El Ayuntamiento del municipio de Tarragona no contesta la petición de exhumación del Gobierno de Aragón
El Gobierno de Aragón sigue trabajando para recuperar el cuerpo de Francisco Serrano, un castellotano que fue asesinado durante la madrugada del 3 de agosto de 1954 en una masía de la pedanía de Els Reguers de Tortosa (Tarragona). Este maquis, miembro de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA), era un militar muy activo y pasó sus últimos años de vida junto a 'La Pastora'. Su hija, Lidia Serrano, todavía vive, tiene más de 80 años, y sueña con poder enterrar a su padre en Castellote, su pueblo. El último escollo con el que se ha topado el Gobierno aragonés en su intento por recuperar el cuerpo es el Ayuntamiento de Tortosa. El Consistorio es quien debe autorizar la exhumación y por el momento, casi cinco meses después de solicitar el permiso, la DGA no ha recibido ninguna respuesta al respecto.
El intento por recuperar los restos de Francisco Serrano supone una iniciativa pionera a nivel estatal, ya que el objetivo es repatriar los restos desde Tortosa hasta Castellote con todos los impedimentos que ello conlleva. «Lo cierto es que la alcaldesa de Tortosa no ha querido hacer nada. Y es una lástima, porque sin el permiso del Ayuntamiento no podemos hacer las catas arqueológicas», comenta Julio Embid, director general de Relaciones Institucionales de DGA. De la misma manera, este periódico ha intentado ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Tortosa para obtener información y conocer la versión de la alcaldesa sobre el tema, pero la respuesta por parte del Consistorio ha sido la misma recibida por el Gobierno de Aragón: ninguna.
Enterrado en Els Reguers
Antes de verano se pensaba que los restos de Francisco Serrano podrían estar enterrados en el cementerio de Tortosa, aunque según una información publicada por la revista semanal L'Ebre, el cuerpo del castellotano está enterrado en el cementerio pedáneo de Els Reguers. «Este medio de comunicación afirma, de manera tajante, que los restos de Serrano están enterrados allí. Cuentan con algunos documentos de la época que lo certifican e incluso con las declaraciones de varios testigos que saben lo que ocurrió ese día», explica Embid.
Precisamente saber dónde estaba enterrado Francisco Serrano era uno de los principales problemas a los que se enfrentaba el Gobierno de Aragón para recuperar sus restos. La primera toma de contacto entre DGA y Ayuntamiento de Tortosa acabó con «buenas sensaciones» y predisposición por zanjar la situación, pero la postura cambió poco tiempo después. «Les informamos de nuestra intención de conocer dónde estaba enterrado Francisco Serrano y nos contestaron diciendo que no les constaba en ningún registro. Pero claro, hablamos de que su muerte fue una ejecución extrajudicial y en esos momentos, ni el Ayuntamiento ni el cementerio tomaban notas sobre esto…», apuntó Julio Embid.
Pese al silencio y la inacción por parte del Ayuntamiento de Tortosa, desde el Gobierno de Aragón aseguran que seguirán trabajando para conseguir que Lidia Serrano pueda dar sepultura a su padre en Castellote. Intentarán ponerse en contacto con el Consistorio para aclarar la situación y en el caso que no lleguen respuestas, elevarán las gestiones hasta la Generalitat de Catalunya. «Somos conscientes de que no será fácil, porque hoy por hoy tenemos lo que tenemos con la Generalitat, pero no dejaremos de intentarlo. Es una cuestión de justicia», subrayó el director de Relaciones Institucionales de DGA.
Primeros pasos de la Ley de Memoria
La recuperación de los restos de Francisco Serrano podría suponer un comienzo muy satisfactorio para la Ley de Memoria Histórica aprobada por las Cortes de Aragón hace unas semanas y que ayer mismo fue publicada en el Boletín Oficial de Aragón. Se cumpliría así uno de los objetivos principales de una Ley que pretende hacer justicia con los familiares de las víctimas que perdieron la vida durante la Guerra Civil Española y que siguen durmiendo en cientos de cunetas y fosas comunes. «La hija de Francisco Serrano se merece poder enterrar a su padre dignamente y no esta situación, con su padre enterrado en una tumba anónima situada a más de 100 kilómetros de su pueblo», indicó Embid.
De esta manera, el objetivo que se marca DGA de aquí a final de año es poner en marcha el servicio de Memoria Democrática. A partir de ahí, se marcarán retos a corto y medio plazo como constituir un Consejo de Memoria, formado por asociaciones memorialistas del territorio, abrir una página web, habilitar un teléfono de información para las familias y organizar el 3 de marzo como el Día de la Memoria Democrática de Aragón en Alcañiz. «También queremos que Aragón tenga su propio banco de ADN y, en un futuro, que el Ministerio de Justicia sume todos los datos de las diferentes Comunidades Autónomas. Eso sí, tenemos que ser conscientes que ahora, que siguen vivas muchos de los hijos de desaparecidos, es viable hacer las pruebas de ADN. De padres a hijos las pruebas se pueden realizar con garantías; entre abuelos y nietos se complica bastante».