Éxito sin paliativos de la movilización en defensa del olivar tradicional convocada este jueves en Madrid por las organizaciones agrarias y las cooperativas. Unos 30.000 olivareros (según la organización, 8.000 según Delegación del Gobierno) llegados de toda España, en su mayoría Andalucía, recorrieron las principales arterias de la capital para exigir algo tan simple como unos precios justos. A día de hoy los productores perciben en torno a 2€ por cada litro de aceite, cifra irrisoria teniendo en cuenta que los costes de producción se sitúan en torno a los 2,75€/litro.
El problema no es nuevo; hace dos campañas los agricultores recibían unos 4€ por litro y el año pasado el precio ya cayó a los 3,50€ para ahora desplomarse por debajo de los costes de producción, lo que convierte al cultivo en totalmente inviable. Tamaña caída podría explicarse en caso de sobreproducción por aquello de la oferta y la demanda, pero la situación es casi la contraria; a nivel mundial las cifras de aceite se mantienen estables y, en España, la campaña se prevé un 30% inferior a lo habitual por la sequía. Entonces, ¿a qué se deben unos precios tan sumamente bajos?
Lo cierto es que a simple vista la situación resulta inexplicable, pero desde UPA Aragón tienen sospechas sobre cuáles pueden ser los causantes. «Unos precios tan bajos se deben a la especulación que hay en el sector; a las prácticas abusivas de las grandes distribuidoras y supermercados, que venden el aceite a pérdidas; y a las malas prácticas comerciales firmando acuerdos bilaterales con terceros países como Túnez o Marruecos», critica el secretario general del sindicato, José Manuel Roche.
Los agricultores, hartos, reclaman soluciones para salir de esta crisis. «Hay bastantes almazaras en el Bajo Aragón que guardan sus aceites en bodegas. No se pueden sacar al mercado porque los precios están por los suelos y no hay motivos para ello porque no ha habido una cantidad exagerada de producto; no le vemos explicación», comenta el secretario provincial de UAGA en Teruel, David Andreu.
Los miles de asistentes tenían un objetivo claro: llegar al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para ser escuchados. Los sindicatos consideran que la situación es «lo suficientemente preocupante» como para que el Gobierno tome cartas en el asunto. Por ello, exigen que se empiece a trabajar en ayudas directas para los productores de aceite de oliva no solo desde España, sino también desde la Unión Europea. «Pedimos también una intervención de Bruselas para sacar del mercado los excedentes pagando un precio justo; el Ministerio y la UE tienen que sentarse con las organizaciones agrarias, analizar el problema y buscar herramientas para recuperar los precios», dijo José Manuel Roche, quien abogó porque en la próxima revisión de la PAC no solo se reparta dinero, sino también se tengan en cuenta «medidas de control de mercados».
«Y luego diréis que somos cinco o seis»
La manifestación recorrió el centro de Madrid bajo los lemas ‘Precios justos para un olivar vivo’, ‘En defensa del olivar tradicional’ o ‘No al despoblamiento’ y, ante a la masiva afluencia (se superaron todas las expectativas), se escucharon cánticos como «¡Y luego diréis que somos cinco o seis!». La marcha partió de la plaza de la Independencia y continuó por la calle Alfonso XIII y Atocha para terminar en el paseo Infanta Isabel, frente al Ministerio de Agricultura. Allí el periodista José Ribagorda (Informativos Telecinco) leyó un manifiesto preparado por los grupos convocantes donde se puso en valor el olivar tradicional y la necesidad de protegerlo como forma de subsistencia de miles de familias.
Como no podía ser de otra manera dada su tradición olivarera, el territorio estuvo muy presente en la capital. La Denominación de Origen Aceite del Bajo Aragón financió un bus que se llenó de agricultores de la zona, deseosos de reivindicarse en Madrid. El día para ellos comenzó bien temprano, a las 05.45, cuando emprendieron la marcha desde Las Ventas de Valdealgorfa. Posteriormente pararon en la Venta la Panolla (06.00) y en la Venta de la Pintada (06.45) para recoger a más productores y finalizar su viaje cerca de las 11.00 en pleno centro madrileño. «Es primordial que se defienda el olivar tradicional y que se busquen soluciones; es un cultivo importantísimo para muchas familias del mundo rural bajoaragonés», explicó Juan Baseda, director técnico de la D.O. Aceite del Bajo Aragón.
Al margen de este bus, en el que apenas quedaron plazas libres, también asistieron varios más desde otras zonas olivareras de Aragón (Jalón y la Hoya de Huesca) y la comunidad autónoma estuvo representada con cerca de 300 personas en total.
Mensaje al consumidor
La movilización, que tuvo repercusión en medios a nivel nacional, también fijó un segundo objetivo más allá de las instituciones. Se hizo especial hincapié en el papel del consumidor, que muchas veces y con todo el sentido del mundo dados los tiempos que corren se decanta por el producto más barato sin detenerse a estudiar su procedencia o método de elaboración. «No solo tenemos que mirar el precio sino también la calidad; el consumidor debe proteger la producción en origen y el consumo de proximidad. Tiene que rechazar todas aquellas ofertas que pueda haber en los supermercados con supuestos aceites virgen extra a 2€ el litro porque eso no es aceite de oliva», sentenció el secretario general de UPA Aragón.
Asimismo, se reivindicó el olivar tradicional en el Bajo Aragón Histórico como elemento vertebrador del territorio y como modelo de asentamiento de población gracias a las explotaciones de agricultura familiar. Sin ir más lejos, este cultivo suma 45.000 hectáreas en todo Aragón y se producen unas 17.000 toneladas de aceite de oliva cada año, de las que 15.000 son virgen extra.
Preocupa la subida de aranceles
Más allá de la reivindicación por los bajos precios, el sector se muestra «preocupado» por la subida de aranceles de Estados Unidos en un 25% a varios productos alimentarios de España y la Unión Europea, entre los que se incluye el aceite. La medida entrará en vigor el día 18 y en las organizaciones agrarias consideran que el perjudicado será el de siempre: el agricultor. «Ese 25% de aumento no va a repercutir en el resto de la cadena alimentaria sino en el productor, que es el que va a tener que soportar el incremento», concluyó José Manuel Roche.