los bulos, están a la orden día y sobre todo desde que se desató la pandemia…
Sí, y hay un negocio de la mentira. En esto tenemos la culpa los medios de comunicación, los que no verifican lo suficiente; pero sobre todo la tienen las empresas que financian ese tipo de prácticas. Los bulos y las fake news suelen venir ‘patrocinados por’, luego hay que pedir responsabilidad a esa gente también para que no nos contaminen el agua. Y hay que pedirle también responsabilidad a la audiencia: quienes nos escuchan o leen saben la diferencia entre beber agua embotellada y beber agua del abrevadero. Pues en el periodismo es igual. Hay que ser fiel a ciertos nombres, a ciertos periodistas o a ciertas radios y hay que evitar o desconfiar de todos los demás. Así que en esto de los bulos tenemos una cadena de responsabilidades: primero la de los medios de comunicación, segunda la de las empresas y los anunciantes, y tercera la de las audiencias porque también son responsables de que ese ecosistema de malas hierbas siga.
Desde el punto de vista del periodista, ¿cómo es esa labor de filtrado?
A veces nos equivocamos. Pero creo que a la audiencia hay que explicarle que no es lo mismo que nos equivoquemos o cometamos un error que ser profesionales de la mentira. Hay una guerra entre la información y la propaganda. Y creo que en esa guerra estamos nosotros pero también está la audiencia, y a esa gente hay que decirles: ‘oye mira, nosotros defendemos el periodismo honesto y ustedes también tienen que hacer lo mismo’.
¿Facilitan las redes el tránsito de información no contrastada?
Absolutamente. Pew Research tiene un informe extraordinario sobre la velocidad de difusión de las noticias. Las noticias falsas se difunden siete veces más rápido que las noticias auténticas. ¿Por qué? Porque por lo general la mentira siempre es más sexy. Yo en esto tengo una regla de oro: si es demasiado bonito para ser verdad probablemente sea demasiado bonito para ser verdad. Cuando uno lea estas cosas, tentémonos la ropa. Antes de darle al reenviar y mandárselo a la familia vamos a echar un vistazo a ver quién lo publica, a ver si es creíble, a ver si es verdad. Y si hechos esos mínimos deberes uno considera que es digno de difusión entonces se lo pasamos a los amigos, a la mujer, al marido y a quién queramos, pero hay que tener una mínima cautela. Hay un negocio también en todo esto.
En Estados Unidos unas 12 personas son responsables del 65% de las noticias falsas que circulan por las redes americanas. 12 personas que se están haciendo millonarias a costa de poner en riesgo a salud de la gente, a riesgo de difundir noticias falsas. Estoy convencido de que aquí en España el porcentaje es el mismo. Todos sabemos cuál es el diario oficial de la mentira, todos sabemos qué periodista no le dice la verdad al médico (ríe), eso es lo que hay que evitar, a esa gente es a la que hay que evitar.
¿Qué estamos haciendo mal los medios para que nos equiparen con ese tipo de fuentes de información?
Yo diría fuentes de desinformación. Creo que no está siendo solo culpa nuestra. Tenemos que hacer un examen de conciencia sobre por qué la gente solo lee lo que quiere leer. En el informe de Pew Research que he mencionado aparece un sesgo que es el sesgo de la confirmación: la gente lee lo que confirma sus prejuicios. Dos de cada tres lectores buscan algo que confirme lo que ya piensan. ¿Qué estamos haciendo mal? Pues probablemente reforzar los prejuicios y reforzar esas ideas. No hay que disfrazarse. El que tiene una visión más socialdemócrata puede defender el aborto, la eutanasia, el matrimonio homosexual y una serie de derechos civiles y ser fiel a los hechos. Y el que tiene una visión más conservadora puede defender el ‘no’ a ese tipo de matrimonio y ser fiel también a los hechos. ¿Qué estamos haciendo mal los medios? En muchas ocasiones utilizar argumentos torcidos, datos falsos, simplemente para ganar esas batallas. Y hay batallas en las que la única victoria es la batalla en sí, es la de dar argumentos. Luego la gente toma decisiones, pero tenemos que ser honestos con los datos, los número, los hechos y los argumentos que utilizamos. Yo creo que ese es nuestro gran pecado. Dicho esto, el mayor pecado está al otro lado: en quien se dedica a contaminar las aguas y decir ‘que es todo igual’. Bien, pues no. No son lo mismo unas marcas que otras, no son lo mismo unos periodistas que otros, no son lo mismo, no es lo mismo el trabajo que hacen unos y el que hacen otros. No todos somos iguales, y esto hay que decírselo a la audiencia.
