Técnicos de DGA han inspeccionado el hallazgo y se espera un informe para conocer las medidas a adoptar
Los trabajos de estabilización del cerro Pui Pinos han vuelto a sacar a la luz restos de la muralla medieval del entorno del castillo. En una primera valoración, se trataría de la base de la parte de la muralla que ya apareció nada más comenzar las obras y que se derribó de inmediato, sin proceder a ningún tipo de «control arqueológico» por motivos de seguridad. Los restos pertenecerían al segundo o tercer recinto amurallado de la ciudad y esa fortaleza mediría unos cuatro metros de altura y unos 20 metros de longitud. No obstante, para confirmar el hallazgo hay que esperar a que la Dirección de Patrimonio del Gobierno de Aragón haga público el informe arqueológico municipal.
En ese sentido, hace unos días varios técnicos de DGA realizaron una inspección para valorar los restos que habían aparecido. Según el departamento, «se observó que son de una muralla de forro, es decir, una muralla de las que tienen solo cara exterior porque la interior apoya sobre la ladera«. La muralla ha aparecido en la zona en la que se trabaja para abrir el vial que conecte el Corcho con el Cuartelillo, con el objetivo de aliviar el tráfico en el casco urbano del municipio.
De la aparición de los restos alertó en un primer momento el servicio de seguimiento arqueológico que el Ayuntamiento de Alcañiz ha contratado para seguir los trabajos, puesto que se está actuando en una zona BIC (Bien de Interés Cultural) y dentro del Plan Especial del Muro de Santiago que recoge el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
Desde Patrimonio aseguran que una vez estén listos todos los informes pertinentes se hará una resolución sobre las medidas a adoptar y se llevarán a la Comisión Provincial de Patrimonio del mes de octubre. En cualquier caso, las obras no se van a paralizar ya que se puede seguir actuando en la estabilización del cerro.
Preocupados por el asunto, los concejales de Ganar Alcañiz denunciaron ayer por la mañana en una rueda de prensa la «opacidad» y «falta de transparencia» del equipo de Gobierno del Ayuntamiento y lamentaron que no se informe de estos descubrimientos. José Antonio Benavente, también arqueólogo y estudioso de la muralla, recordó que hace tres meses que no se convoca la Comisión de Obras e Infraestucturas. «No tenemos ningún tipo de información de cómo se llevan a cabo los trabajos en Pui Pinos, pero tampoco sobre la Torre Gótica ni sobre los estudios de la Lonja», señaló.
Benavente presentó un informe del aparejador municipal de abril de 1981 en el que ya se alertó del peligro de derrumbe del cerro. Concretamente, dice: «»Toda la ladera, desde el paseo que circunvala el Castillo hasta el Muro de Santiago, es una auténtica amenaza para los edificios, vehículos y transeúntes. Que son numerosos los puntos de posibles e inmediatos desprendimientos y todos ellos de seguro causantes de daños».
Agregó que en 2006 también denunció a título personal en el periódico La COMARCA las pésimas condiciones del cerro y que, entonces, la solución del Ayuntamiento fue levantar un muro de contención con barreras de madera. «Sin duda, insuficiente ante un desprendimiento como el que ocurrió en 2017», señaló.
Asimismo, citó que el taller de arqueología de Alcañiz envió al Gobierno de Aragón tras el derrumbe un informe que determina que la evolución del relleno de la muralla a lo largo del siglo XX ha sido un factor más que ha contribuido al desenlace final. «La zona amurallada se ha ido rellenando de escombros y se ha usado como vertedero», reflexionó.
Aunque los concejales de Ganar incidieron en su apuesta por la construcción del vial, defendieron «compatibilizar la conservación del patrimonio -en este caso de la muralla- con la vía de acceso al centro».