Al frente del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense (CEMAT) desde el año 2004, y siendo una de sus impulsoras, Cristina Mallén (Cantavieja) se considera «afortunada» de poder realizar su trabajo en el territorio. Es además representante del Área de Turismo y Cultura de la institución comarcal. Con motivo de este 8M habla de su propia labor al frente del CEMAT y del papel de las mujeres en la dinamización del territorio.
¿Por qué decidió impulsar el CEMAT?
Cuando regresé tras mis estudios me parecía que en la Comarca del Maestrazgo, con su riqueza histórica y cultural, hacía falta un organismo que indagase sobre ello. Al pasar por la Universidad conocí la labor de otros centros de estudio y de otros compañeros en investigación general. Junto con un amigo creamos el centro de Estudios del Maestrazgo y la verdad que en una comarca como esta siempre hay mil cosas por hacer. Hay que destacar que en la mayoría de las asociaciones Culturales del Maestrazgo, las más activas siempre son las mujeres. Trabajan por el territorio y son las que se implican en las actividades. Creo que soy afortunada porque he trabajado mucho en mi territorio. En los pueblos hay muchas cosas por hacer.
¿Cuáles son las actuaciones del centro que preside?
Nosotros sobre todo nos centramos en la divulgación del patrimonio de la comarca, tanto natural como arquitectónico y cultural. Este año la idea es publicar una revista divulgativa ‘Peirón’ sobre temas variados. También tenemos intención de publicar una guía sobre las cuevas y simas de la comarca con motivo del año del Karst. Asimismo, estamos preparando una publicación sobre los hospitales carlistas del Maestrazgo y hay algunas otras propuestas como pequeñas monografías y una miscelánea de estudios bailías. Además desde el CEMAT todos los años lanzamos una beca de investigación que en breve estará publicada.
¿Algún proyecto relacionado con la mujer?
Estoy realizando una investigación a título personal sobre los lavaderos de la comarca como espacios de encuentro para las mujeres décadas atrás, en la cual me gustaría profundizar más. Voy recopilando fotografías e historias personales que me permiten conocer sobre cuál era su utilidad social, además de lavar la ropa. El primer objetivo es recopilar este patrimonio un poco olvidado de los pueblos. Lo cierto es que lo vemos más como un patrimonio etnológico pero no nos paramos a pensar en lo que supuso para la vida de las mujeres, y lo que supuso que luego se abandonaran a favor del uso de la lavadora. Sí que es un sitio curioso porque era el único espacio que ellas tenían para encontrarse, salvo la posibilidad de encontrarse en las tiendas cuando fueran a la compra. Era el único sitio donde pasaban más rato y donde estaban en un ambiente distendido. Podían hablar de las novedades del pueblo, se consultaban asuntos más personales, hablaban de los hijos y de los maridos. En algunos sitios era un espacio muy de ellas, en cierto modo vetado a los hombres, donde ellas se podían incluso empoderar. Después de toda la repercusión que ha tenido este pequeño trabajo, mi idea es dedicar un poco más de tiempo porque merece la pena. Hay testimonios valiosos.
¿Qué papel tiene la mujer en la comarca hoy en día?
Todavía se siguen manteniendo ciertos roles. La mujer todavía es la que lleva el peso del hogar, de la crianza…, pero es verdad que han salido a trabajar también, han salido de casa en todos los sitios. Han montado pequeños negocios en los pueblos, han salido a fábricas cercanas o incluso algunas de ellas trabajan en las explotaciones familiares de ganadería. Incluso ellas mismas ya no trabajan con el hombre sino que son titulares de las explotaciones ganaderas para luego poder tener una jubilación. Ha habido un cambio en los últimos 30-40 años
¿En qué sectores predominan las mujeres?
Agroalimentación, artesanía y comercios, puestos de funcionariado y secretarías de Ayuntamientos de la comarca, en los colegios y los institutos mayoritariamente. También en las AMPAS son las mujeres en su mayoría las que se implican en todo. Cada vez hay más jóvenes de los pueblos que al sacarse una oposición deciden permanecer en el territorio.
¿Son fundamentales para la lucha contra la despoblación?
Ellas son al final las que asientan la población, normalmente si ellas se van, se va toda la familia detrás. Muchos estudios lo dicen, son fundamentales en el mantenimiento del medio rural. Los mayores esfuerzos que se tienen que hacer es conseguir que ellas puedan tener salidas y apoyarlas en sus proyectos de vida.