Nacho Aguiló, bioquímico e inmunólogo alcañizano, y su equipo de investigación de la Universidad de Zaragoza con Carlos Martín al frente han descubierto que la vacuna contra la tuberculosis, la MTBVAC, al combinarse con inmunoterapia resulta efectiva para tratar el cáncer de vejiga en los pacientes «BCG resistentes» en el 100% de los casos de las pruebas experimentales que han llevado a cabo.
Este grupo de pacientes son aquellos que resisten al tratamiento actual que utiliza la vacuna BCG contra la tuberculosis, la cual se lleva aplicando en casos de cáncer de vejiga desde hace más de 40 años, y que no cuentan con un tratamiento de segunda línea, por lo que su única opción cuando reaparece el cáncer es extirpar la vejiga. Su aplicación consiste en la administración por vía intravesical, es decir, directamente en la vejiga para generar una respuesta inmunológica en ella, ya que es donde se está desarrollando el tumor.
Han descubierto un nuevo tratamiento contra el cáncer de vejiga, ¿cómo se descubrió su efectividad?
En el laboratorio, desde hace unos años, investigamos cómo las vacunas contra la tuberculosis pueden resultar efectivas para otras patologías como el cáncer. Así, decidimos llevar a cabo pruebas experimentales con la MTBVAC, que se encuentra en desarrollo clínico para erradicar la tuberculosis especialmente en países del tercer mundo, en aquellos pacientes denominados «BCG resistentes».
¿Cómo se llevan a cabo estas pruebas experimentales?
En estos pacientes no hay una alta mortalidad, pero extirpar la vejiga supone una consecuencia muy dramática que empeora la calidad de vida. Por esto, pusimos a punto un modelo experimental en ratones con cáncer de vejiga resistentes al tratamiento actual, que ha demostrado que es mejor que la actual, en el caso de la tuberculosis y que induce una respuesta inmunológica más eficiente en este modelo de cáncer de vejiga.
¿Qué conclusiones extrajeron al realizar la investigación?
Durante la investigación obtuvimos dos datos importantes. Primero, solo con la vacuna en torno al 60 ó 70 % de los tumores se eliminan frente al 0% de la BCG. Pero, además, hicimos estudios de terapia combinatoria de la vacuna MTBVAC con la inmunoterapia que ha adquirido gran relevancia en la práctica clínica, que consiste en estimular el propio sistema inmunitario para luchar contra las células cancerosas. Esta terapia combinada consiste en unos anticuerpos que consiguen bloquear una molécula denominada PDL1, una de las moléculas que utilizan los tumores cancerígenos para frenar al sistema inmunológico. Bloqueando esa molécula se estimula el sistema inmune frente al tumor y esta combinación consigue aumentar la eficacia del tratamiento al 100%.
¿Qué sensaciones le generan estos buenos resultados?
Ya es un primer paso para que el tratamiento pueda funcionar. Se trata de una puesta de concepto muy prometedora que hace pensar que podría ayudar a este tipo de pacientes.
¿Qué causas llevarían a decidir aplicar o no este tratamiento?
Principalmente, se persigue al paciente ideal, que en este caso es aquel que resiste al tratamiento actual, en el que reaparece el tumor y no cuenta con un tratamiento alternativo. No nos centramos en los pacientes en general, sino que nos enfocamos más en aquellos resistentes que no tienen un tratamiento de segunda línea. En este punto, la MTBVAC resulta más efectiva, tanto en el caso de la tuberculosis como en el del cáncer de vejiga, y evitaría extirpar este órgano.
¿Qué consecuencias conlleva la extirpación de la vejiga?
Supone un procedimiento de cirugía mayor y, además, no tener este órgano hace que descienda la calidad de vida.
No obstante, esta intervención ha sido durante años una de las razones de que el tumor no progrese y de que este tipo de cáncer no sea uno de los más mortales, aunque sí que es el quinto más frecuente en los países desarrollados.
¿Cómo sería el procedimiento de aplicación de la nueva vacuna?
Se propone un uso similar al actual de la BCG, es decir, múltiples instilaciones intravesicales [procedimientos que consisten en introducir un medicamento directamente en la vejiga a través de la uretra con utilizando una sonda] durante seis semanas seguidas, cada semana una instilación. Se propone lo mismo, el mismo método, pero con la nueva vacuna.
¿Cuáles son sus expectativas o perspectivas futuras?
Está empezando todavía, pero tenemos conclusiones sólidas, aunque se necesita el respaldo de una compañía, una farmacéutica, que produzca la vacuna para esta nueva aplicación. Estamos en conversaciones con Biofabri (compañía biofarmacéutica gallega), la empresa que produce la vacuna para su uso en tuberculosis, buscanso su interés en desarrollarla a nivel industrial para esta nueva aplicación en el plazo más breve posible. Es un proceso largo y costoso tanto en tiempo como económicamente, estamos en una fase inicial buscando poder trasladarlo al ensayo clínico.
¿Todavía están a la espera del visto bueno de las autoridades reguladoras del medicamento?
Sí, lo positivo es que estamos trabajando con una vacuna que no se debe olvidar que ya se utiliza en la clínica para otra aplicación, la tuberculosis, es decir, que se ha administrado ya en un número importante de personas con resultados de seguridad satisfactorios.
Además de su aplicación contra el cáncer de vejiga, ¿cuentan con alguna otra línea de investigación para otras patologías?
Hay varias líneas de investigación abiertas frente a otros tipos de tumores, las vacunas al final no dejan de ser estimuladores del sistema inmunológico y este juega un papel crucial en el cáncer en general. En este caso, estamos trabajando con modelos experimentales de tumores de pulmón y de páncreas. Pero todavía son solamente pruebas.
En estos dos casos, ¿en qué punto se encuentran las investigaciones?
Están en un nivel mucho más experimental y menos avanzado que en el caso del cáncer de vejiga, en el que llevamos trabajando ya cuatro años. Estamos en las pruebas iniciales, poniendo a punto los modelos, ya que ese trata de investigaciones costosas económicamente y llevan un proceso que suele durar años.
Me satisface felicitar por su trayectoria de éxitos en la investigación en la que lleva años atareado.
Otra vez más resulta cierto el dicho ‘Nadie es profeta en su tierra’, y Alcañiz en particular es una población que no suele felicitar los éxitos de sus hijos e hijas cuando triunfan.
Yo me alegro mucho de ver que los que se van triunfan en sus profesiones de marcado carácter vocacional.
También cómo no quiero felicitar a los padres de Nacho Aguiló por alegría que les debe suponer ver la exitosa carrera de su hijo.
Un cordial saludo desde Torrevieja.