Cerca de 2.000 agricultores deberán asumir el triple de costes y piden ser escuchados por DGA
Con «gran preocupación» e «incertidumbre» viven el futuro más inmediato de la Central de Andorra los cerca de 2.000 agricultores que integran la Comunidad de Regantes del Guadalope. Estiman que deberán asumir unos costes que superarán los 32 millones de euros. Y es que al más de millón y medio que actualmente invierte Endesa en la cuenca por diferentes motivos, habría que sumar más de 10 millones de amortización de la construcción de la ampliación de Santolea en un periodo de 25 años.
Los usuarios de esta cuenca son los «grandes olvidados» en este asunto y demandan soluciones para las cuantiosas pérdidas que causará el fin del carbón. Los regantes calculan que los precios por hectárea se multiplicarán por tres a partir de junio de 2020.
La realidad es que el fin del carbón traspasará fronteras y el cierre de la Térmica también repercutirá de manera directa a las zonas del Bajo Aragón y Bajo Aragón-Caspe. La llegada de Endesa al territorio en el año 1980 se tradujo en un capítulo de grandes inversiones por parte de la empresa para con los regantes de la cuenca del Guadalope. La eléctrica precisaba de un bombeo de agua, procedente del pantano de Calanda, de 18 hectómetros anuales y a cambio, se comprometía a asumir diferentes gastos para mejorar infraestructuras en la cuenca del Guadalope.
En este sentido, Endesa se comprometió a asumir el 48% de las inversiones, pagar el 45% del canon exigido por la Confederación Hidrográfica del Ebro y costear el consumo eléctrico para bombear agua desde el embalse de Mequinenza por la acequia del Civán, un suministro eléctrico que, además, ayudó a hacer posible la ampliación del canal de Caspe.
Todo este desembolso económico, que se traduce en cerca de millón y medio anuales, desaparecerá con el cierre de la Térmica de Andorra y, por eso, los regantes exigen soluciones a las administraciones. «Es un tema vital para nosotros. Sin Endesa a esta cuenca le espera un futuro complicado en el caso de que no se encuentre una solución, porque será difícil afrontar los costes para todos los regantes», explica José Fernando Murria, presidente del Sindicato Central del Guadalope. «La preocupación es enorme, porque todo lo que ha aportado, y aporta, Endesa a esta cuenca es mucho», lamenta Antonio Vicente, presidente de la Comunidad de Regantes del Civán.
Un regadío «poco sostenible»
Las inversiones realizadas por Endesa en los últimos 40 años han permitido que los cerca de 2.000 regantes que trabajan las más de 15.700 hectáreas de la cuenca hayan podido tener asegurado un caudal de agua más o menos regular durante estos años. La eléctrica recogía 18 hectómetros anuales de Calanda, pero a cambio facilitó el paso de agua de Mequinenza a gran parte de la cuenca a través del canal de Caspe y las inversiones han ayudado a que se implementaran nuevos regadíos en el Bajo Aragón Histórico. Con su marcha, las inversiones recaerán en manos de los regantes, que verán triplicados los costes, y dejarán a los nuevos regadíos en una situación «complicada».
«Lo irregular de la cuenca del Guadalope hace que los usuarios tengamos que mantener seis presas, con todo su personal. El cierre de la Central repercutirá de manera directa en el pago por hectárea, que pasará de los 37 euros a 102, cuando la hectárea más cara del Ebro se paga a 70», detalla Murria.
Sin respuestas del Gobierno
Tras conocer la intención de Endesa de cerrar la Central Térmica de Andorra, el Sindicato Central del Guadalope remitió sendas cartas a los ministerios de Transición Ecológica y Agricultura para comunicar la problemática que se les venía encima, aunque todavía no han recibido contestación. Sí que pudieron hablar con la delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, quien les aseguró que desconocía la aportación que Endesa realizaba para la cuenca del Guadalope. «Entendemos que son fechas complicadas, pero el asunto es urgente y nadie habla de este tema. Así que, confiamos en recibir alguna respuesta después de navidad», expresa José Fernando Murria.
Desde los ayuntamientos de la zona también muestran su preocupación con la repercusión que podría tener el cierre de la Central en la agricultura y por eso reclaman su sitio en la mesa de negociaciones con la eléctrica. «Sería importante que nos tuvieran en cuenta, o bien a los ayuntamientos o a las comunidades de regantes, porque queremos tener voz y voto en todo este asunto. El cierre de la Térmica también nos afecta de manera directa», reclama Pilar Mustieles, concejal de Agricultura del ayuntamiento de Caspe. «El cierre de la Central va a afectar a otros sectores, sobre todo a los regantes pero después vendrán otros. Nos gustaría que estuviesen en las negociaciones o, en su defecto, poder mediar en su nombre», valoró el alcalde de Alcañiz, Juan Carlos Gracia.
El tiempo corre en contra de todo el territorio del Bajo Aragón Histórico, que sigue exigiendo soluciones y alternativas. Entre ellas, los regantes plantean que sea el Gobierno Central quien asuma la financiación que actualmente invierte Endesa en la cuenca del Guadalope.
Manuel dice
Lo que tendrían que hacer la Comunidad de Regantes del Guadalope en lugar de pedir que otro asuma los gastos de su negocio, es sumarse a los movimientos del Sector del Carbón en la Cuenca Minera Turolense para que se beneficien todos los trabajadores que de la Central Térmica dependen y no solo ellos.
Con estas declaraciones demuestran a las claras egoísmo puro y duro, salvado yo que se apañen los demás…