Rodar por el circuito de velocidad con sus coches y motos personales; experimentar lo que sentían los pilotos al competir por el circuito Guadalope a través de simuladores y disfrutar de tandas de karts han sido algunas de las actividades que más de 200 oficiales de pista de Motorland Aragón pudieron desarrollar este sábado con motivo de la jornada de puertas abiertas que cada año el circuito alcañizano organiza en forma de agradecimiento al desinteresado trabajo de todas estas personas. Además, la organización también les invitó al almuerzo y a una comida en familia.
Según explica Cristina Ponz, responsable de oficiales en Motorland Aragón, con esta jornada se busca estrechar las relaciones entre el circuito y todas estas personas. «Tratamos de que se sientan importantes y buscamos agradecerles la labor que realizan durante todo el año», detalló Ponz. Ella misma asegura que desde el inicio de Motorland todos ellos han sido parte fundamental para que las carreras sigan su transcurso y no haya problemas ya que suponen la conexión entre la pista y Race Control.
Procedentes de todo el Bajo Aragón Histórico, de la provincia de Zaragoza o incluso de Tarragona, Barcelona o Valencia, algo más de 200 de los oficiales de pista disfrutaron como niños de un día pensados por y para ellos. La zaragozana Paula Gironés, después de rodar con su propio coche por el circuito de velocidad hasta dejar el depósito casi en la reserva, define la experiencia como «muy bonita» y «cargada de adrenalina». En la misma línea, Javier Banqueri, que lleva más de un lustro acudiendo al trazado bajoaragonés como comisario de pista, dice ver en este día una oportunidad para compartir vivencias con personas que normalmente no pueden hacerlo «más allá de la radio». «Cuando venimos es para trabajar y tenemos una gran responsabilidad que nos hace estar concentrados. Eso sí, hoy venimos a disfrutar», subrayó el oficial.
Además, esta es una actividad para todos los públicos. Prueba de ello son tanto los jóvenes Agustín Detoro y Pablo Tesa, de 16 y 17 años, como el veterano Fernando Anglés que lleva más de 30 años vinculado al mundo del motor. Detoro y Tesa, de Andorra y Zaragoza respectivamente, dicen aprovechar mucho cada vez que acuden al circuito para realizar un trabajo que les gusta de verdad. Por su parte, el alcañizano Anglés detalla que lleva ya tres décadas viajando por su pasión. «Hemos estado en el circuito Guadalope y en Motorland pero también en el Jarama y en Calafat. En mi familia toda la vida hemos estado moviéndonos por el mundo del motor», concretó Anglés. Junto a él, en los puestos de las curvas 1 y 2 también suele trabajar Sonia Casimiro, quien se sacó la licencia de automovilismo con 16 años. «Empecé en el circuito urbano y luego ya di el salto a Motorland. En los puestos todos somos una gran familia que comparte la afición por el Motorsport. Nuestro día a día fuera del circuito es muy diferente pero aquí nos une una misma pasión», subrayó la alcañizana.
Toda una experiencia llena de vivencias y anécdotas
Ser oficial de pista en un circuito como el de Motorland Aragón, que recoge durante todo el año pruebas de nivel internacional, es una experiencia diferencial y que según los propios protagonistas «te marca» y te permite ver las carreras de una forma muy distinta que por televisión. Del mismo modo, por supuesto, deja anécdotas de toda índole.
Sin ir más lejos, Susana Coello, de Alagón y oficial de pista en Alcañiz desde hace ya un lustro, recuerda que durante una edición de Superbikes Jonathan Rea y Álvaro Bautista pararon a saludarles. «Nos saludaron y se hicieron foto con nosotros. Salimos en todos los medios de comunicación y en las redes sociales. Es inolvidable», detalla. Por otro lado, echando la vista atrás Fernando Anglés y Sonia Casimiro recuerdan una salida de Gran Premio caótica. «Tuvimos una montonera con unos 12 pilotos. Lo recordamos con cariño porque a penas dos minutos después, cuando la carrera volvió a nuestra zona, todos los pilotos estaban ya fuera de peligro. Fue una intervención milimétrica y perfecta», rememoran.
Eso sí, en un deporte con tanto riesgo también hay malos tragos. Silvia Dios, también de Alagón, todavía se acuerda con nitidez de la amarga jornada en la que el joven Hugo Millán perdió la vida en el trazado alcañizano. «Estaba de jefa de bandera y había muchísima tensión por la radio. Los compañeros que lo tuvieron que atender lo pasaron fatal. Además, justo en nuestro puesto tuvimos al mismo tiempo otra caída. Había muchísima incertidumbre y el resultado fue terrible», concreta la oficial.