Durante las últimas décadas las nuevas tecnologías han supuesto un considerable cambio de tendencia en nuestro día a día en la mayoría de ámbitos de la vida. La forma de trabajar es distinta, también la de comunicarnos o la manera en la que empleamos nuestro tiempo libre. Los intereses del público van evolucionando y van respondiendo a nuevas necesidades que van surgiendo y que hace apenas unos años no existían. Uno de tantos ejemplos, y muy a tener en cuenta en el ámbito deportivo en el futuro y ya en el presente, es la competición con drones en primera persona (FPV- First Person View). Esta en auge y cada vez cuenta más adeptos en España y por todo el mundo.
Tal es su impacto que desde hace un par de años esta disciplina ya ha alcanzado el Bajo Aragón. Los Segurana, de Alcañiz, padre e hijo y ambos de nombre Jonatan, se adentraron en este mundillo justo antes de la pandemia a través de la información que recopilaron en internet. Hasta ahora dicen ser los únicos bajoaragoneses en este tipo de carreras. Su curiosidad surgió de la intención de programar un dron que derivó en el comienzo competitivo para el pequeño Jonatan quien terminó quedándose el dron de su padre. «Debuté el año pasado en la Gaelic GP Series aunque no fue muy bien. Después, en 2022, he participado en 9 competiciones llegando a clasificar tercero en Santander. También participé en la Copa del Mundo en Tenerife con un octavo lugar», explica el joven piloto.
A su vez, su progenitor asegura que fue «como andar por el desierto». Se apuntaron para la Gaelic en el último momento y fueron con unos drones montados por él mismo y que se rompían muy fácil. «Nos sirvió para aprender», destaca Segurana padre.
A partir de ahí todo fue ir creciendo. Despacio, pero con buena letra y entrenando desde el circuito que se ha construido en su huerta. Segurana, pese a su juventud, logró ser quinto en el Campeonato de España disputado en Jaén y después se encumbró en las Islas Canarias siendo octavo en la Copa del Mundo, hasta ahora, su mayor triunfo. «Cada competición nos sirve. Es importante apoyarte en los otros pilotos. Siempre hay mucho compañerismo, algo que en otros deportes no se ve», añade el padre.
¿Cómo es la competición con drones?
Este tipo de pruebas consisten en varias fases con cuatro pilotos en cada una, primando que las monturas no choquen entre sí. Hay rondas de entrenamientos libres, clasificaciones y luego se disputan las semifinales y la final con los cuatro mejores. Al puro estilo de la Fórmula 1 y alcanzando velocidades cercanas a los 200 kilómetros por hora. En carrera, el piloto vive la experiencia como si estuviese montado dentro del dron (primera persona) y su cometido es ir evitando los obstáculos con los que se encuentra.
Mínimo, 1.000 euros de inversión
Quizás, uno de los hándicaps de este deporte todavía tan desconocido para muchos, es su coste económico. A día de hoy, el adquirir un dron de carreras básico puede costar cerca de 200 euros. Habría que sumarle otros 100 de unas gafas y otros 50 para un mando. «Lo más básico serían unos 300€ a lo que habría que sumar baterías y un pequeño taller de electrónica. Hablamos, de primeras, de unos mil euros. Es caro, sí. Pero los deportes de motor convencionales lo son más», termina el padre.