La joven bergelina María Carreras sospechaba que su novio, Luis Ibáñez, iba a pedirle matrimonio. Sin embargo, jamás habría imaginado que lo haría subido en el escenario de la orquesta de Castellote, delante de todos sus amigos, vecinos y visitantes. El joven es de Mas de las Matas, pero desciende de esta localidad del Maestrazgo por parte de su madre, y fue allí donde conoció a María en las fiestas de hace tres años. «Me hacía ilusión proponerle matrimonio donde nos vimos por primera vez», confiesa Luis.
La noche del sábado de fiestas de Castellote estuvo amenizada por la orquesta hasta que pasada ya la madrugada se interrumpió de repente. Un peñista vestido de naranja se había subido al escenario con la complicidad de los músicos. «Solo sabían que iba a pedirle matrimonio a mi novia dos amigos. Media hora antes de la propuesta se lo comenté a una integrante de la peña que es de la comisión de fiestas para que hablase con la orquesta», cuenta Luis, quien mantuvo el secreto hasta el último momento para evitar que la sorpresa se truncase. De hecho, sus familiares, que no estaban presentes, se enteraron al día siguiente.
Luis comenzó a idear la propuesta un mes y medio antes. Primero compró el anillo y después discurrió las palabras que pronunciaría delante de todos mientras se lo entregase. Un año atrás, la pareja se había tomado una foto en la ermita de San Telmo en Zumaia -donde se grabó la boda de «8 apellidos vascos»- simulando una pedida de mano. Cuando colgaron la imagen en Instagram, los mensajes preguntando si era cierto que se casaban no tardaron en llegar. Con ese capítulo todavía en la memoria reciente, Luis decidió comenzar a declararse con esta frase: «Hace un año hice una toma falsa en una ermita de Zumaia, pero hoy no. Hoy es la de verdad».
Seguidamente, el joven le dedicó un poema en el que recordaba cómo se conocieron cuando «se metió en el Focus del pobre Óscar» y lo «difícil que fue conquistar su corazón». También aconsejó visitar el pueblo de ella, Berge, con «pantano, virgen y torre Piquer». Y por último, le manifestó su deseo de «seguir en ese cuento de felicidad que parece un sueño hecho realidad». La respuesta de María fue un rotundo sí. Las lágrimas de emoción no dejaban de correr por sus mejillas. «Cuando paró la orquesta y ella vio a un chico subido vestido de naranja se le hizo un nudo en la garganta. Estaba en shock», recuerda Luis. Él, que mantuvo la calma durante toda la noche, también comenzó a sentir nervios los minutos previos a arrodillarse. La fiesta continuó durante toda la madrugada más animada que nunca y llena de felicitaciones para el futuro matrimonio.

La boda se celebrará el año que viene, aunque todavía es pronto para conocer la fecha. Por el momento, Luis, de 25 años, y María, de 23 años, seguirán viviendo juntos en Alcañiz, donde trabajan ambos.
Pero que románticos son estos de Castellote.!!!!!!
El poema también se parece al que recita Karra Elejalde en Ocho apellidos vascos.
Angelicos
A ver lo que duran!!!!
A ti que te importa
Ya no se puede ser más hortera