Fue la musa de Federico García Lorca, la actriz de la República y de las libertades, una de las mujeres mejor preparadas de su época. Directora y maestra de actores, pionera de la vanguardia teatral en España, en Europa y Latinoamérca. La gran Margarita Xirgu y sus recuerdos han cobrado vida este fin de semana en Alcañiz de la mano de un elenco de mujeres igual de poderosas.
Dentro del marco de actos programados por el Ayuntamiento de Alcañiz por la conmemoración de la Memoria Democrática de Aragón- de la que la capital bajoaragonesa es epicentro-, la figura femenina ha sido protagonista tanto desde el punto de vista de las representantes como de lo representado, en víspera además del Día Internacional de la Mujer. ‘La margarita de Federico’ de la compañía teatral Producciones D3 (Blanca Resano, Chati Calvo y Paco Sevilla) ha llenado un escenario sin atrezo, únicamente con sublime interpretación, baile y música. No cabía nada más en un cúmulo de emociones y recuerdos de las que el público alcañizano, en la medida del aforo permitido, ha podido disfrutar.
La tarde de este sábado ha contado con un elenco actoral de lujo conformado por Pilar Gascón (en el rol de Margarita Xirgu en su madurez), Amor Pérez Bea (en el rol de Teresa, su confidente y asistente personal), Silvia García (intérprete de Margarita Xirgu en su época de juventud), Ana Pérez de Sancho (intérprete de Natalia, asistente personal de Margarita en su juventud; Lidya Cabrera, amiga de la actriz; una particular Ministra de Cultura; y Aurelia, conserje del teatro Solis de Montevideo) y Blanca Sánchez (en el rol de sobrina bisnieta de Margarita Xirgu y cantante). Las coreógrafas y bailarinas Elia Lozano (en el rol de Federico García Lorca) y Gemma Morado (en el rol de Margarita Xirgu) junto con la violinista Noelia Gracia han completado la puesta en escena. La presencia coral de mujeres ha sido complementada por las voces en off de Joaquín García y Antón Castro en diversos momentos de la obra.
La productora teatral Blanca Resano, habla de los detalles de la obra y de la importancia de seguir mirando a través de los ojos de grandes mujeres de la historia, «conocidas pero no reconocidas» en su momento.
¿Quién era ‘La margarita de Federico’?
Nosotras sacamos de la memoria democrática trágicamente no democrática la figura de Margarita Xirgu, que tuvo que refugiarse en el exilio al estallido de la Guerra Civil por la falta de esa democracia. Fue tachada de una conducta política que no era el caso; era una actriz que se debía al público. Destacamos la referencia de esta mujer y, por otro lado, que fue una gran figura del teatro en España hasta que estalla la guerra. Nunca más regresará y se ocupa desde el exilio de seguir representando a Federico García Lorca.
¿Ha tenido la importancia que se merecía a lo largo de la historia?
Maragarita Xirgu puede formar parte también de ese grupo de mujeres, las sin sombrero, que no se las desconoce pero tampoco se las reconoce, que es lo importante. A veces es necesario un acto de reconocimiento de lo que estas mujeres hicieron en el tiempo concreto que estuvieron en España y entender por qué lo hicieron. En el caso de Margarita, ella fue una figura importantísima en la historia del teatro español, si ahondásemos en eso habría que rescatarla como pieza fundamental. Hemos oído hablar de piezas importantes en el teatro de actores, de directores y de escritores y poco o muy poco de mujeres como Margarita que cumplía la doble faceta de actriz y directora de escena.
¿En qué ahonda la obra?
Ahonda en el encuentro que tuvieron ella y Federico García Lorca. Margarita es la precursora de la obra dramática lorquiana, es la que estrena todo su teatro y es la actriz a la que Federico le debe su gloria como autor. Todo el mundo tiene una manera de comenzar y Federico la tuvo en ese momento gracias a ella, que no solo era una figura de primer orden sino que además poseía una estructura teatral, económica y empresarial para sacar adelante en este caso a una figura como Lorca que no conocía nadie.
Una relación de 10 años de complicidad con un final desafortunado, como otros tantos de aquella época…
Exacto. Se conocen en el año 1926 y se despiden en el 36. Federico tenía 28 y Margarita 38 en el momento de su encuentro. Federico tenía 38 cuando lo matan y Margarita 48 cuando por cuarta y última vez viaja al extranjero, del que no regresará jamás.
¿En qué momento de su vida nos sitúa la obra?
Margarita tuvo la tuberculosis y eso le hizo mella y durante toda su vida padeció del pulmón. Rescatamos el momento en el que ella tiene que ingresar en un hospital, en 1969, y antes desea pasar por el teatro de Montevideo para despedirse del escenario. Ahí es donde le vienen todos sus fantasmas y el recuerdo doloroso de la falta de Federico, que está puesto en escena a través de sus recuerdos.
Un elenco de artistas mujeres representan a Federico García Lorca, a su vez visto desde la mirada de otra mujer como Margarita.
No se puede representar de otra manera a Federico. En este caso es un elenco multidisciplinar y hay cinco actrices, dos bailarinas y una violinista. Cada una desde su disciplina rescata toda esa parte emocional que da vida a la obra.
Y lo hacen sin decoración alguna...
Estamos en una época muy difícil y llevar un elenco de 8 intérpretes sobre el escenario ya supone un coste elevado. Poner escenografía incrementaría ese coste. Esa es una de las razones. Llevar este tipo de elenco es toda una valentía que poca gente hace ya. Los elencos se reducen a cuatro actores y actrices como mucho.
¿Cómo ha condicionado el covid?
Nosotros teníamos el plan de preproducción justo para la primavera del año pasado, cuando nos mandaron a casa a todo el mundo. Nos pilló justo en el momento en que teníamos que preparar el proyecto, fue difícil. En cuanto nos dieron la posibilidad de ponernos otra vez en marcha empezamos a trabajar. Digamos que lo que teníamos que haber hecho en más tiempo lo hicimos en menos. Estamos sufriendo las restricciones de público, de aforo, a veces el miedo de la gente… pero seguimos trabajando.
¿Qué opina del público alcañizano?
Me siento muy acogida en Alcañiz; es un público muy fiel a todas las propuestas que yo he llevado adelante. Más que esperar de ellos, lo único que deseo es que disfruten tanto como todas las propuestas que hemos traído. Alcañiz es una buena casa para gestar proyectos culturales.