Más de 300 estudiantes universitarios realizarán prácticas formativas en entornos rurales este verano gracias a la primera edición de Campus Rural, una iniciativa impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), con el apoyo del Ministerio de Universidades y la CRUE, que pretende reconectar a los jóvenes con el territorio y favorecer el papel de la universidad en la reactivación de las zonas rurales.
El programa, arranca este miércoles 1 de junio y se alarga hasta el 31 de octubre, facilita a los estudiantes universitarios formación y experiencia en administraciones, organizaciones, empresas e instituciones de municipios de menos de 5.000 habitantes o núcleos rurales por debajo de ese umbral, con el objetivo de acercar talento a los pueblos en situación de vulnerabilidad territorial.
Las prácticas durarán entre tres y cinco meses y contarán con una ayuda económica de 1.000 euros brutos mensuales por alumno, junto a la obligada cobertura de gastos derivados de la Seguridad Social. Cada estudiante contará con un tutor académico procedente de la universidad, así como un tutor de prácticas de la entidad en la que vaya a realizar el periodo formativo.
Además, los alumnos deberán residir en la localidad donde realicen las prácticas. Se pretende que así tengan la oportunidad de protagonizar una verdadera inmersión en el lugar de destino; una experiencia laboral, pero también vital.
El MITECO ha firmado con 36 universidades un convenio marco anual de colaboración para el desarrollo del Programa Campus Rural. A este se le añadirá cada año un anexo actualizando el número de plazas disponibles y la cuantía económica que corresponda a cada curso académico. Tanto administraciones locales, como instituciones, empresas y organismos asentados en zonas rurales han presentado propuestas para acoger estudiantes.
De esta forma, las universidades inscritas podrán implementar por primera vez este modelo de inmersión rural, contribuyendo a dinamizar el tejido productivo social e institucional de estos entornos, visibilizar las oportunidades socioeconómicas, fijar nueva población y favorecer el reequilibrio y la cohesión territorial.
Asimismo, la iniciativa permitirá fomentar la conexión emocional de los alumnos con el territorio y el conocimiento del medio rural, rompiendo prejuicios y estereotipos y promoviendo la consideración del medio rural como lugar de oportunidades cualificadas de futuro. El beneficio es mutuo: las alumnas y alumnos participantes podrán conocer y entender mejor su país, y los territorios despoblados recibirán una aportación de talento.
«Este no es solo un proyecto ilusionante, sino enormemente transformador, y una clara muestra de la política pública de cohesión y transformación territorial que está impulsando el Gobierno», afirma la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. «Es imprescindible establecer lazos más profundos entre los jóvenes y el territorio. Debemos entender nuestros pueblos como espacios de emprendimiento, empleo y oportunidad».
Aunque es la primera vez que se pone en marcha a nivel estatal, existen precedentes de éxito que respaldan esta apuesta por el modelo de formación y territorio. La Universidad de Zaragoza completó ya la tercera edición del programa «Desafío» y la Universidad de Castilla-La Mancha celebró este curso la segunda edición de la iniciativa «UCLM-RURAL».
Los resultados obtenidos han motivado a replicar este modelo a nivel nacional, extendiéndolo a otras universidades públicas y favoreciendo el papel vertebrador de la universidad en la transformación del país y la reactivación del territorio.