La Puebla de Híjar se envuelve cada dos años del sonido de la caña musical en Arundo Donax
Las VII Jornadas en torno a la caña musical, una cita que organiza el Ayuntamiento con la Asociación Musical Fuera de Tono, aglutina a nombres del mundo de la artesanía, el arte, la música y otras disciplinas relacionadas con el material en un fin de semana de Arundo Donax. Mario Gros es músico, investigador y uno de los miembros de la asociación.
Regresa Arundo Donax y lo hace con un gran programa. ¿Cómo se hace?
Los años que no hay Arundo Donax van surgiendo ideas y tratamos de ofrecer novedades y atractivos. Hay mucha gente que viene cada jornada y queremos que cada vez tengan cosas nuevas.
Hay mucha variedad de profesionales que imparten talleres, ¿ya conocen Arundo o hay que explicarlo?
Lo conocen a través de amigos y compañeros y están encantados en venir. Se nota que va habiendo un poso porque son ya doce años y siete ediciones. Se ha ido sembrando y se va conociendo qué es la caña musical y todas sus posibilidades. Está funcionando.
Hay gente de Holanda, Palencia… ¿Cómo se logran estos contactos?
Cada caso es diferente. Nacho Martínez (Zaragoza) es luthier y ha venido todas las ediciones y siempre ha ofrecido algo diferente. Este año hace una propuesta fascinante. Reproducir instrumentos egipcios que ya se hacían con caña y que en las excavaciones arqueológicas han aparecido en perfecto estado. Germán Alameda es un magnífico profesor y constructor de lengüetas de dulzaina. Dirige la banda de dulzainas de Ávila y le propusimos venir porque nos lo encontramos en Boltaña en el Festival Pirenostrum y no se lo pensó dos veces. Marius Lutgerink es holandés y constructor de gaitas. Lo conocimos este verano en la Casa del Gaitero de Aguarón y es un auténtico experto para la elaboración de lengüetas de cornamusas del Centro de Europa. Le dijimos que tenía que venirse a Arundo Donax y dijo que él estaría encantado, así que, ha viajado desde Holanda a La Puebla de Híjar.
¿Cuando viajáis siempre lleváis la antena puesta?
Sí, ¡la verdad es que solo vemos cañas! Como anécdota, hace dos veranos estuvimos en León, en Nicaragua. Ya nos habíamos traído a la gigantona Paquita e íbamos a buscar a Pepe Cabezón, el cabezudo que la acompaña. Conseguimos al constructor más auténtico que los fabrica de la forma tradicional y, al darle la vuelta nuestra sorpresa fue ver que estaba hecho con arundo donax, la cultivan allí y la llaman caña hueca. Dábamos por hecho que sería una fibra vegetal de Centro América pero fue una sorpresa. ¡Estamos rodeados de caña!
¿Se sigue empleando igual que siempre para uso musical?
Sí. El mayor valor económico lo adquiere por lo musical, por la especificidad. Hay que seleccionar mucho para que una caña se llegue a convertir en lengüeta de saxo o clarinete. Iremos a visitar la empresa Caña Selecta, -de donde salen las destinadas a este uso- que da una cantidad de empleo que para nuestra comarca es muy alta. Otras investigaciones están en fase experimental como su posible uso como una fibra para bioconstrucción y la de biocombustible por su alto valor calorífico. Son caminos que todavía estar por andar, todo suma.
¿Qué se encuentra el público al venir?
Más allá de los talleres que tienen sus plazas y los conciertos que son impresionantes, destacaría las actividades abiertas como la exposición con más de 200 instrumentos. La gente tiene a los profesionales con los que puede hablar y extraer detalles del mundo de la caña. A la exposición por ejemplo hay visitas guiadas con el autor (en la mañana del domingo es la última) y el cierre al fin de semana lo hace Eugenio Monesma que es un luchador y defensor de las tradiciones y lo tendremos aquí.