Ismael Abizanda Zaforas (Alcañiz, 1941 – Madrid 2010) tiene ya su placa en La Puebla de Híjar, uno de los municipios en los que dejó su impronta en su etapa como párroco entre 1971 y 1980. En todo ese tiempo contribuyó de diferentes maneras en la vida sociocultural poblana. Con los más jóvenes a través del deporte, participaba activamente en la Semana Santa y entre los mayores siempre se valoró su cercanía y su buena disposición por ayudar. Todo este cariño que cosechó llevó a un grupo de vecinos de La Puebla a rendirle homenaje en un acto con el apoyo del ayuntamiento.
A lo largo de la tarde del 1 de mayo se recordó la figura personal de Abizanda como el menor de ocho hermanos. Estando en La Puebla comenzó los estudios universitarios de Psicología. El siguiente destino fue Alfamén, y fue en esta localidad zaragozana donde abandonó el sacerdocio y conoció a Ángela, que era maestra y se convertiría en su esposa. Se casaron en Madrid donde Abizanda desarrolló su vida profesional vinculado al ayuntamiento y siguió atendiendo a personas que lo necesitaban colaborando además con Caritas. En el homenaje hubo amigos y familiares, que lo recordaron en una mesa redonda. Teodoro Félix, Antonio Moragriega, Javi Plano, José Bello y Nacho Arcusa se ocuparon de repasar su importante huella.
En torno a su figura se reunieron más de 150 personas en El Granero en una sesión que empezó con una actuación de literatura y música a cargo de Jesús Navarro Abizanda -sobrino de Ismael-, y Eduardo Trelles. Seguidamente se proyectó un vídeo y se realizó la mesa. Recordaron a «una buena persona» que «siempre tenía la puerta de su casa abierta». Literalmente era así, y al vivir cerca de la estación, no eran pocos los transeúntes que tenían posada. Contribuyó a fortalecer una de las señas de identidad poblanas como es el atletismo. Algunos de aquellos atletas hablaron de los viajes en el Seat 600 que le prestaba Jaime Tena, farmacéutico entonces. Iban a los pueblos que organizaban carreras en fiestas. Decenas de anécdotas se contaron en El Granero antes de ir a la calle Costa donde se colocó una placa que enmarca un óleo obra de Fernando Crespo y el recuerdo del día.
El momento fue seguido por sus sobrinos que llegaron de Alcañiz Jesús y Fernando Navarro y Miguel Ángel Vaquero. Decenas de personas les arroparon con el acompañamiento de jota de Cristina Vidal y Lucía e Isidro Claver.
Pero somos Rojos o Fachas?