Julio Embid explica los principales aspectos de la Ley de la Memoria Democrática de Aragón
El director general de Relaciones Institucionales y Desarrollo Estatutario del departamento de Presidencia de DGA, Julio Embid, explica que la ley busca resarcir a las víctimas, contar qué pasó a las nuevas generaciones, avanzar en la exhumación de las fosas comunes y retirar los símbolos franquistas
¿Con qué objetivos nació en noviembre la Ley de Memoria Democrática de Aragón?
Principalmente, genera una serie de derechos a las víctimas de la Guerra Civil. Cualquiera que fuera perseguido por motivos políticos, ideológicos o religiosos; que en Aragón fue en ambos lados del frente. La ley permite trabajar en los derechos de las víctimas, intentar contar qué pasó y proceder a la exhumación de las fosas comunes. También una serie de políticas derivadas que ayudan a que de una calamidad hagamos una oportunidad.
Explíquese.
Siempre comento que Aragón sufrió mucho en la guerra y la dictadura pero en el futuro nos puede permitir dar un impulso turístico a través de la enseñanza de la historia. Por ejemplo, a través del Museo de la Batalla de Teruel o rutas de la memoria del Bajo Aragón o los Pirineos. Aragón tiene mucho que enseñar como ya lo han hecho por ejemplo los franceses en Normandia. Gracias a aquella calamidad tienen ahora decenas de miles de turistas. Nosotros intentamos la reparación, enseñanza y refuerzo de los valores democráticos.
También se implica a la educación.
Es importante porque en clase nunca llegamos a esta parte de la historia. Nos remontamos a siglos atrás pero no se profundiza en el siglo XX; y es importante que las nuevas generaciones conozcan la guerra y la transición para que no se vuelva a repetir. Que murió mucha gente y que se defendieron valores que en algunos casos eran democráticos y en otros no. Es importante contar con el apoyo de los profesores para que conozcan lo que ocurrió en su propio territorio. Es cuestión de sensibilidad y de generar contenidos y unidades didácticas que permite la ley.
Los municipios tienen año y medio para retirar símbolos franquistas o serán sancionados y no podrán optar a subvenciones. ¿Ya los están sustituyendo?
Son muy pocos los que quedan con callejero contrario a la ley. Una treintena de los 731 municipios de Aragón. El Gobierno de España ya mandó unas cartas a principios de año. Aragón tiene muchos artistas, ingenieros, deportistas, científico, o también políticos que merecen una calle antes que la fecha de un golpe de estado o un militar. A los ayuntamientos y a la Iglesia les pedimos que sustituyan las nomenclaturas por las que ellos decidan. Una vez pase la fecha establecida, aplicaremos sanciones a los consistorios que continúen ensalzando el golpe de estado y la dictadura.
¿Tienen datos de cuántos ya lo han hecho?
Todavía no pero en los últimos dos años, desde que comenzó el proceso de redacción de la ley y se anunció muchos ya lo han ido haciendo por decisión propia.
La ley también avanza en la exhumación de fosas, ¿cómo?
Se está haciendo de forma coordinada con el Gobierno de España. Creemos que deben llevarlo ellos, sobre todo porque las fosas no entendían de fronteras. Es importante destacar la labor de las asociaciones memorialistas que en las últimas décadas han trabajado en este proceso. Es fundamental contar con un mapa de fosas, ya se puede consultar en la web de DGA y establecer una prioridad , especialmente en aquellos casos de que haya familiares directos que reclamen restos. Es imprescindible hacerlo en los próximos años porque están falleciendo los familiares directos en segundo grado. O se hace ahora o no se podrá analizar forma efectiva el ADN. Una democracia avanzada con una buena economía como la española no puede permitirse tener fosas comunes en cunetas.
Del año 1939 al 2019, han pasado muchos días de olvido consciente de un conflicto que tiene demasiados nombres para uno solo que es la «SIN_RAZON»
De todos los que lo protagonizaron quedan bien pocos vivos pero de las siguientes si se recuerdan los silencios y las lagrimas que bajaban por las mejillas de hombres y mujeres fuertes. Esos «SILENCIOS» si que daban que pensar.