32 años en la alcaldía. Tendrá para contar todo tipo de vivencias…
Es media vida. Empecé cuanto tenía 35 años recién cumplidos. Estaba casado, con un hijo de 10 años y una hija de 5. Año y medio después nació mi hijo pequeño, el cual me ha visto toda su vida siendo alcalde de Nonaspe. Él ha sido siempre el hijo del alcalde. Y ahora incluso tengo dos nietos y una nieta. Era bastante joven cuando entré al Ayuntamiento. Y este año, en enero, cumplí 67. Se me hace raro no trabajar ya en el consistorio. Los primeros días se me ha hecho difícil, pero es verdad que ya me quería haber ido hace unos años para jubilarme.
¿Cuál es el mejor día que recuerda siendo alcalde?
Por ejemplo, el día que subimos el agua del Ebro en 1996 después de estar cuatro o cinco años con una gran sequía. Se construyeron 21 kilómetros de tubería, que me habían aprobado en Madrid. Se había aprobado un decreto de sequía en toda España y fueron días duros. Sin embargo, resultó muy bonito ver que por fin podíamos ponerle solución. Así que colocamos unas bombas que subían el agua del Ebro para abastecer a la población. Me acuerdo del momento en el que vimos llevar el agua. Fue como un oasis en un desierto. Habían sido unos días previos muy duros y desoladores. De hecho, me acuerdo de que cuando trajimos a mi hija pequeña recién nacida al pueblo, justo en ese momento mi suegra estaba con unos cubos de agua esperando a los bomberos para llenarlos y tener agua en casa. Ha habido días muy bonitos en todos estos años y las fiestas siempre se viven con mucha ilusión y felicidad por ver a tanta gente reunida.
¿Y el peor?
El peor día de todos los que he vivido en ocho legislaturas fue una jornada de 1994 en la que hubo un incendio en el que murieron cuatro bomberos. Ese fue el peor día como alcalde. Se había prendido fuego el vertedero, vinieron los bomberos de Mora d’Ebre, se metieron en un camino que no conocían bien y murieron quemados cuatro de ellos. Además, también han sido duros otros momentos en los que he tenido que dar la cara ante riadas u otros incendios. Pero, desde luego, aquel lo recuerdo con un gran dolor.
¿Qué es lo primero que ha hecho al dejar la alcaldía?
El día 17 de junio tomó posesión la nueva corporación del Ayuntamiento y el 19 nos fuimos de viaje con mi familia a Egipto. Nos gusta mucho viajar, pero siempre tenía cosas pendientes o tareas que me impedían hacer viajes largos. Si no era por el Ayuntamiento era por mi trabajo. Aún así hemos hecho muchos viajes. La alcaldía me permitió estar en el Parlamento Europeo en Bruselas. Pero, además, también hemos visitado por nuestra cuenta otros países como Alemania, Holanda y Bélgica, por ejemplo.
¿Qué va a hacer ahora que se jubila?
Ahora quiero arreglar una pequeña finca que tengo con una masía, para ir a pasar ratos tranquilos con mis perros de caza. Es una afición y capricho que siempre me ha gustado. Me apetece también disfrutar del huerto. ¡Y a mis nietos les encanta venir conmigo! Ahora voy a poder disfrutar de mucho más tiempo junto a ellos.
¿A qué hobbies se vas a aficionar?
Me gusta mucho la música y ya me han dicho de ir con la Coral Dos Aguas a ensayar y quién sabe si algún día a participar también en algún concierto. Y seguro que poco a poco me van surgiendo más quehaceres. Además, ya he traspasado mi empresa de transporte a mis hijos, por lo que ahora quiero descansar en Nonaspe y disfrutar del tiempo libre.
¿Cómo valora todos estos años?
No es fácil encabezar un Ayuntamiento en el medio rural, pues el presupuesto siempre es escaso para todas las necesidades que tiene el pueblo. Pero estoy muy agradecido con todos los vecinos. Siempre me han respetado y siempre me he guiado por la ley y lo que he creído más conveniente para el pueblo. Me voy feliz porque sé que se queda en buenas manos.