El 1 de septiembre estarás en el Curso de Periodismo de Alcañiz impartiendo una ponencia, ¿sobre qué versará?
Vamos a hablar de dos cosas. Primero, de cómo hacer lista a la audiencia en lugar de parecer listo tú. Este es uno de los grandes dramas del periodismo económico (ríe), el de los periodistas que quieren parece listos. Yo digo que solamente eres listo si haces más lista a tu audiencia. Es decir, vamos a hablar de cómo se ha de hacer esto. Yo no tengo el manual ni regla de oro, pero sí tengo una visión personal sobre esto y es que hay que hacerlo comprensible, hay que hacerlo entender a la gente. No basta con entenderlo tú. Esto es lo primero que vamos a comentar: si manda el periodista o manda la audiencia. Y te voy a hacer el súper spoiler: manda la audiencia siempre, ni una sola vez manda el periodista (ríe). Y en segundo lugar también hablaremos, por supuesto, del negocio de la desinformación que antes mencionaba.
Este tipo de periodismo es pura basura al servicio del poder. Rojos y azules y azules y rojos que trabajan para el mismo amo y mantienen enfrentadas entre sí a las plebes.
Eso sí, Javier Ruiz es un buen fabricante de esta m.., bien se lo pagan y se merece el premio, como tantos otros.
Mi más sincera enhorabuena
El periodista Javier Ruíz es uno de los periodistas más serviles que nos podemos encontrar en el panorama periodístico español. Cuando estaba en ‘Cuatro’, este profesional del peloteo hacía la pelota a quien tocaba, que era Podemos, ahora que está en ‘La SER’ le toca hacer el peloteo al PSOE. Y como Ruíz es muy bien mandado, esto lo hace sin rechistar porque vive gracias a eso y la demostración evidente es lo poco que le cuesta cambiarse de una empresa a otra.
No Paco, este periodista tiene una larga trayectoria en la Cadena Ser, empezó en la Ser Valencia y luego en Madrid, donde llegó a ser Jefe de Informativos de la Cadena Ser, es delfín de Gabilondo. Está en La Ser desde siempre, después se abrió 4 que era La Ser en Tele y él fue junto a Gabilondo presentador de informativos, hasta que la compró Mediaset porque cerró. En realidad, siempre ha estado en la Ser. Siempre fue un periodista de Izquierdas vinculado al grupo Prisa. Tiene padrinos en La Ser, después de la compra de 4 se quedó como tertuliano en mediaset y le dieron algún que otro programa, pero él siempre ha sido igual. Igual que otros son periodistas que pelotean a los medios de derecha. No es más que uno más que según la ideología de su cadena defiende a unos o a otros. Si no lo hiciera así no le darían trabajo en absoluto, solo que es muy trabajador y lo compensa con trabajo duro. Pero, de Izquierdas siempre ha sido. En Mediaset también, pelotea a todos, ¿Qué va a hacer? sino no tendría trabajo, el problema que tiene es que le tira mucho la tele, quiere un programa en la tele y cada vez que se lo dan lo pierden, dicen que es gafe o algo así, entonces su camino en La Ser ve mermado, ahora se va Pepa Bueno y el puesto de ella se lo han dado a Aimar Bretos, y él se quedó bloff¡¡¡. No sé si se centrara en la radio, pero como le encanta verse en la tele por su ego desmedido, pues en la radio pierde su puesto en favor de otros que no van a la tele. La verdad, es que está física y psicológicamente desmejorado, desde que empezó presentando el informativo de 4. No me da pena porque es un arrogante, sino la daría, pena claro está
Totalmente de acuerdo con vuestros comentarios.